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| Artículos de opinión

Sobre la Fundación Libertad y Progreso

Autor | Belen Ennis


Conflictos de Interes
La autora no menciona conflictos de interés


Palabras Claves
Benegas Lynch, FLyP, Fundación Libertad y Progreso, Macri, neoliberalismo



31-07-2015 | De todas las instituciones que hemos venido analizando desde el OETEC, la Fundación Libertad y Progreso (FLyP) es una de las más honestas intelectualmente. Por lo menos comienza aclarando de entrada que todos sus integrantes comparten la idea de una Argentina "basada en el respeto por los derechos individuales, gobierno limitado, propiedad privada, mercados libres y paz". Sin embargo, después de la presentación, comienzan las contradicciones. A pesar de presentarse como "una fundación sin fines de lucro, privada e independiente de todo grupo político, religioso, empresarial o gubernamental" se contradice al afirmar que el origen de sus fondos "proviene únicamente de aportes individuales de personas, fundaciones y empresas comprometidas con el futuro del país". Parece ser que las compañías patrocinantes -sólo por su lealtad patriótica- regalan su dinero sin pedir ningún tipo de favor a cambio de semejante aporte. Cosa rara. Digamos que eso sucede en, aproximadamente, ninguna parte del mundo. Y las contradicciones prosiguen su curso. Más allá del evidente rechazo manifiesto a lo estatal, la mencionada Fundación dice constituirse como "un centro de investigación en políticas públicas" y que su "misión" (¡vaya palabra!) es la de "contribuir al cambio profundo de la Argentina, trabajando en el desarrollo de políticas públicas, elevando el nivel de discusión y promoviendo la participación ciudadana en el debate público sobre el rol del Estado en nuestra sociedad".


"Torcer el rumbo de los acontecimientos en el país"
Al igual que todas las otras Fundaciones, instituciones y organismos que hemos podido investigar, la Fundación Libertad y Progreso no es simplemente un mero reducto de intelectuales dedicados a debatir en torno al estado del liberalismo en el siglo XXI. Lo que verdaderamente buscan "thinks tanks" ultraconservadores del estilo es, nada más y nada menos, lo que han procurado siempre: influir en la vida política nacional, atravesar las estructuras estatales, ubicar a sus mejores cuadros en la gestión pública y enquistarse allí para beneficio de intereses privados (locales y extranjeros), financieros y corporativos, ajenos a los intereses de las grandes mayorías. Así lo remarca la propia FLyP al proponerse "torcer el rumbo de los acontecimientos en el país" a través de dos objetivos básicos; a saber: a) "concientizar a los argentinos que debemos dejar de ser habitantes para ser ciudadanos y responsabilizarnos de la cosa pública" y b) "influir en el pensamiento y en los proyectos de leyes que reciben nuestros diputados y senadores, llegar a la opinión pública y a la clase dirigente con nuevas ideas que permitan mejorar la calidad del debate, en temas como: Instituciones, Educación, Justicia, Seguridad, Salud y Economía". Lo que persiguen, paradójicamente, es dominar el Estado, ese instrumento político que a los liberales les gusta llamar peyorativamente -desde Thomas Hobbes en adelante- el "Gran Leviatán", uno de los tantos nombres que se le ha dado al demonio.

Un pasado oscuro y dictatorial
Como sucede en casi todos los casos, los directivos de think-tanks como la FLyP siempre dan que hablar en materia de gestión pública, gestión que han ocupado, oh sorpresa, durante las épocas más nefastas de la Argentina. Como bien destaca Federico Bernal en su artículo "La plataforma del menemismo del siglo XXI" (Tiempo Argentino 24/08/2014) "el directorio de la Fundación Libertad y Progreso (FLyP) está compuesto por Agustín Etchebarne, Aldo Abram y Manuel Solanet. El segundo, según nos explica su CV publicado online: "Socio Director General de consultora en Economía que asiste a importantes bancos, empresas", además de Magíster en Economía por el CEMA. El tercero y a modo de síntesis: Consejero Académico de FIEL, Secretario de Hacienda de la Nación (1981/82) y Secretario Técnico del Instituto Nacional de Planificación Económica (1977/81). Actuó además en la Dirección Nacional de Política Económica (1967/68) y en el Consejo Nacional de Desarrollo (1963/67). Como puede apreciarse, este señor ha sido funcionario de prácticamente todas las dictaduras genocidas, a excepción de la Fusiladora de 1955. Fue uno de los civiles cómplices de la dictadura de 1976 y luego convocado por López Murphy en 2001 junto a Federico Sturzenegger. Este señor Solanet aquí presentado, es uno de los máximos responsables y exponentes del saqueo de la deuda externa, secretario de Hacienda de Martínez de Hoz".

Además de los tan democráticos y ejemplares integrantes de su Directorio, la Fundación Libertad y Progreso sienta en las sillas de su Consejo Académico a los ex Ministros de Economía Ricardo López Murphy y Dagnino Pastore. Baste con decir que este último (al primero no hace falta ni presentarlo) se desempeñó en la cartera económica durante las dictaduras de Onganía y Bignone. Si bien sobre ellos ya se ha ocupado Federico Bernal en sendos artículos, nos interesa aquí ocuparnos del Director del Consejo Académico de la FLyP: Alberto Benegas Lynch (hijo). ¡Símbolo de tolerancia y respeto por los excluidos del mundo!

Los aprendices de la Sociedad Mont Pelerin en el Consejo Académico de la FLyP
Comenzaremos diciendo que Alberto Benegas Lynch es Doctor en Economía y Doctor en Ciencias de Dirección, Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Fue profesor titular en la UBA y Director del Departamento de Doctorado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata, además de Rector del Instituto Universitario ESEADE donde es Profesor Emérito. Por otra parte, fue asesor económico de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, de la Cámara Argentina de Comercio, de la Sociedad Rural Argentina y del Consejo Interamericano de Comercio y Producción. Para no faltar a sus ideales, se desempeña como Presidente del Consejo Honorario del Partido Liberal Libertario. Dentro sus cargos académicos internacionales se destacan el de ser integrante del Academic Board (sic) de la "Fundación para el Progreso Jean Gustave Courcelle-Seneuil" de Chile, miembro del Consejo Asesor del Independent Institute en EE.UU., académico asociado de Cato Institute (Washington DC), del Ludwig Von Mises Institute (Auburn), miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres y Presidente del Consejo Editorial de la filial argentina de Unión Editorial de Madrid.

Pero, como si todo este atestado currículum fuera insuficiente, Alberto Benegas Lynch ocupó, en dos oportunidades, el Consejo Directivo de la Sociedad Mont Pelerin (cuna del neoliberalismo contemporáneo occidental) nacida en Suiza a poco de terminar la Segunda Guerra Mundial de la mano del ultraliberal Friederich Hayek, creándose a partir de allí una red de organizaciones de alcance global entre las que sobresalieron especialmente dos -con fuerte influencia en América Latina- fundadas por Antony Fisher, discípulo de Hayek: en 1955 el Institute of Economic Affairs (IEA) y en 1981 la Atlas Economic Research Foundation creada con el objetivo expreso de apoyar la constitución y puesta en marcha de diferentes "think tanks" liberales por todo el mundo. En la actualidad son noventa y cuatro las instituciones que han recibo apoyo directo de la Atlas Economic Research Foundation, dieciséis se ubican en América Latina y especialmente tres de ellas son argentinas: la Fundación República para una Nueva Generación, la Fundación Libertad (de la que nos hemos ocupado en informes anteriores) y la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), de la cual Alberto Benegas Lynch es Profesor Emérito.

¡La Patria es uno! (y no el otro)
Si bien las influencias y condecoraciones del liberalismo internacional abundan en la formación del Sr. Benegas Lynch, también encuentra en las páginas del diario La Nación un espacio local donde divulgar sus ideas y expresar su rechazo respecto de las políticas del gobierno nacional, sobre todo aquellas relacionadas con la ampliación de derechos para las mayorías ("pseudo-derechos" en palabras del Director del Consejo Académico de la FLyP). Como ejemplo de esto, tomemos uno de los tantos artículos que Benegas Lynch escribió para la tribuna mitrista titulado "La recurrente manía del igualitarismo" y correspondiente al 6 de Enero de 2014. Allí, el autor manifiesta -con la empatía social que lo caracteriza- que la idea de contar con sociedades más igualitarias en términos de ingreso y patrimonio "es en verdad del todo contraproducente y de modo especial para los más débiles y necesitados". ¿Por qué, se preguntará el lector o la lectora? El problema para el Presidente del Consejo Académico de la FLyP gira en torno a que "la manía del igualitarismo lleva a los aparatos estatales a ocuparse de redistribuir ingresos". Claramente, la redistribución y la igualdad no son conceptos que vayan de la mano del individualismo liberal. Pero además, en el mundo inexistente del liberalismo, "es absolutamente irrelevante el delta o el diferencial entre los patrimonios de los diversos actores económicos, puesto que, como queda dicho, las diferencias corresponden a las preferencias de la gente puestas de manifiesto en el plebiscito diario con sus compras y abstenciones de comprar". Es decir, no importan los patrimonios porque las desigualdades sociales dependen del "voto" que el ciudadano hace todos los días en el supermercado, mediante el cual "elige" -como hombre o mujer libre- si ser pobre o rico. Se trata de la mano invisible del Dios Mercado.

La falta de sentido común y de solidaridad abundan en el artículo del Sr. Benegas Lynch. Basta con decir que para cerrar su razonamiento llega a asegurar que una mayor equidad, generada por una mejor distribución de ingresos, tornaría el mundo bastante más aburrido que ahora porque "el igualitarismo tiende a que se desmorone la división del trabajo y, por ende, la cooperación social. Son indispensables las diferentes tareas. Por otra parte, el tedio sería insoportable en una sociedad igualitaria; la misma conversación con otro sería similar a hablar con el espejo". Llaman la atención los artilugios que usan los liberales, no sólo para hacer aparecer el cercenamiento de los derechos más básicos como simples "elecciones racionales", sino también para justificar absurda y cínicamente las injusticias más atroces.

FLyP: "¡Sos el cambio!"
Los señores y señoras que componen la Fundación Libertad y Progreso han encontrado un lugar privilegiado dentro de los medios de comunicación reaccionarios. Desde allí, como por ejemplo el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, pretenden aleccionarnos del significado de la libertad, la igualdad, la democracia y la justicia, y como alcanzarlas de forma estable y duradera. Ocultan, sin embargo y detrás del velo de la ciencia y de un academicismo supuestamente neutral, el prontuario de sus integrantes que no sólo han sido funcionarios de administraciones anti-democráticas (férreamente anti-populares) elegidas por el voto popular, sino también de dictaduras militares.

La FLyP, cuyo lema claramente macrista es hoy "¡Sos el Cambio!", contribuye asiduamente con informes y producciones periodísticas a los medios de la semicolonia. Y no hay nada malo en ello, por supuesto. Sin embargo y como mencionamos antes, presentar a sus autoridades como experimentados funcionarios y hombres de bien cuando fueron parte sustancial de lo más oscuro y nefasto de la historia nacional es digno de repudiar.



Bibliografia
Tiempo Argentino (24/08/2014). Bernal, Federico. "La plataforma del menemismo del siglo XXI". http://tiempo.infonews.com/nota/130756/la-plataforma-politica-del-menemismo-del-siglo-xxi

Página Oficial de la Fundación Libertad y Progreso. http://www.libertadyprogresonline.org/

La Nación (06/01/2014). Benegas Lynch, Alberto. "la recurrente manía del igualitarismo". http://www.lanacion.com.ar/1653078-la-recurrente-mania-del-igualitarismo