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Energía, renovables y cambio climático. Un abordaje desde EE.UU. México y la Argentina

Autor | Belen Ennis


Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Argentina, cambio climático, combustibles fósiles, desarrollo, EE.UU., energía hidráulica, energía nuclear, industrialización, libre comercio, Macri, México, Obama, renovables, Vaca Muerta



26-04-2016 | En el marco de la visita del Presidente de EE.UU., Barack Obama, uno de los temas más acuciantes a tratarse fue el de los acuerdos bilaterales entre dicho país y la Argentina en materia de energías renovables y cambio climático. En este sentido, la estrategia estadounidense ha sido la de promover en nuestro país el uso de las energías eólica y solar en detrimento no sólo de las de vertiente fósil sino también, y fundamentalmente, de las de origen nuclear e hidroeléctrico. En efecto, como este Observatorio ya ha remarcado en varias oportunidades, para realizar dicho cometido cuentan con el aval y la connivencia institucional del Ministerio de Ambiente de la Nación, lamentablemente dirigido por el fundamentalismo ecológico, con Villalonga y Ezcurra a la cabeza. Pero en realidad no son ellos sino EE.UU. y la Europa occidental el verdadero motor detrás de la política energética macrista. En términos regionales, tanto nuestras materias primas como recursos naturales fueron, son y serán objetivos prioritarios de Estados Unidos. Asimismo, imposibilitar el desarrollo sustentable de nuestras naciones constituye el eje nodal de su política. Por tanto, analizaremos el significado de la Reforma Energética mexicana, una iniciativa traccionada por EE.UU. y finalmente aprobada en el Congreso durante diciembre de 2013. Veremos que este caso, donde se opera la desnacionalización del sector energético, y el argentino, en el que se insiste sobre el uso exclusivo de las energías renovables (no hidráulicas), son una clara muestra de la injerencia de EE.UU. sobre la infraestructura energética de los países dependientes donde las reservas de petróleo juegan un rol fundamental.


La Reforma Energética de México
Con la excusa del relanzamiento del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), a 20 años de su nacimiento, la llegada del presidente estadounidense ofició como un escenario propicio para la revisión de los aspectos energéticos del mencionado acuerdo que no habían formado parte de la primera negociación. Si bien para EE.UU. el TLCAN sería una buena oportunidad para acceder al petróleo y al gas de México, lo cierto es que las reservas de este último país al capítulo energético -acordado entre 1992 y 1994- todavía mantenían al Estado en las áreas estratégicas del sector (a través de la empresa paraestatal PEMEX). Sin embargo, este punto del acuerdo no sería inquebrantable y las trabas se relajarían a medida que EE.UU. insistieran en una mayor integración energética con México.

No obstante, el principal obstáculo a sortear era, nada más y nada menos, que la Constitución Nacional mexicana y en este sentido, tal como relata la investigadora mexicana Rocío Vargas en su interesantísimo trabajo "La reforma energética: a 20 años del TLCAN", un año antes de la Reforma Energética, en diciembre de 2012, "la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos reconoció que el objetivo de su país era el petróleo y el gas de México. En un reporte, en el que aborda la Reforma Energética, que ya se avizoraba, indica: "Como vecino confiable, próximo y amistoso, las importaciones de petróleo de México apoyan la seguridad energética de EE.UU.". Por tanto, habiéndose aclarado la estrategia estadounidense, a las clases dominantes mexicanas subordinadas al interés del vecino del norte les restaba la modificación del capítulo VI del TLCAN, que implicaba la eliminación del carácter estratégico de las industrias del sector energético y de los combustibles para transformarlos, por fuerza de las reglas depredadoras del librecambio, en una mercancía (commodity) más.

Así las cosas, la iniciativa de reforma impulsada por el Ejecutivo resultó finalmente aprobada por el Congreso mexicano en diciembre de 2013 permitiendo, tras la alteración de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, desplazar al Estado de las actividades energéticas de carácter estratégico y abrir el juego de este sector a la iniciativa privada por medio de asignaciones, contratos, permisos y concesiones. En consecuencia, "los cambios constitucionales eliminaron la "reserva" que mantuvo cerrado el sector energético durante la firma del TLCAN al convertir los hidrocarburos y la electricidad en bienes comerciables al abrir prácticamente toda la cadena de producción al sector privado transnacional" (Vargas:2014). De esta manera, la desregulación, liberalización y privatización de la actividad energética serían instrumentadas a través de la fragmentación de Pemex en diferentes unidades de negocios.

Finalmente, el proceso de desnacionalización petrolera había comenzado y las repercusiones de la Reforma Energética servirían, tal como afirmara el Congreso de EE.UU., para garantizar la seguridad energética de ese país a costa del saqueo de los recursos mexicanos.

La excusa del cambio climático
Si bien la privatización y desnacionalización del sector energético en la Argentina comenzó mucho antes que la mexicana y forma parte de la "pesada herencia" neoliberal, la nacionalización de YPF en 2012 y con ella la recuperación de Vaca Muerta para usufructo de los 42 millones de habitantes durante el kirchnerismo despertó un nuevo interés para los grupos de poder estadounidenses. De aquí se derivan, junto con el objetivo de paralizar las proyectadas nuevas centrales nucleares y represas hidroeléctricas, la insistencia en el fomento exclusivo de las energías eólica y solar.

Todo esto impecablemente enmascarado detrás del discurso del cambio climático esgrimido por las organizaciones ambientalistas que hoy ocupan el Ministerio de Ambiente. A propósito, si para México la visita de Barack Obama posibilitó la puesta en marcha de la Reforma Energética, para la Argentina significó un impulso de las denominadas energías verdes, en un país que por sus ingentes recursos fósiles y sus prácticamente nulas emisiones de gases de efecto invernadero no debería encarar su desenvolvimiento como la nueva administración propone.

Según un artículo de la Agencia TELAM, correspondiente al 26 de marzo del corriente y referido a los acuerdos suscriptos entre la Argentina y EE.UU., se asegura que en términos de energía no convencional "para mejorar la seguridad en ese sentido y el crecimiento económico, se promoverá el desarrollo seguro y responsable de los recursos, que incluye el Programa para el Compromiso Técnico en Gas no Convencional y el BEWG, para lo cual Estados Unidos facilitará durante los próximos meses visitas de funcionarios argentinos a desarrollos no convencionales a EE.UU.". Asimismo, proseguía la agencia estatal de noticias, "los Estados reafirmaron el valor de acelerar el desarrollo de la energía renovable y Argentina asistirá al próximo foro de Clean Energy Ministerial como observador oficial el 1 y 2 de junio en San Francisco, California. En tanto, en mayo, el Departamento de Comercio recibirá a ejecutivos argentinos en California para buscar asociaciones de negocios de energías renovables. Los países desarrollarán trabajo adicional por medio del Grupo de Trabajo de Energía Binacional de Estados Unidos y Argentina y el Programa del Sector de Energía del Departamento de Estado en virtud de aumentar el uso de la energía renovable y la eficiencia energética".

La causa de esta militancia "pro-verde" realizada por EE.UU. dentro de los países en vías de emancipación, muy lejos de vincularse con la falsa preocupación del calentamiento global, se relaciona con los intereses y la seguridad energética del Coloso del Norte. Por un lado, la omisión explícita de las energías nuclear e hidroeléctrica en los discursos de los Presidentes Obama y Macri -a pesar de que la primera emita la misma cantidad de CO2 (o incluso menos) que la eólica y de que la segunda genere nula emisión de CO2- responde a la necesidad de que la Argentina siga cumpliendo con su histórico rol dentro de la división internacional del trabajo, esto es, el "Granero del Mundo". Una eterna semicolonia agrícola-ganadera, exportadora de materias primas e importadora de productos manufacturados, incapaz de poner en práctica un verdadero proceso de industralización para el cual es requisito indispensable el desarrollo de una matriz energética barata, confiable y abundante. Y estos tres atributos justamente brillan por su ausencia en aquellas naciones a la vanguardia de la implementación de energías "verdes".

Como sea, lo más importante de todo este asunto son los negociados que se imponen de fondo ya que, tal como remarca Federico Bernal en su artículo "Africanización energética de Argentina (Parte I) "las nuevas relaciones bilaterales que el macrismo inicia con EE.UU. en función de sus prerrogativas, vienen enmascaradas de supuesto ambientalismo y progresismo energético, esto es, el argumento ideal para una nueva penetración financiera, comercial e industrial estadounidense en América del Sur y la Argentina, ahora obligada a atar su desarrollo en función de metas medioambientales de neto corte neoliberal".

Las lecciones del General Perón (1973)
En cualquier Nación que pretenda emanciparse, la política energética debe tener como prioridad la seguridad energética propia, los objetivos y estrategias nacionales de un modelo industrialista y el bienestar de sus habitantes. En este sentido, resulta necesario dejar de subordinarse a las imposiciones energéticas de quienes buscan perpetuar a la Argentina en el atraso, la miseria y la exclusión que supone el sostenimiento de un modelo pastoril que no agrega valor a la cadena productiva. En efecto, cualquier proyecto de país superador y revolucionario tendrá que poner sobre la mesa el debate acerca de la propiedad nacional y estatal de nuestros recursos, a la vez que pensando al ambiente con cabeza propia.

Al respecto, pertinentes resultan las palabras que el General Perón pronunciara en la Confederación General del Trabajo el 30 de Julio de 1973: "Hace pocos días, en Medio Oriente amenazaron a Estados Unidos con cerrarle el grifo del petróleo. El petróleo que produce Medio Oriente es el 80 % del petróleo del mundo, de manera que si ellos cierran la canilla, la industria norteamericana, que está toda montada sobre energía basada en petróleo, tendrá un sacudón muy fuerte. ¿Cómo contestó Estados Unidos? El Senado de Estados Unidos contestó que si eso hacían los árabes, Estados Unidos ocuparía el Medio Oriente. Eso lo van a hacer; pero no sólo con los árabes: ¡lo van a hacer también con nosotros el día en que necesiten y no tengan!".

Hoy, más de treinta años después de aquél discurso, podemos decir que efectivamente así lo hicieron en Medio Oriente y que no dudarán en hacerlo con América Latina. La promoción exclusiva de la energía renovable hecha por EE.UU. oculta, tras el velo del cambio climático, la necesidad imperiosa de hacerse de nuestros hidrocarburos, como se sabe, la fuente de riqueza, desarrollo, bienestar social e industrial más poderosa jamás descubierta por el ser humano. De hecho y a pesar de su discurso "verde" for export, EE.UU. está basando la competitividad de su industria -y de forma creciente- en el uso de combustibles fósiles (gas natural proveniente del fracking). Es así como está arrasando con las industrias de la Europa occidental y presentando sólida batalla al coloso chino.



Bibliografia
Vargas, Rosío (2014). "La Reforma Energética: a 20 años del tlcan". Revista Problemas del Desarrollo, 180 (46), enero-marzo 2015.

Bernal, Federico (2016). "Africanización energética de Argentina: eje de las nuevas relaciones bilaterales con EE.UU". OETEC. http://www.oetec.org/nota.php?id=1687&area=1

Perón, Juan Domingo. Discurso en la CGT del 30 de julio de 1973. http://www.nuevaliteratura.com.ar/descargas/Juan%20Domingo%20Peron%20-%20Quieren%20Nuestros%20Recursos.pdf

Agencia de noticias TELAM (2016). "Los próximos pasos de los acuerdos suscriptos durante la visita de Obama". http://www.telam.com.ar/notas/201603/140863-proximos-pases-acuerdos-obama-en-argentina-detalles.html