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Revolución de la alegría: del Misery Index al índice de optimismo político y económico

Autor | Belen Ennis


Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
desdicha, Guillermo Seita, índice de optimismo, infelicidad, Management & Fit, Misery Index, revolución de la alegría, riesgo país psicológico, Steve Hanke



29-05-2016 | Desde el 22 de mayo Clarín publicará semanalmente los nuevos índices de Optimismo Económico y Optimismo Político elaborados por la consultora Management & Fit. El objetivo, según se nos explica, es medir "con un "termómetro" confiable la percepción que tiene la sociedad sobre la actualidad política y económica del país, y también sus expectativas para el corto o mediano plazo". Los resultados para la tercera semana de mayo arrojan 37,9 puntos de "optimismo económico" y 46,5 puntos de "optimismo político". En efecto, por obra y gracia de la "Revolución de la Alegría", los argentinos dejamos atrás de una vez y para siempre la pesada herencia del Misery Index (Índice de la Desdicha) y pasamos al benevolente y auspicioso Índice de Optimismo. La diferencia semántica es notable: mientras que durante el kirchnerismo los indicadores medían cuán desdichados éramos (lo llaman el "riesgo país psicológico"), bajo el macrismo miden el nivel de optimismo.


La herencia k y el índice de la desdicha
"Desdichados: la Argentina, arriba en un ranking mundial", así titulaba La Nación del 12 de febrero del año pasado un artículo en el que daba cuenta que la Argentina formaba parte del grupo de países más "desdichados" del globo, junto con Venezuela y Siria. Semejante dato estadístico, de extrema objetividad científica, lo arroja el "World Misery Index".




Siguiendo a La Nación, la palabra inglesa "misery" "no significa miseria, sino desdicha, aflicción, sufrimiento o hasta tristeza", de manera que lo que este índice mide "no tiene nada que ver con las carencias materiales, sino con una cuestión que repercute exclusivamente en lo anímico. [Sería] algo así como un riesgo país psicológico". Por tanto, para medir el grado de felicidad de los pueblos o, mejor dicho, qué riesgo tienen de perderla, la ecuación que realiza el "Índice de Desdicha" se reduce a sumar las tasas de desempleo, inflación e interés restándole el crecimiento del PBI per cápita. Una maravilla de las artes matemáticas y que oportuno sería conocer su actualización a la luz de los primeros cinco meses de administración neoliberal.

Pero, ¿quién es el autor del mencionado índice? Steve Hanke, economista estadounidense de la Johns Hopkins University y del Cato Institute, destacado asesor económico de Ronald Reagan y colaborador de un ex asesor de Margaret Thatcher. Por si fuera poco, en el plano local Hanke se desempeñó como asesor económico de Domingo Cavallo durante el menemato y fue, junto a Rudi Dornbusch, uno de los principales promotores de la dolarización en la Argentina.

Con todo, el "World Misery Index" ordena a los países de más desdichado a menos desdichado, de manera que ser el primero no es algo bueno. En efecto, durante 2015 el país que lideraba la lista de los más tristes era Venezuela con 106,03 puntos, seguido por la Argentina con 68 puntos, Siria con 63,90, Ucrania con 51,8 e Irán con 49,10. Según las estimaciones de Hanke, en Argentina y Venezuela la causa de la infelicidad debía buscarse en los precios al consumidor, es decir, en la tasa de inflación que de sus economías, mientras que para los tres países que seguían en el ranking -Siria, Ucrania e Irán- el causante de la tristeza estaba en la falta de trabajo.

Ni la tasa de inflación ni la de desempleo han mejorado con la llegada de la administración macrista, todo lo contrario: empeoraron notablemente. Sin embargo, gracias al blindaje mediático actual, los diarios locales ya no hablan de desdicha sino de optimismo.

Las bondades del "tercer semestre" y los índices de optimismo
Dado que un análisis serio de los números reales desprendidos de la situación política y económica del país arrojaría pésimos resultados, Management & Fit se sirve de uno de los subterfugios más utilizados a escala global en el ámbito estadístico: la medición de la "percepción" social.

Pero medir el nivel de optimismo de una determinada sociedad, es decir, transformar en datos duros la opinión personal de un grupo de individuos resulta una quimera. No obstante, a sabiendas de que no existe forma alguna de extrapolar en números reales la creencia subjetiva, la consultora en cuestión asegura que "los resultados ofrecen un 95% de confianza con un margen de error de 2%, y se empiezan a difundir luego de meses de trabajo para validar la metodología y de observar la evolución de los indicadores previamente a hacerlos públicos".

Dichos indicadores son elaborados en base a encuestas telefónicas semanales realizadas a 2.810 personas de todo el país mayores de 16 años de edad. Según nos explica Clarín, "el Índice Global de Optimismo Económico surge de dos subíndices, que se diferencian temporalmente. Por un lado, el Índice de Expectativas Económicas evalúa la percepción de cómo evolucionará en un futuro la situación económica, mientras que el de Confianza Económica apunta a la sensación de la gente sobre la situación presente. Del mismo modo, el de Optimismo Político surge de los indicadores de Expectativas Políticas, que incluye la evaluación de la situación política a futuro, la evolución del liderazgo político presidencial a futuro y la evolución de la capacidad del Gobierno Nacional para resolver problemas en un futuro, y de Clima Político actual, que abarca la evaluación sobre la situación de la política actual, el liderazgo presidencial actual, la capacidad actual del Gobierno Nacional para resolver problemas, la eficiencia en la administración del gasto público, si el Gobierno Nacional gobierna para el bien general o sectores particulares, la honestidad de los miembros del Gobierno Nacional y, finalmente, la aprobación general de gestión del Gobierno Nacional."




Note el lector que todos y cada uno de los índices y subíndices que componen la encuesta se realizan en base a la "percepción", la "confianza", la "sensación" y las "expectativas" de los entrevistados.

Detrás de Management & Fit y su índice de la felicidad
Si bien dos de sus miembros son figuras más bien "técnicas" como Mariel Fornoni (Doctora en Dirección de Empresas de la Universidad de Valencia…) y Mariana Foutel (Magíster en Gerencia y Administración de Sistemas y Servicios de Salud de la Universidad Favaloro de Buenos Aires; Especialista en Administración de Negocios con orientación en Management Estratégico…), el tercer integrante de la consultora es Guillermo Seita, denunciado en 2005 por el fiscal Paulo Starc por enriquecimiento ilícito, hombre de confianza, asesor y funcionario de Domingo Cavallo y Carlos Menem.

¿Qué más fue Seita? En los 90 ocupó los cargos de: Embajador para asuntos especiales de Europa y EE.UU., con placet aprobado por el Senado de la Nación durante 5 años; Jefe de gabinete de la cancillería; Subsecretario de relaciones institucionales del Ministerio de Economía; Jefe de gabinete del Ministerio de Economía; Secretario de relaciones institucionales del Ministerio de Economía; Secretario de medios de comunicación de la Presidencia de la Nación con rango de ministro; y Jefe de la campaña de reelección del presidente de la Argentina en 1999.

Cuando al mercado le va bien, al pueblo argentino le va mejor...
Si algo le faltaba a la "revolución de la alegría" era el índice de optimismo. Atrás, muy atrás quedaron los tiempos de infelicidad y desdicha K. Es que ahora, con más de 2 millones de nuevos empobrecidos, más de 150.000 despedidos, ajuste y tarifazo masivos, decenas de miles de pequeños y medianos comercios y empresas al borde de la quiebra, universidades públicas a punto de cerrar sus puertas, nuevo endeudamiento por 25.000 millones de dólares de los que el pueblo no verá un centavo, apertura indiscriminada de las importaciones y un Presidente con empresas y cuentas offshore, es que con todas estas buenas noticias nuestra felicidad no deja de crecer y, paralelamente, nuestro optimismo en el futuro cercano tampoco. Los resultados para la tercera semana de mayo arrojan 37,9 puntos de "optimismo económico" y 46,5 puntos de "optimismo político", nada mal, en efecto, para las consecuencias del sinceramiento que como el Presidente reconoció es doloroso pero necesario.

El "riesgo país psicológico" ha dejado su lugar al índice de la felicidad elaborado por el ex menemista Guillermo Seita -a la sazón denunciado en 2005 por el fiscal Paulo Starc por enriquecimiento ilícito-. ¿Por qué el reemplazo, el cambio entre uno y otro indicador? Porque es máxima reconocida por todos que cuando al mercado y a los inversores les va bien, al pueblo argentino le va mejor.



Bibliografia
Diario La Nación: "Desdichados: la Argentina, arriba en un ranking mundial" http://www.lanacion.com.ar/1767800-desdichados-la-argentina-arriba-en-un-ranking-mundial

Diario Clarín: "El nuevo desafío, monitorear la sensación térmica de nuestra sociedad"
http://www.clarin.com/politica/desafio-monitorear-sensacion-termica-sociedad_0_1581441952.html

OETEC (19/02/2015) Excusas para dolarizar. El "Misery Index" de los padres de la Convertibilidad
http://www.oetec.org/nota.php?id=1037&area=14