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El futuro Secretario de Estado CEO de Exxon y el caso de Aranguren

Autor | Belen EnnisFederico Bernal


Conflictos de Interes
Los autores no manifiestan conflictos de interés


Palabras Claves
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26-12-2016 | El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, propuso a Rex Tillerson, actual CEO de ExxonMobil -la compañía petrolera más importante del mundo- para ocupar la Secretaría de Estado. Altamente cuestionado por gran parte de la prensa estadounidense, el Partido Demócrata e incluso un importante sector del Partido Republicano, Tillerson deberá renunciar más temprano que tarde a sus acciones si pretende continuar por el camino de la función pública. Sus conflictos de interés, que lo vinculan con Rusia a través de Exxon, hacen peligrar su futura designación. Mientras tanto, en la Argentina, el ex CEO y ex accionista de la Royal Dutch Shell, Juan José Aranguren, prefirió no referirse a los conflictos de interés del petrolero Tillerson al ser consultado por La Nación (ver bibliografía). Haberlo hecho, hubiera representado poner en juego su rol al frente del (ex) Ministerio de Energía de la Nación, desde el 10 de diciembre cooptado por una Cámara de empresas petroleras y energéticas. Sería conveniente, en pos de un periodismo sano, neutral y objetivo, que la prensa macrista tome nota del tratamiento que los periódicos más importantes de Estados Unidos -fuentes obligadas de consulta de La Nación o Clarín como lo son The Washington Post y The New York Times, entre otros- hacen del caso Rex Tillerson. Incluso, hasta el diario británico The Guardian para quien los conflictos de interés entre el ministro de Energía de la Argentina y el Grupo Shell podrían haber motivado una interesante reflexión -inexistente al día de hoy- criticó duramente la designación del CEO de ExxonMobil. Con ánimo de contribuir en este sentido y explicar las razones del blindaje mediático de la prensa anglosajona hacia Aranguren, traemos a colación los argumentos claves sobre los conflictos de interés del futuro secretario de Estado y ex CEO de Exxon.



El presidente ejecutivo de ExxonMobil, Rex Tillerson, es criticado por sus conflictos de interés por la prensa estadounidense y europea. Demócratas e incluso republicanos se oponen a su designación, exigiéndole como mínimo la venta de sus acciones previo a su asunción. El ex CEO de Shell contempla entre omnipotente y orgulloso. Él ejerció el cargo durante casi diez meses antes de hacer lo propio.

Las acciones de Tillerson en ExxonMobil
De profesión ingeniero civil por la Universidad de Texas, Tillerson se unió a ExxonMobil en 1975. Allí se desempeñó como encargado de producción de la empresa para convertirse en 2006 en su presidente y director ejecutivo. El candidato de Trump no tiene experiencia en el sector público pero justifica su perfil como "diplomático"
-por lo menos, según el criterio empresarial que rige el gabinete trumpista- al haberse encargado durante décadas de la política exterior de una de las empresas petroleras más grandes del mundo.

Pero quien tiene la última palabra sobre la designación de Tillerson es el Congreso. En enero próximo, el Senado deberá darle tratamiento. Previamente a ello, el CEO de ExxonMobil deberá renunciar a las 2,6 millones de acciones que posee en la petrolera, las cuales representan unos 245 millones de dólares. Mientras tanto, anunció su renuncia a la presidencia de la compañía para fines de este año.



Fuente: The Washington Post. Desde que Trump hizo público a su candidato, el célebre diario capitalino no para de publicar virulentas críticas contra Tillerson y sus conflictos de interés.

Comienza el artículo de The Washington Post informando que, "Como Director Ejecutivo de una de las empresas públicas más grandes y poderosas del mundo, Tillerson recibió una compensación de 24,3 millones de dólares en 2015, colocándose número 29 en una lista con los 200 mejores pagos CEOs del mundo... Los beneficios de la pensión que recibirá, acumulada durante más de 40 años en la empresa, han sido valuados en 69,5 millones. Y en un documento de la empresa presentado a principios de este mes, ExxonMobil dijo que Tillerson tiene participación directa en más de 2,6 millones de acciones…, que según expertos [de la misma empresa] Tillerson presumiblemente tendrá que desprenderse de ellas de confirmarse como jefe diplomático de la nación". Y agrega: "Sin embargo, la mayoría de las acciones -2 millones de ellas valuadas en casi 185 millones…- todavía no le fueron otorgadas. Esto significa que si bien las acciones se han cedido a Tillerson aún carece de potestad sobre las mismas…".

Por su parte, la Agencia de noticias NPR (ver bibliografía) señala que "Fideicomisos ciegos y desinversión son dos de las opciones más comunes para cumplir con los requisitos de las leyes federales de ética y la cura más eficaz para los conflictos de interés". Pero a Tillerson podría no alcanzarle con eso. Incluso, si se despojara de las acciones que posee tendría que enfrentarse a duras críticas en el Congreso estadounidense sobre pasados acuerdos comerciales mantenidos, fundamentalmente, con Rusia.

Los artículos de la prensa estadounidense y mundial -europea sobre todo- dedicada a señalar los conflictos de interés del CEO de ExxonMobil son innumerables. Hasta la revista Fortune no pudo hacerse la distraída. El 14 de diciembre pasado se explica en interesante informe (ver bibliografía) que en realidad "Tillerson es tenedor de 2,6 millones de acciones de Exxon, aunque técnicamente sea dueño de 611.087 de ellas, o cerca de 57 millones de dólares". Esto es importante, señala la revista, porque las restantes acciones pasarían a ser de su propiedad recién en 2025. Es decir, al concluir su mandato, casi dos millones de acciones de Exxon lo estarían esperando ansiosas a ser cobradas. Veremos luego por qué resulta interesante este caso a la cuestión Aranguren y su desprendimiento accionario.

The Guardian: Tillerson sí; Aranguren no
Otro periódico que salió a cuestionar duramente al candidato de Trump fue el diario británico The Guardian (ver bibliografía), para quien los conflictos de interés entre el ministro de Energía de la Argentina y el Grupo Shell resultarían, parece, inexistentes.

Arranca así la nota que nos parece oportuno destacar: "Al designar a Rex Tillerson como Secretario de Estado, Donald Trump iniciará una batalla en el Congreso sobre los dos temas que parecen eclipsar los primeros capítulos de su Presidencia: Rusia y los conflictos de interés".



Fuente: The Guardian. En relación al debate en el Congreso estadounidense que sin duda alguna será para alquilar balcones, señala este diario: "Las audiencias que habrán de confirmarlo en el Senado será una lucha amarga y emotiva. Para los críticos de Trump, los opacos lazos con Rusia y sus evidentes conflictos de interés representan amenazas existenciales a la democracia de Estados Unidos".

Ahora, obsérvese que interesante reflexión a propósito de Aranguren y su venta accionaria:"Tillerson podría vender las acciones de ExxonMobil a su propio fondo de jubilación, pero la pregunta seguiría siendo si esa venta terminaría con su lealtad a una empresa que lo contrató durante más de cuatro décadas, que funciona casi como un Estado y que supera a la mayoría de las economías del planeta".

Geopolítica y seguridad nacional: ExxonMobil-Rosneft y Malvinas
El interrogatorio al que se someterá Tillerson en el Congreso, a cargo de legisladores tanto demócratas como republicanos, tendrá como fin evaluar su relación con Rusia (recibió la Orden de la Amistad en 2013) y con su Presidente, Vladimir Putin. Es que ExxonMobil cuenta con miles de millones de dólares en contratos petroleros que sólo pueden avanzar si Estados Unidos levanta las sanciones contra Rusia por su anexión de Crimea. De hecho, el candidato a la Secretaría de Estado se opuso fuertemente a dichas sanciones, las cuales frenaron un proyecto conjunto de fractura hidráulica (fracking) entre ExxonMobil y el gigante energético ruso Rosneft.



Rex Tillerson (CEO ExxonMobil) y Vladimir Putin (Presidente de Rusia). Los demócratas estadounidenses denuncian vinculaciones comerciales entre Exxon y Rusia que podrían perjudicar los intereses petroleros de los Estados Unidos. En este sentido, no puede soslayarse la ocupación británica en Tierra del Fuego (Malvinas), su política de usura hidrocarburífera y la presencia al frente del Ministerio de Energía del máximo representante del Grupo Shell en la Argentina.

La designación de Tillerson es criticada, con razón, tanto por sus conflictos de interés empresarios como por cuestiones de seguridad nacional (geopolítica). En el artículo citado de The Washington Post Now se explica que si bien "… la compañía [Exxon] anunció que Tillerson se retirará a fin de este año, su junta directiva se enfrenta con un enorme dilema: ¿Acelerará esta decisión la venta de sus acciones… justo antes de asumir el cargo de una función que presenta muchísima influencia en la geopolítica que afectará a su anterior empleador? ¿O seguirá rigiéndose por los términos de los estándares de gobernanza de la empresa?

En este sentido, imposible resulta soslayar la vinculación entre el caso Tillerson, Rusia y la geopolítica petrolera con el señor Aranguren, la ocupación británica en Tierra del Fuego (Malvinas) y su política de usura hidrocarburífera. A propósito, recordamos este artículo del diario británico The Telegraph de abril de 2015 cuando remarcaba la importancia que viene teniendo la Royal Dutch Shell en los avances exploratorios petroleros en Mar Argentino que rodea a las Islas Malvinas así como su pronta explotación comercial.



The Telegraph, 18 de abril de 2015. "El gobierno de las Islas Malvinas contrató el Servicio Geológico Británico para actuar como consultores; las primeras licencias de exploración fueron ofrecidas a la venta en 1996. Las promesas de una cuenca nueva y potencialmente rica en petróleo atrajo inicialmente a algunas de las más grandes petroleras, con la previa aceptación de la Royal Dutch Shell, como fueron Hess Corporation y la ya desaparecida Lasmo."

Oposición de demócratas y republicanos
Dado que Tillerson brega fervientemente por revertir el castigo aplicado a los rusos, los diputados y senadores del Partido Demócrata temen que esto tenga que ver con sus propios intereses financieros. El New York Times destaca al respecto que "la participación de Tillerson en la industria energética rusa podría crear una línea muy borrosa entre sus intereses como petrolero y su papel de líder estadounidense diplomático" (ver bibliografía).

Los conflictos de interés de Rex Tillerson son un hueso duro de roer para los demócratas pero también para los republicanos. Si bien es cierto que la amenaza "roja"
-vieja y anacrónica herramienta para atemorizar ciudadanos estadounidenses- es una de las cartas más potentes que juegan los opositores a Trump, algunos de los legisladores del Partido Republicano ya le quitaron el apoyo a Rex Tillerson y se mostraron reservados respecto a los negocios que este mantiene, a través de Exxon, en Rusia y Oriente Medio. Al respecto, el senador republicano Marco Rubio señaló que "el próximo secretario debería ser alguien con claridad moral, que esté libre de potenciales conflictos de interés, que sepa cuáles son los intereses de Estados Unidos y sea un defensor enérgico de los objetivos de la política exterior de nuestro país".

Por su parte, el senador demócrata Chris Coons, a su vez miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, manifestó sentirse preocupado con que el "Sr. Tillerson tenga razones para abogar por la devolución de las sanciones a Rusia porque eso beneficiaría a su compañía". Y agregó, "Espero que sea lo suficientemente patriota como para poder separar su filiación con Exxon del genuino interés del pueblo estadounidense". Si las sanciones a Rusia fueran levantadas, el acuerdo entre dicho país y ExxonMobil probablemente seguiría adelante, haciendo que las acciones de Tillerson se tornen mucho más valiosas.

En fin, tanto para demócratas como para buena parte de los republicanos, el límite político y hasta "patriótico" vendría a estar dado por los serios conflictos de interés que atraviesan la trayectoria laboral del posible Secretario de Estado de Donald Trump.

Y ahora sí, del caso estadounidense al argentino. ¿Se imagina el lector qué hubiera pasado si un personaje ligado a una empresa petrolera privada extranjera, además competidora número uno del mundo de las estadounidenses, se hubiera hecho cargo de los asuntos energéticos de los Estados Unidos, siquiera desprendiéndose de sus acciones? Porque, por las dudas hubiera lectores que aún no encontraron la relación: Shell es principal competidora de YPF en el mercado de los combustibles.

Sobre la entrevista del diario La Nación
En primer lugar, debemos recordar que Aranguren se desprendió de sus acciones casi diez meses después de haber asumido. Aquí, la razón fundamental e irrefutable de la ilegalidad y nulidad de las políticas energéticas tomadas entre diciembre de 2015 y mediados de septiembre de 2016 (ver bibliografía). El vergonzoso y cómplice silencio de la Corte Suprema al respecto no podrá ser obviado cuando se juzguen los diez meses de estafa energética contra el pueblo argentino.



Casi diez meses después de haber asumido y por las presiones recibidas, Aranguren decidió vender sus acciones en la Roya Dutch Shell, aunque reconoció al hacerlo que no "existe incompatibilidad de funciones". Recordemos de más arriba el comunicado oficial de ExxonMobil sobre la participación accionaria de Tillerson en la empresa, una vez conocida su designación: "Tillerson presumiblemente tendrá que desprenderse de ellas [las acciones] de confirmarse como jefe diplomático de la nación". Es decir, los abogados expertos en cuestiones financieras de la propia empresa ExxonMobil se anticipan a la decisión que evitará, en parte, la crítica por conflictos de interés vinculados al pasado laboral de Tillerson. La aberración jurídica, legal e institucional que representa Aranguren sólo subsiste por el apantallamiento mediático de la prensa argentina y occidental, sobre todo anglosajona".

En segundo lugar, y como pudo haberse comprobado fácilmente, recurrir al ejemplo estadounidense alcanza y sobra para demostrar la gravedad que rodea la designación y accionar del señor Juan José Aranguren, así como también la connivencia de la prensa oficialista argentina como la de sus colegas en EE.UU. y Europa.

Mientras que en la potencia mundial los conflictos de interés son un escándalo y una vergüenza internacional, en nuestro país, la prensa adicta al macrismo hace caso omiso de las reiteradas violaciones a la Ley 25.188 de Ética Pública que representa la continuidad del Sr. Aranguren (y prácticamente de todo su gabinete) al frente del Ministerio de Energía. A propósito, cuestionaba The Washington Post sobre Tillerson, en caso de asumir, que "Al concluir su mandato, cerca de un millón de dólares en acciones de Exxon lo estarían esperando ansiosas a ser cobradas". ¿Algún legislador argentino se preguntó si Aranguren firmó algún acuerdo comprometiéndose a no recomprar sus acciones vendidas una vez cumplido su mandato? ¿Acaso algún magistrado de la Corte Suprema hizo lo propio?

Cuando el diario La Nación (ver bibliografía) le consultó al representante de Shell Aranguren su opinión respecto a la posible designación de Rex Tillerson a la Secretaría de Estado, éste evitó referirse a conflicto de interés alguno. Claramente, haberlo hecho hubiera significado poner en juego su propio rol al frente del supuesto Ministerio de Energía, por cierto, en franca y progresiva anarquía de mercado desde el 10 de diciembre de 2015.

En consecuencia, ante la pregunta del periodista de La Nación sobre el sesgo industrialista de Trump y la designación de sus ministros, Aranguren sólo rescata la importancia que el sector petrolero tiene para el gobierno estadounidense y responde "…designa [por Trump]… al presidente de la corporación más importante de petróleo del mundo, ExxonMobil, secretario de Estado [por Tillerson]. Claramente es una situación nueva. Puede haber una situación que lo acerque más a las energías fósiles, pero el camino que ha recorrido el mundo en diversificar la matriz energética, en incorporar energías limpias, difícilmente se cambie". Como vemos, le brota el ambientalista al ex CEO de Shell -una de las petroleras más contaminantes del mundo- que si de algo no se preocupó en la Argentina fue de cuidar el medioambiente.

Acto seguido a su respuesta, el entrevistador debería haberle repreguntado sobre sus propios conflictos de interés como ex CEO y ex accionista de la Royal Dutch Shell, hecho que invalida todas y cada una de las decisiones que tomó al frente del Ministerio de Energía, siendo que directa o indirectamente en cualquier política energética intervienen los hidrocarburos, esto es, Shell. Sin embargo, en ninguna parte de la entrevista, ni por el diario La Nación ni por el Sr. Aranguren, siquiera se pronunció la palabra "Shell". Incluso, cuando le tocó referirse a su labor como CEO, Aranguren lo hizo de esta manera: "Yo tenía una responsabilidad en mi vida privada sobre América Latina o sobre la parte del Caribe para abajo".



Fuente: Diario La Nación. La "responsabilidad" de Aranguren representó un servicio de 37 años en Shell argentina y 16 millones de pesos en acciones clase A en Shell casa matriz. El artículo 15 del Capítulo "Incompatibilidades y Conflicto de intereses", Ley de Ética Pública, dictamina que "en el caso de que al momento de su designación el funcionario se encuentre alcanzado por alguna de las incompatibilidades previstas en el Artículo 13, deberá: a) Renunciar a tales actividades como condición previa para asumir el cargo; b) Abstenerse de tomar intervención, durante su gestión, en cuestiones particularmente relacionadas con las personas o asuntos a los cuales estuvo vinculado en los últimos TRES (3) años o tenga participación societaria". ¿Se abstuvo Aranguren? Siquiera después de haber vendido sus acciones, diez meses después de haber asumido".

¡Paradojas! La crítica más aguda fue de la Royal Dutch Shell
La naturalidad con que Aranguren trata el tema deja al desnudo el nivel de impunidad y protección mediática con los que cuenta. Y no solamente de la prensa oficialista -prácticamente todos los grandes medios de comunicación y diarios del país- sino también estadounidense y europea. En este sentido, no puede dejar de llamar la atención cuando en junio de este año, el portal oficial de la Royal Dutch Shell publicó, basándose en un artículo del Buenos Aires Herald, la siguiente nota:


Fuente: Royal Dutch Shell. El título es: "Aranguren también en el centro de la escena por negarse a vender su participación en Shell". ¿Habrá sido que internamente la Royal Dutch Shell también presionó al ministro de Macri para que venda sus acciones?

Allí se lee, luego de sintetizar los resultados de un informe publicado entonces por la Oficina Anticorrupción que involucraban a varios funcionarios por presuntos conflictos de interés -entre ellos al ministro de Energía- que, a pesar de ello, "Aranguren (con 38 años de carrera en Shell, y al frente durante 12 años de su filial local hasta diciembre en el que se unió al gabinete de Macri) no tiene planes de vender las acciones". Acto seguido, explica con estas palabras una de las infinitas e impresentables defensas de Marcos Peña: "El jefe de gabinete salió a defender la situación de controlar la industria petrolera [función derivada de presidir el Ministerio de Energía] en paralelo a mantener acciones en una de sus compañías". Luego, cita textuales palabras de Peña: "La única restricción impuesta por ley es que el ministro no puede tomar acciones específicas concernientes a Shell por haber sido su empleador". Claro, se habrá dejado llevar por la primera y también impresentable defensa de Aranguren provista por Laura Alonso: Juan José preside el ministerio de Energía y Shell es una compañía petrolera (ver bibliografía).

Conclusiones (más una perlita "verde" que todo lo resume)
Ante similares o incluso más graves conflictos de interés -recordemos que Tillerson es CEO de una empresa de capitales estadounidenses mientras que Aranguren lo fue para una compañía angloholandesa con nulo interés nacional-, los diarios Clarín y La Nación no continúan, como sí lo hicieron a favor de los buitres en su litigio contra la Argentina -para citar apenas un caso-, el ejemplo de los estadounidenses The Washington Post o The New York Times. Contrariamente a lo que sucede en todo el mundo, donde los conflictos de interés constituyen una seria o absoluta limitación para el ejercicio de la función pública, el apantallamiento mediático del que goza el macrismo no sólo es evidente e indignante sino que roza el ridículo.

Cerramos con The Guardian y su artículo citado. Recordemos esta frase:"Tillerson podría vender las acciones de ExxonMobil a su propio fondo de jubilación, pero la pregunta seguiría siendo si esa venta terminaría con su lealtad a una empresa que lo contrató durante más de cuatro décadas, que funciona casi como un Estado y que supera a la mayoría de las economías del planeta". Nos preguntamos: ¿A quién vendió sus acciones Aranguren? ¿Se comprometió a no recomprarlas una vez finalizado su mandato? Y todavía más importante: durante los 10 meses en los que fue funcionario y mantuvo su participación accionaria: ¿Se abstuvo de intervenir en decisiones que pudieran influir sobre el Grupo Shell y su filial argentina?

Como uno de los objetivos de este trabajo es el de cuestionar el tratamiento mediático favorable a la CEOcracia, obsérvese debajo la única nota dedicada por The Guardian al señor Aranguren. Nota, por cierto, previa a su asunción; nota que por cuyo contenido y mensaje explica el desigual tratamiento dispensado a Tillerson en relación al ex CEO de Shell: el diario británico es uno de los más fervientes defensores del fundamentalismo "verde", posición que es política de Estado en la Argentina de Greenpeace al frente del Ministerio de Ambiente y que tiene en Juan José (Grupo Shell) a uno de sus máximos defensores y promotores.



Fuente: The Guardian, 22 de septiembre de 2015. Título: ¿Cómo el anterior CEO de Shell [ya había renunciado] se transformó en defensor de las energías limpias?". ¿Cómo habrá sido? ¿Por amor al ambiente o por amor a los negocios?

Como explicamos tantas veces, la industria petrolera no sólo participa fuertemente en renovables intermitentes y poco confiables como la eólica y solar, sino que "abandonar" Vaca Muerta en nombre de la energía del viento y del sol -como se lee de la nota de The Guardian y se confirma luego de un año de macrismo- implicará un festín exportador para la industria al frente del Ministerio de Energía a la vez que un incremento de los combustibles fósiles -elaborados mayormente por Shell- para complementar esas tecnologías más ineficientes. ¿Dudas? Ver esta segunda y última imagen…



Fuente: The Guardian, 15 de mayo de 2016. Se lee: "La compañía petrolera más grande de Europa, Shell, estableció una nueva división, Nuevas Energías, para invertir en renovables y fuentes de baja emisión de carbono…".

Se lee en la nota de mayo de 2016: "Con 1.700 millones de dólares de dólares asignados y un gasto anual de 200 millones, Nuevas Energías funcionará junto a la división Gas Integrado". Se preguntará el lector qué tiene que ver el gas con las energías eólica y solar. Todo, dado que las primeras no pueden ser incorporadas masivamente a la matriz sin el complemento obligado de fuentes convencionales. Estas fuentes energéticas son: hidráulica, a carbón y a gas natural. Pero como las dos primeras están en jaque por la administración macrista (la industria petrolera y energética al frente del Ministerio), entonces solo queda el gas natural. ¿Quién controla ese mercado en la Argentina? Una pista (formato imagen) de nota publicada una semana antes a la de The Guardian pero por el diario Clarín:



Fuente: Diario Clarín, 7 de mayo de 2016.

¿Se entiende ahora porque Tillerson no es lo mismo que Aranguren?

Y si les dijéramos que el candidato de Trump a ocupar el Departamento de Energía tiene más conflictos de interés que Aranguren, ¿nos creería el lector si le dijéramos que sin resquicio a dudas recibirán el mismo y desigual trato mediático por parte de la prensa anglosajona y sus asociados argentinos?



Bibliografia
OETEC (07/10/2016) La Resolución 212 (nuevos cuadros tarifarios del gas), Shell y el señor Aranguren http://www.oetec.org/nota.php?id=2119&area=1

OETEC (6/10/2016) Edesur-ENRE contra la Justicia y la única defensa ciudadana que nos queda ("Luz que apagan, calle que se corta") http://www.oetec.org/nota.php?id=2116&area=1

OETEC (14/09/2016) Cabrera, nuevo ministro de Energía en las sombras y el gasto superfluo de seguir pagándole el sueldo a Aranguren http://www.oetec.org/nota.php?id=2070&area=1

OETEC (01/09/2016) Hacia la Audiencia Pública: los conflictos de interés y la "razonabilidad" del tarifazo http://www.oetec.org/nota.php?id=2044&area=1

OETEC (23/06/2016) La defensa de Laura Alonso y de los abogados de Aranguren por sus conflictos de interés http://www.oetec.org/nota.php?id=1895&area=1

La Nación (19/12/2016) Aranguren: "Sin tarifas acordes, no habrá calidad de servicio" http://www.lanacion.com.ar/1968380-juan-jose-aranguren-sin-recomposicion-de-tarifas-no-habra-calidad-del-servicio

NPR (13/12/2016) For Trumps Top Diplomat, Questions Loom About Conflicts Of Interest http://www.npr.org/sections/parallels/2016/12/13/505430737/for-trumps-top-diplomat-questions-loom-about-conflicts-of-interest

The Wasinhtong Post (13/12/2016) Who is Rex Tillerson, the ExxonMobil chairman who may become secretary of state? https://www.washingtonpost.com/news/the-fix/wp/2016/12/10/who-is-rex-tillerson-the-exxonmobil-chairman-who-may-become-secretary-of-state/?utm_term=.736f061c52fa

The Washington Post (14/12/2016) The $185 million question about ExxonMobil CEO Tillerson joining Trumps cabinet
https://www.washingtonpost.com/news/on-leadership/wp/2016/12/14/the-188-million-question-about-exxon-ceo-tillerson-joining-trumps-cabinet/?utm_term=.1492244b5ed5

The New York Times (12/12/2016) Rex Tillerson, Exxon C.E.O., Chosen as Secretary of State http://www.nytimes.com/2016/12/12/us/politics/rex-tillerson-secretary-of-state-trump.html

The Washington Post y geopolítica
Will Trump and Tillerson defend America - or the worlds oppressors?
https://www.washingtonpost.com/blogs/right-turn/wp/2016/12/14/will-trump-and-tillerson-defend-america-or-the-worlds-oppressors/?utm_term=.a556682cbe30

Fortune
3 Things That Could Happen to Rex Tillersons $245 Million Exxon Windfall
http://fortune.com/2016/12/14/rex-tillerson-exxon-stock-donald-trump/

Clarín sobre el inicio de las importaciones de gas
http://www.ieco.clarin.com/Argentina-empieza-importar-natural-Chile_0_1572442791.html

The Guardian y su tratamiento a Tillerson
https://www.theguardian.com/us-news/2016/dec/13/rex-tillerson-quandaries-trump-russia-conflicts-of-interest

The Guardian sobre Aranguren y su pasión "verde"
https://www.theguardian.com/environment/2015/sep/22/how-the-former-head-of-shell-argentina-turned-to-clean-energy

Sobre los intereses "verdes" de Shell (The Guardian)
https://www.theguardian.com/business/2016/may/15/shell-creates-green-energy-division-to-invest-in-wind-power