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Avances en tecnología satelital argentina

Autor | OETEC-ID


17-02-2014 | ARSAT-1 es el primer satélite de telecomunicaciones, diseñado, ensamblado, integrado y testeado enteramente en la Argentina. Brindará servicios de telecomunicaciones y será lanzado en julio de este año. ARSAT-1 no solamente viene a cubrir espacios poco rentables para las empresas como puede ser la Antártida, sino que también y al ocupar la órbita 81 (los satélites allí situados permiten "iluminar" ambos hemisferios) permitirá brindar comunicaciones a países y empresas en toda América Latina así como en los Estados Unidos. Asimismo y según informó la CONAE, con el desarrollo del Tronador II (2015), la Argentina se sumará al selecto club de países que fabrican sus propios satélites y disponen de lanzadores, como es el caso de Rusia, Japón, EE.UU., Francia, China y la India.


El satélite ARSAT-1 se encuentra efectuando los últimos ensayos que se realizan en las instalaciones del Centro de Ensayos de Alta Tecnología (CEATSA) ubicado en la Sede Central de INVAP, en la Provincia de Rio Negro. Estas pruebas forman parte de los ensayos ambientales que simulan las condiciones que atraviesa un satélite durante el lanzamiento, y en el espacio exterior, donde deberá funcionar por 15 años. Estas pruebas anteriormente se realizaban en Europa, EE.UU. o por ejemplo con el SAC-D Aquarius en Brasil. Esta suerte de tercerización influía directamente en los costos de fletes (millones de dólares) y tiempo (semestres). No cuenta esto por supuesto casos de fallas y sus correspondientes nuevas etapas de verificación ambiental de condiciones de stress.

Actualmente ARSAT-1 ha superado la prueba de "termo vacío", que expone los materiales del satélite a un extremo gradiente térmico por la variación de frío y calor derivada de la exposición solar de la estructura, por lo cual se lo prueba en un rango de 150 grados bajo cero hasta 150 grados centígrados en una gigantesca cámara conocida como Simmer (diámetro de 10 metros). El satélite, envuelto en mantas aislantes doradas, se inserta en la cámara, que a continuación se cierra, lo cual simulará las condiciones de ausencia de gravedad y las temperaturas extremas ya mencionadas, por un período de 45 días (los gastos en nitrógeno líquido alcanzan el millón de dólares).



También superó con éxito El "Shaker" o "Sacudidor". Se trata quizás de la prueba más extrema, ya que consiste en un enorme vibrador de 50 toneladas, el más grande del mercado. Es una bobina que funciona como gran parlante, para probar aparatos de hasta 5 toneladas de peso, que recrean todos los esfuerzos mecánicos, dinámicos y acústicos (hasta 156 dB). Es un ensayo acústico tres veces mayor en potencia que un recital de rock en un mega-estadio, para ver si sobreviven las conexiones eléctricas, en los cuales se simularon las condiciones que el satélite debe soportar durante la etapa de lanzamiento, condiciones inducidas por la enorme potencia desplegada por el cohete.

Posteriormente el ARSAT-1 deberá medir también la compatibilidad electromagnética de los distintos equipos electrónicos montados en el aparato, y deben ser reproducidas las tensiones mecánicas a las que están sometidos los diversos componentes del satélite.

Finalmente, el satélite pasará a la etapa de ensayos de radiofrecuencia, cuya carga útil de comunicaciones se prueba en la sala Mistral. Los patrones de radiación de la antena confirman que el satélite proporcionará la cobertura exigida. Las pruebas de radiación extremo a extremo demuestran el rendimiento de transmisión/recepción en órbita una vez que el satélite está en el espacio. Aunque la sala dispone de apenas 30 metros, la reflexión especial de dos espejos
-de 50 toneladas- convierte las señales en ondas planas como si éstas hubieran recorrido 36.000 km que es la altitud del satélite. Los conos de absorción eliminan la reflexión no deseada de señales de radiofrecuencia.

La siguiente etapa, estimada para mayo, consistirá en la preparación para la configuración de vuelo. Se trasladará entonces a la sala blanca de integración para las labores de acabado, como añadir las mantas de aislamiento térmico y el bloqueo de todos los mecanismos (inmovilización). Una vez terminada esta etapa, el satélite se transportará por medio de un avión tipo Airbus, al centro de lanzamiento en Kouru, en la Guyana Francesa, en un contenedor que amortigua los golpes y está provisto de aire acondicionado, además de equipo de monitorización y seguimiento. Allí será cargado a un cohete ARIANE-5 para su viaje final a la órbita geoestacionaria a 36.000 km de la tierra en la posición 81.

Cabe señalar la importancia de la elección de Kuoro y el ARIANE-5. El centro de lanzamiento de satélites debe estar situado lo más próximo al ecuador, con el fin de aprovechar la velocidad de rotación máxima de la Tierra durante un lanzamiento hacia el este, consagrando toda la capacidad propulsora del lanzador con un mínimo de maniobras orbitales de cambio de plano, que resultan costosas en términos energéticos. Además, la órbita de lanzamiento debe ser lo más reducida posible, nunca inferior a la latitud del paso de lanzamiento. Al estar la basa tan próxima al Ecuador, la inclinación de la órbita elíptica de transferencia es muy pequeña, entre 5o y 7o., ahorrando de esta manera en peso y combustible, y facilitando cualquier tipo de corrección. En cuanto a la elección del Ariane-5, es importante indicar que este cohete está diseñado para colocar satélites en órbita geoestacionaria y para enviar cargas a órbitas bajas. EADS SPACE Transportation construye los cohetes en Europa y Arianespace supervisa las misiones, comercializa el servicio y lanza desde el centro espacial de Kourou. Esto se debe a que en la actualidad Latinoamérica no tiene este servicio y debe sub contratarlo.

Derivada de esta última limitación, que el Programa Nacional Satelital contempla abarcar todas las etapas de la puesta en órbita de un satélite. El diseño, montaje e integración a cargo del INVAP, el testeo responsabilidad de CEATSA y, por último, el lanzamiento y puesta en órbita por medio de cohetes. La Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina (CONAE) ha anunciado se llevará a cabo el lanzamiento del cohete experimental Vex1A desde el distrito bonaerense de Punta Indio, a 150 kilómetros al sur de Buenos Aires. Este cohete será el primero de una serie de tres a seis cohetes experimentales destinados a probar el sistema de navegación, guiado y controlado para perfeccionar al lanzador satelital Tronador II, que estará listo en 2015. Según la CONAE, con el desarrollo del Tronador II, Argentina aspira a sumarse al club de países que fabrican sus propios satélites y disponen de lanzadores, como es el caso de Rusia, Japón, EE.UU., Francia, China y la India. Uno de los objetivos de la Argentina es lograr el transporte espacial para poder vender este servicio a otros países.