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| Artículos de opinión

¿Quién dijo, quién dijo que no íbamos a pagar a Repsol?

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
- El autor manifiesta conflictos de interés: el amor por una YPF de, por y para el pueblo argentino


Palabras Claves
5.000 millones de dólares, Clarín, compensación, La Nación, Lanata, Mariano Obarrio, Montamat, renacionalización, Repsol, YPF



26-02-2014 | Ni bien trascendió a fines de la semana pasada, que YPF y Repsol estarían cerrando alrededor de una compensación de 5.000 millones de dólares, la cadena del desánimo, la mentira y el engaño salió con todo, sin asco ni vergüenza. Transcribimos a continuación, parte de una entrevista radial que sintetiza magistralmente lo dicho arriba. El periodista Lanata -cuando no- introduciéndonos en el tema del acuerdo entre ambas petroleras, arrancaba de esta forma: "Había dicho nuestro amiguito Axel [se refiere al ministro de Economía de la Nación]: ellos nos van a tener que pagar a nosotros. Salió al revés. Nosotros les vamos a tener que pagar a ellos. El dato revela un acuerdo después de la confiscación (¡sic!) de 2012...". Acto seguido, presenta a Daniel Montamat, su entrevistado de lujo. El (¿ex?) perito de El Paso Energy en su demanda a todos los argentinos ante el CIADI, no tuvo inconveniente alguno en sintonizar con el periodista: "Encabezó bien a la editorial que hizo, porque lo primero es recordar (hace pocos meses que lo dijeron) que Repsol iba a tener que pagar y ahora vamos a tener que pagar 5.000 millones de dólares. No esta gestión, Jorge. Porque son 5.000 millones de dólares en documentos, garantizados que los van a tener que pagar, ¿quiénes?, los que siguen. Es decir, primera reflexión: la gesta ésta soberana, que llevó unos días de fiesta, bueno, le va a salir al que viene 5.000 millones de dólares. Segunda reflexión: la YPF esta nueva, nació floja de papeles, porque viene de una expropiación donde se debió fijar un precio indemnizatorio. Esto quedó pendiente y, bueno, mire cómo termina ahora". Luego, ante la pregunta del entrevistador sobre la situación presente de YPF, Montamat respondió: "[YPF] está ganando plata. Ha invertido más porque tiene acceso a un financiamiento especial que viene del propio gobierno... es decir, de nosotros [risas]". El fructífero diálogo prosiguió por diez minutos más. Al cierre, un Lanata contundente se dirigió así a su audiencia: "Se le van a pagar a Repsol 5.000 millones de dólares... Acordate, Axel Kicillof había dicho: ellos nos van a terminar pagando a nosotros". ¿Realmente dijo eso el funcionario? ¿Pagar o compensar? ¿Y qué hay del ahorro que implicó la recuperación de la empresa, valuado en 3.000 millones de dólares para el país (por el no giro de utilidades, más el freno al declino del gas, del 2012 a la fecha)? Analicemos ahora y con lujo de detalles la burda maquinación protagonizada por la cadena del DEsánimo, la MENTira (alterar la verdad) y el Engaño (ocultar la verdad) -en adelante cadena DEMENTE-.



La verdad del "no pago"
El Senado de la Nación coloca, en su portal oficial, la versión taquigráfica completa de la histórica reunión plenaria del 17 de abril de 2012. De la reunión participaron las comisiones de Presupuesto y Hacienda, de Asuntos Constitucionales y de Minería, Energía y Combustibles. Contó, asimismo, con la participación del Ministro de Planificación Federal, Arq. Julio De Vido, y del entonces Viceministro de Economía, Dr. Axel Kicillof, entre otros funcionarios. Ahora bien, ¿qué importancia tiene conocer la versión taquigráfica completa? Toda, porque de las intervenciones de los referidos funcionarios, periodistas inescrupulosos (como Jorge Lanata) y "especialistas" como Daniel Montamat (que para sustentar su posición faltan recurrentemente a la verdad), parten para imponer la idea de que el entonces viceministro de Economía Kicillof había asegurado que "ellos [por Repsol] nos van a tener que pagar a nosotros" por las acciones expropiadas. En igual sentido, otros medios afirmaron (y siguen afirmando) que el referido funcionario es propietario de las siguientes frases (varían de un medio a otro): 1) que "el gobierno no iba a pagar una moneda"; 2) que "no hay que poner un peso"; y 3) "cero pesos por YPF".

Origen de la mentira
Indigna, más allá de la adulteración de la verdad, que siquiera les importe tomarse el trabajo de apretar CTRL B (si es word) o CTRL F (si es html) para buscar, en la aludida versión taquigráfica, indicios de algo parecido a las frases del apartado anterior. Entonces, si Kicillof y De Vido no fueron los autores del supuesto "no pago a Repsol", ¿quién fue? Rastreando los orígenes mediáticos de la disyuntiva "pago" o "no pago", disyuntiva que intenta instalar el neoliberalismo criollo, nos topamos con un artículo publicado por La Nación el 23 de abril de 2012 (seis días después de la reunión plenaria en el Senado). Su autor, Mariano Obarrio. Título: "La confiscación de la petrolera. El Gobierno planea no pagarle nada a Repsol". Bajada: "Kicillof le aseguró a la Presidenta que la tasación dará cero pesos". Así empieza: "El jueves 12 de abril, en medio de las insistentes versiones sobre YPF , el viceministro de Economía, Axel Kicillof, le aseguró en Olivos a la presidenta Cristina Kirchner, con total convicción, que el precio de la empresa petrolera luego de que interviniera el tribunal de tasación iba a ser de cero pesos. Ese es el gran objetivo que predomina ahora en la Casa Rosada: no pagarle nada a Repsol". Como puede observarse hasta este punto, el "no pago" surgió de la seriedad del articulista. Luego sigue: "La Casa Rosada da por hecho que el juicio demorará al menos cinco o seis años. La oferta del tribunal de tasación puede llegar a cero pesos. Van a tratar de llevarla a la baja, confió una alta fuente del Gobierno a La Nación". Bueno, parece que en realidad no fue Obarrio sino "una alta fuente del Gobierno". En efecto y como dice más adelante, "la idea de pagarle a Repsol un precio nulo se mantiene, según confirmaron a La Nación altas fuentes oficiales". Listo, fue el gobierno nacional, sobre todo si tenemos en cuenta esto que se asevera al cierre: "No hay que poner un peso, le dijo el viceministro a la Presidenta". ¿Otra alta fuente oficial? Enviamos una comunicación a Obarrio para que nos explicite su fuente . No nos ha respondido aún.

Propagación de la mentira
La nota de Obarrio lleva un hipervínculo en su introducción, específicamente en la frase "no pagarle nada a Repsol", que deriva en una segunda nota. Lo insólito es que allí se desmiente la supuesta intención de no pagar a la española. La nota en cuestión se titula: "Kicillof: No vamos a pagarles lo que dicen", y es del 18 de abril, es decir, anterior a la de Obarrio. En otras palabras, La Nación contradiciéndose a sí misma, aunque salvándose gracias a la "alta fuente oficial". Pero la mentira estaba instalada. Cuando en noviembre del año pasado trascendió por primera vez que la compensación rondaría los 5.000 millones dólares, la falacia comenzó a cobrar sus dividendos. El Cronista publicó: "Kicillof: de cero pesos a u$s 5.000 millones". Bajada: "En abril de 2012, el funcionario le dijo a la presidenta Cristina Fernández que no habría que pagar nada por la empresa si se le descontaban las deudas, el giro de utilidades y los pasivos ambientales". Como este, infinidad de artículos más a lo largo y ancho del país. Y así hasta el presente, con el Grupo Clarín y su diario publicando como nota recomendada en todos sus artículos referidos a este tema, la siguiente e insuperable falacia: "Cuando Kicillof decía que el Gobierno no le iba a pagar a Repsol". Bajada: "No le vamos a pagar lo que ellos dicen, aseguraba en abril de 2013 el por entonces viceministro de Economía. Las críticas de la TV española". La contradicción es imposible. El artículo lleva además un video de la TV española con epígrafe: "Cuando la TV española criticaba a Kicillof por no querer pagarle a Repsol". Dura 1 minuto y pico. En ningún momento se critica (ni se presenta) la mentada contrariedad del funcionario. Es más, el video corrobora la mentira de Clarín y La Nación. Kicillof jamás afirmó no querer pagarle a Repsol.

El pésimo ejemplo de YPF (y de una renacionalización exitosa)
"Esta YPF sigue en un contexto de políticas energéticas entrampadas en el corto plazo y un contexto económico donde la Argentina está fuera del mundo (sic)", afirmaba Montamat a Lanata. Preguntamos entonces al consultor privado y en función de tan funesto panorama, ¿cómo explica que YPF haya "mejorado la producción" y revertido "la declinación en petróleo y algo en gas", tal y como él mismo destacó a don Jorge? La respuesta nos la brinda el mismísimo (¿ex?) perito de El Paso Energy, en la ya citada entrevista: "El problema es que esta YPF representa el 35% de la producción de petróleo y gas. El otro 65% en promedio sigue declinando. Y sigue declinando porque los que están en petróleo en la Argentina como no tienen largo plazo por la incertidumbre y por todos los problemas que son generales, no sólo a esta industria sino al conjunto de actividades económica, lo que siguen haciendo es poniendo muchas bombillas en el mismo mate. Sobreexplotan lo que está en producción y hacen mínima inversión exploratoria". En primer lugar, obsérvese que Montamat critica la renacionalización porque el muy buen accionar de YPF, por desgracia, se reduce al 35% del mercado petrolero. Limitadísimo análisis que no tiene en cuenta un pequeño detalle: la gestión pública se propone incrementar su participación doméstica (de hecho, es lo que ha venido sucediendo desde el 16 de abril de 2012). No Montamat, la idea no es quedarse en el 35% sino aspirar al menos a la cuota de mercado que ostentaba la empresa cuando Ud. se puso al frente de ella para privatizarla. En segundo lugar y en base a la denuncia que involuntariamente realizó a los restantes actores petroleros, se podría interpretar que la renacionalización bien podría ser el remedio para ese rebelde 65%. Sin embargo, el punto más importante no es este. Si la incertidumbre, la improvisación, los errores y el cortoplacismo reinan en el sector hidrocarburífero nacional, ¿cómo explicar entonces que la ultra kircherista YPF (a la sazón empresa mixta y sociedad anónima) apueste al crecimiento y logre revertir todos los indicadores -destacando a la vez como empresa líder en la recuperación petrolera y gasífera argentina- sabiendo como se sabe que el ciclo kirchnerista concluye en 2015? Cualquier cosa, cualquier mentira vale para terminar con el pésimo ejemplo de la YPF renacionalizada.

Conclusiones
La cadena DEMENTE busca, con tan burda maquinación de desprestigio y mentira: 1) ridiculizar al gobierno y presentar como una confiscación la renacionalización de YPF -acto soberano y legítimo previsto en nuestra Constitución nacional al expropiar un bien considerado de interés público, con indemnización sujeta a las leyes argentinas-; y 2) presentar a la renacionalización y a la gestión pública de YPF como un "mal negocio" para el pueblo argentino, al que compulsivamente vía impuestos se lo obligará no sólo a financiar las "locuras" de la empresa nacional sino a "pagar" a la española (cuando el gobierno afirmó sería al revés). La renacionalización de YPF es de vital importancia para la República Argentina, su aparato productivo y la seguridad jurídica popular. La recuperación de sus indicadores en materia de exploración y explotación de hidrocarburos, refinación y abastecimiento de combustibles viene siendo notable desde abril de 2012. Va quedando atrás la nefasta herencia de Repsol, hecho que sólo puede beneficiar a la sociedad toda, así como a las nuevas generaciones de argentinos y argentinas. En pocas palabras, la gestión pública de YPF viene demostrando ser altamente exitosa. Por cierto, un hecho nada menor, desde que prueba -además de la idoneidad y la capacidad de los argentinos- que en el actual contexto de políticas energéticas, sus costos y precios internos, una empresa petrolera en la Argentina puede generar utilidades, girar dividendos a sus accionistas y hacerlo sin descuidar sus activos, sin desplomar la propia producción ni la tasa de reposición de reservas, sin abandonar las inversiones de riesgo, sin desabastecer a la ciudadanía, sin generar pasivos, sin depredar yacimientos (como denuncia Montamat para las restantes petroleras), acompañando y hasta apuntalando el crecimiento de una explosiva demanda, así como apostando al mercado interno para ganar más cuota en el marco de la libre competencia. De la misma manera que la Argentina para el neoliberalismo planetario, YPF es, para el neoliberalismo doméstico (y también extranjero), un mal ejemplo que debe terminar.