Fuente: Elaboración propia en base a datos del ENARGAS, Datos Operativos (Agosto de 2017). La incorporación de nuevos usuarios al servicio de gas por redes, entre enero y agosto del corriente, es la peor desde 1993. La cifra inmediata superior fue la de 2002. En relación a los mismos meses de 2016, cayó un 63%. Y en comparación con igual período de 2015, la caída es del 70%

Repaso 2016
En 2016 se incorporaron 112.399 nuevos usuarios, equivalentes a una caída interanual del 19,4%. Es la peor diferencia desde 2009 y la tercera peor desde 1993:


Fuente: OETEC en base a datos del ENARGAS, Datos Operativos. Las peores caídas obedecen a la debacle de 2001 y 2002. El macrismo anda muy cerca de repetir semejantes comportamientos.

Enero a agosto de 2017
En los primeros ocho meses del presente año, en relación a los mismos meses de 2016, la incorporación de nuevos usuarios al servicio público de gas cayó un 63%. En comparación con igual período de 2015, la caída es del 70%:


Fuente: Elaboración propia en base a datos del ENARGAS, Datos Operativos (Agosto de 2017).

Impacto del tarifazo (2017)
En el gráfico que sigue se analizan los cambios en lo que va del año en la cantidad de usuarios del servicio público. En rojo se aprecian dos caídas:


Fuente: Elaboración propia en base a datos del ENARGAS, Datos Operativos (Agosto de 2017).

Tal comportamiento, es decir, usuarios que se dan de baja en dos meses de un mismo año es la segunda vez que ocurre desde 1993. La primera, fue en 2016.

Conclusiones (sobre el fomento al excedente exportable)
Para el neoliberalismo, en un enfoque lamentablemente adoptado por una importante proporción de la ciudadanía, la salud de un sistema gasífero depende de su capacidad exportadora. Es decir, las cosas funcionan bien y somos eficientes si exportamos mucho gas e importamos poco o nada. Esta visión, netamente empresaria y mercantilista, se impuso durante la campaña de 2015 (en realidad, a lo largo de las tres gestiones kirchneristas).

Pero la salud de un sistema gasífero desde el punto de vista de las clases populares, no debería estar en función de su balanza comercial sino en la accesibilidad y asequibilidad del servicio público de abastecimiento de gas por redes. En otras palabras, los usuarios deberían preocuparse por tener un servicio público barato, confiable y progresivamente en expansión. Y esto es, precisamente, lo contrario de lo que viene sucediendo desde la asunción de la anarquía de mercado, en diciembre de 2015.

¿Las razones? Si bien lo trataremos en un informe aparte, entre las más importantes podemos destacar la reapertura exportadora, y que según adelantó el CEO-ministro comenzará en 2018.

¿Qué tienen que ver las exportaciones con los usuarios? En un mercado interno con una demanda que difícilmente puedan bajar mucho más, en el marco de una producción de gas en caída e insignificantes niveles de inversiones en nuevos proyectos, el excedente exportable debe fomentarse a través de una drástica reducción en los niveles de expansión del servicio público del gas por redes. El tarifazo, en este sentido, cumple un rol estratégico.