Fuente: Cuenta de Twitter personal del secretario de Energía del Ministerio de Hacienda del FMI, 22 de noviembre de 2018.

Fortín de Piedra, concesión de Tecpetrol en Vaca Muerta, nació gracias a la Resolución 46 (subsidios estatales) que pagan el gas no convencional de yacimientos nuevos 7,5 US$/MMBTU en 2018, mientras que 7 US$/MMBTU en 2019 y reduciendo 0,5 por año hasta 2021.

Como ya hemos analizado, sucede que sin los subsidios de la Resolución 46, sumados a los de la Resolución 447 (shale gas de Cuenca Austral), la producción nacional se hubiera desplomado 2,5% entre enero y septiembre, (1) en lugar del crecimiento de 5,5%:


Fuente: Elaboración OETEC en base a datos de la Secretaría de Energía, Tablas Dinámicas. Se descontaron Fortín de Piedra a las producciones totales de 2017 y 2018; Campo del Indio Este a 2018; Estación Fernández Oro a 2018, restada la producción de 2017 no atribuida a la Resolución 46; Aguada Pichana Oeste a 2018, Aguada Pichana Este VM a 2018 y Rincón de la Ceniza a 2018, restada la producción de 2017 no atribuida a la Resolución 46.

Ahora bien, hilando más fino, encontramos que sin los subsidios a la producción de Vaca Muerta (Resolución 46), como dijimos, básicamente concentrados en manos de Tecpetrol y su Fortín de Piedra, la producción nacional hubiera declinado 0,7% en el acumulado a septiembre:


Fuente: Elaboración OETEC en base a datos de la Secretaría de Energía, Tablas Dinámicas. Se descontaron Fortín de Piedra a las producciones totales de 2017 y 2018; Estación Fernández Oro a 2018, restada la producción de 2017 no atribuida a la Resolución 46; Aguada Pichana Oeste a 2018, Aguada Pichana Este VM a 2018 y Rincón de la Ceniza a 2018, restada la producción de 2017 no atribuida a la Resolución 46.

¿A cuento de qué lo anterior?

En primer lugar, sería impensado, impracticable e inviable que la gestión macrista se vuelque a la exportación masiva de gas en un contexto de caída de la producción nacional. La mayor producción de Vaca Muerta, equivalente a afirmar "la mayor producción de Fortín de Piedra" -a la sazón financiada y premiada con los impuestos de la ciudadanía vía subsidios estatales- sortea este escollo.

En segundo lugar, y específicamente sobre el sutil mensaje de hacernos creer que esa mayor producción se destina a los argentinos y las argentinas (los 2,3 millones de hogares, en el mensaje de tweet), nada más falso. Sucede, en realidad, que el mercado interno consume y consumirá cada vez menos gas natural en 2019. ¿Por qué? No solamente por el escenario de mayúscula recesión para 2019, sino también por la paralización/demora de los grandes gasoductos troncales (emblemático el caso del GNEA), la progresiva destrucción del aparato industrial y productivo nacional (emblemático el caso de la Planta de Agua Pesada y el segmento PyMEs), el impacto negativo del tarifazo en el consumo doméstico y la deliberada política de retracción en la expansión del servicio público de gas de red.

En suma, y parafraseando al secretario de Energía del Ministerio de Hacienda del FMI, la producción récord de Fortín de Piedra permite que, a la fecha, 18 contratos de exportación (dilapidación) de gas a Chile y a Brasil estén en marcha o prontos a autorizarse, con un volumen diario comprometido que, al 23 de noviembre, supera el pico diario alcanzado en los acuerdos gasíferos Menem-Frei.

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(1) Tal la importancia de estos programas que, en la miseria generalizada para el pueblo argentino, el régimen neoliberal se aseguró en el proyecto de Ley de Presupuesto se sostenga el sobreprecio al shale gas, fundamentalmente concentrado en las empresas de Rocca y Eurnekian.