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La gestión de Repsol en YPF: crónica de un saqueo sin precedentes

Autor | OETEC-ID


Palabras Claves
declinación, producción de petróleo, recuperación, renacionalización, Repsol, YPF



24-04-2014 | El desempeño de YPF bajo la gestión de Repsol, desde su ingreso al capital social de la empresa en 1998, su control total a partir de 1999 y hasta el 15 de Abril de 2012, resultó pésimo y particularmente hostil a los intereses vitales de la Nación Argentina. Veamos a continuación qué nos dice la evidencia empírica.


De acuerdo a información publicada en los estados contables de la empresa y a datos producidos por la Secretaría de Energía de la Nación en base a declaraciones juradas, la producción de petróleo declinó durante el período 1998-2011 un 43% (por consiguiente la concentración de mercado de YPF en la extracción petrolera descendió del 42% al 34% entre 1997 y 2011); la producción de gas natural si bien aumentó 33% entre 1997 y 2004, disminuyó durante el período 2004-2011 un 37% (por consiguiente la concentración de mercado de YPF en la extracción gasífera bajó del 66% al 23% entre 1997 y 2011); y el procesamiento de crudo en las refinerías cayó durante el período 2007-2011 casi 19%. En consecuencia, durante los últimos años los volúmenes de importación de combustibles líquidos, de gas natural boliviano y de GNL fueron ascendiendo significativamente, observándose en 2011, el año previo a la intervención pública de la compañía, un déficit comercial en materia energética de US$ 9.397 millones.

Las razones por las cuales Repsol llevó a cabo este proceso de desinversión en lo concerniente a la declinación sistemática en la extracción de petróleo de YPF desde fines de la década del 90 hasta los días previos a la intervención estatal tienen origen en la decisión de concentrar la explotación sobre el 15% de los yacimientos maduros que le reportaban mayor rentabilidad. Con respecto a la declinación provocada por Repsol en la extracción gasífera de YPF, la caída sistemática de la misma a partir del año 2005 se debió a que Repsol decidió iniciar paulatinamente la importación de gas natural boliviano y en particular de gas natural licuado (GNL) a partir de 2008, aprovechando y beneficiándose económicamente en éste último caso de las unidades de negocio que Repsol posee en el exterior (plantas de liquefacción de gas natural y buques metaneros y regasificadores de GNL) a fin de maximizar las ganancias casi sin límites. Similar práctica llevó a cabo Repsol, también a partir del año 2008, con la declinación sistemática en el procesamiento de petróleo en sus refinerías para beneficiarse de los incentivos fiscales aplicados a la importación de combustibles líquidos.

En lo concerniente al nivel de reservas comprobadas de petróleo y de gas natural correspondientes a las concesiones de explotación de YPF para el período 1999-2011 se observa una declinaron del 65%. Con respecto al supuesto "descubrimiento" de Repsol anunciado en 2010 sobre la formación geológica de hidrocarburos de explotación no convencional "Vaca Muerta" en la cuenca Neuquina, tal descubrimiento fue resultado de los esfuerzos exploratorios de YPF Sociedad del Estado durante la década del 60 en el contexto de las inversiones de capital de riesgo que resultarían años más tarde en el descubrimiento del yacimiento gasífero Loma La Lata, teniéndose conocimiento entonces sobre la presencia de la unidad formacional "Vaca Muerta". Sí corresponde a Repsol tomar la iniciativa a partir del año 2009 en delinear la formación geológica en cuestión, pero no para invertir directamente en ella, sino más bien para ofrecer a la venta YPF S.A. con un potencial hidrocarburífero muy atractivo en esa unidad formacional o en su defecto para que un tercero aporte el capital requerido para la puesta en valor de la misma.

Por cierto, cuando se indaga sobre las inversiones de capital de riesgo en exploración por parte de YPF durante la gestión de Repsol, se observa en el período 2003-2011 la realización en promedio de apenas 8 pozos exploratorios por año, mientras que YPF Sociedad del Estado durante la década del 80 efectuaba en promedio 117 pozos anuales de exploración.

Con respecto a la política de formación de precios de los combustibles líquidos por parte de Repsol en el mercado interno de Argentina, la empresa interpretó como una amenaza, en su afán por maximizar ganancias sin el compromiso de efectuar inversiones, el hecho de asumir la responsabilidad de administrar racionalmente los recursos para ofrecer seguridad de abastecimiento al mercado interno y costos competitivos para la estructura socioeconómica del país. En ese sentido, Repsol consideraba como amenazas la limitación existente en Argentina para trasladar los precios locales del crudo y de los combustibles líquidos derivados a los de referencia internacional, las restricciones a los volúmenes exportables de hidrocarburos (retenciones a la exportación incluidas), la necesidad de solicitar prórrogas para las concesiones de explotación que están próximas a su vencimiento, la obligación de presentar anualmente planes de inversión orientados al incremento de la producción hidrocarburífera y del remanente de los yacimientos, etcétera. Analicemos brevemente este comportamiento anárquico de Repsol.

Establecer precios de referencia internacional para el petróleo y subproductos derivados en el mercado interno resulta absurdo y ridículo porque Argentina todavía posee yacimientos petrolíferos suficientes para continuar manteniendo el autoabastecimiento de las destilerías y una capacidad instalada en su parque de refinación que puede satisfacer la mayor parte de la demanda de combustibles líquidos si las plantas procesaran crudo al máximo de su capacidad, mientras que la producción gasífera local podría haber evitado la importación, fundamentalmente de GNL, sino hubiera sido provocada la sistemática declinación registrada a partir del año 2005 por Repsol para beneficiarse de sus negocios internacionales mencionados precedentemente. Aquí no debe olvidarse que fue el Estado Nacional quien a partir del año 2004, en el contexto de implementación del Plan Energético Nacional y de la creación de la empresa pública Energía Argentina S.A. (ENARSA), el que se hizo cargo de aumentar la capacidad de transporte del sistema nacional de gasoductos troncales, debido a que las empresas beneficiadas con la privatización de Gas del Estado no invirtieron un solo centavo para expandir el mismo entre 1992 y 2003, destinando la internalización de las rentas extraordinarias percibidas con los ilegales aumentos sistemáticos de tarifas regidos entre 1993 y 2001 a la construcción de gasoductos que tenían como único destino la exportación (sin abastecer en su trazado a ninguna aglomeración urbana ubicada en territorio argentino) y, por supuesto, a la transferencia de capitales a sus casas matrices en el exterior, violándose de esta forma la Seguridad Jurídica de los ciudadanos argentinos, de acuerdo a lo estipulado por las leyes 24.076 (Marco Regulatorio del Gas) y 17.319 (de Hidrocarburos) que prohíben las exportaciones de hidrocarburos cuando el mercado interno se encuentra insatisfecho.
Esta cuestión cabe traerla a colación por la participación de Repsol en sociedades del mercado ampliado de la energía y en particular del sector gasífero de Argentina (que incluye gasoductos de exportación donde YPF es co-propietario y operador).

* Investigación original: Ricardo A. De Dicco



Bibliografia
- OETEC "A dos años de la intervención pública de YPF SA", Ricardo De Dicco y Federico Bernal.