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Desarrollo Económico

| Artículos de opinión

Producción, empleo y reindustrialización. El FONDEAR en contexto

Autor | Fernanda Vallejos


Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
financiamiento público, FONDEAR, inversión pública, obras de infraestructura, producción, reindustrialización, rol del Estado



05-05-2014 | A fines del año pasado, cerquita de las fiestas, y en el marco de la Mesa de Diálogo con empresarios y trabajadores, oportunamente convocada por la Presidenta de la Nación, se anunciaba que se trabajaría en la reducción de la tasa de informalidad laboral, el incentivo a la inversión y la competitividad de las empresas. Sostenía, en aquel momento, el jefe de gabinete que "la primera medida será la inversión en infraestructura, para poder lograr una mejora logística integrada en economías regionales", impactando sobre la competitividad de la economía. En ese sentido el ministro de economía resaltaba que se avanzaría en "un plan de inversiones para mejorar la logística y el transporte, en especial en el ferrocarril Belgrano Cargas". Al mismo tiempo, se anticipaba la creación de "un fideicomiso, llamado FONDEAR, destinado a financiar proyectos en sectores estratégicos, con alto contenido tecnológico y en economías regionales". Se trataba, por supuesto, del Fondo para el Desarrollo Argentino, de 10.000 millones de pesos, destinados a créditos para el sector productivo, cuya creación oficializó la Presidenta hace pocos días atrás, a través del decreto 606/2014.


Es interesante recordar estos datos por varias razones. Lo primero que me viene a la mente es que por aquellos días de diciembre, mientras se hacían anuncios relevantes para la economía nacional, de cara al desarrollo y a la vocación del Estado de persistir en la lucha contra la informalidad laboral, la noticia pasaba desapercibida en los medios hegemónicos, que ocupaban sus páginas en profetizar una cotización del dólar ilegal -el mismo que, hoy por hoy, tras su evidente desplome, ha quedado en el olvido- en torno de 15 pesos. Lo segundo, es que da por tierra con el relato opositor que señala que no hay articulación entre el gobierno y las empresas, que la Mesa de Diálogo no funciona o que fue un mero espasmo poselectoral. Lo tercero -y más importante- pone de relieve la consistencia del trabajo del gobierno, en base a una planificación y a unas metas construidas, no aisladamente, ni cerrado sobre sí mismo, como se pretende instalar, sino en el marco del diálogo con el sector privado.

En esta misma columna dábamos cuenta, la semana anterior, de la inversión en infraestructura y obra pública (ver http://www.oetec.org/nota.php?id=398&area=14). También, durante la presentación de la renovación completa del Ferrocarril San Martín, la presidenta anunciaba que capitales chinos financiarán las obras de puesta en valor del ferrocarril Belgrano Cargas. Por otra parte, el Senado acaba de dar media sanción al proyecto de ley que busca fortalecer el combate al trabajo no registrado y la prevención del fraude laboral. Acostubrados, como estamos, a las noticias pasajeras y el análisis liviado no es menor, en estos tiempos en que se reclama al Estado, desde las usinas opositoras, por la supuesta falta de un "plan", poner sobre la mesa no sólo la existencia de un plan, que tiene que ver con el desarrollo económico y social de Nación y el sostenimiento de los objetivos irrenunciables del proyecto nacional-popular que encarna el kirchnerismo desde el 2003, sino también el cumplimiento, uno a uno, de los lineamientos, metas y objetivos de ese plan.

Haciendo foco sobre el Fondo que busca fortalecer el proceso de industrialización, apostando a la incorporación de alto contenido tecnológico y la generación de valor agregado en origen, es importante resaltar la identificación, por medio de este instrumento, de los proyectos que se consideran estratégicos para el desarrollo del país: que contribuyan a la expansión de la producción y de las exportaciones, la diversificación de la estructura productiva y la sustitución de importaciones, la generación de nuevos puestos de trabajo y el desarrollo regional equilibrado, haciendo especial hincapié en aquellos de alto valor agregado y que incorporan conocimiento en la producción.

El objetivo fundamental de la política económica, vinculado a la inclusión plena a través del empleo, está en estrecha relación con la profundización del proceso reindustrializador. Es a la luz de esta mirada que se debe resignificar cada una de las medidas que venimos reseñando. Por un lado, el Estado es garante de que los motores internos de la demanda agregada se mantengan funcionando (con inversión pública, social, con políticas de ingresos que sustentan el consumo) y, por ende, aún en tiempos de crisis internacional y caída del comercio, que el mercado interno asegure las condiciones primarias para la existencia de inversión y expansión de la economía. Por el otro, se definen estímulos para la producción, ampliando las fuentes de financiamiento (el Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario, implicó 5.860 millones de pesos entre el 2010 y 2013; las líneas de crédito para inversión productiva -reforma de la Carta Orgánica del Banco Central mediante- por las que los bancos privados destinan el 5% de su volumen de depósitos, significaron 53.700 millones de pesos, para 2013, y 23.000 millones de pesos, para el primer semestre del año 2014; las inversiones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, destinadas al sector productivo, alcanzaron en el año 2013, los 44.677 millones de pesos y las inversiones de las compañías de seguro, 19.900 millones, en el año 2013, y 2.500 millones, hasta abril de 2014) y fortaleciendo la competitividad, además de la inversión en infraestructura y logística, ya señaladas, subsidiando los costos de la energía (recuérdese que la industria mantuvo la totalidad de los subsidios frente al nuevo esquema de quita parcial, para el caso del gas y el agua).

El Estado es un actor central que garantiza las condiciones económicas para el sostenimiento de una demanda efectiva y un mercado interno dinámicos, a la vez que ofrece otros estímulos para la expansión de la inversión y la oferta, alimentando el círculo virtuoso de la economía. Es desde ese lugar que se interpela, como lo hizo la Presidenta en el anuncio del FONDEAR, a los sectores productivos para que inviertan y produzcan más "porque tienen el consumo asegurado por un modelo económico que les ha permitido crecer y seguir creciendo". Esto mismo implica, para las empresas, asumir el compromiso de expandir el volumen de sus ganancias incrementando las cantidades y no los precios. Implica, además, seguir avanzando hacia el objetivo de pleno empleo, con la meta de reducir la informalidad como parte de esa agenda. Implica profundizar los avances en materia de igualdad distributiva. Implica, en suma, seguir avanzado en la tarea de construir una Patria más grande, un país más justo. Una tarea que nos compete a los 40 millones de argentinos.