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Desarrollo Económico

| Artículos de opinión

David Ricardo: de los industriales a los fondos buitres

Autor | Ernesto Mattos


Conflictos de Interes
El autor no manifiesta conflictos de interés.


Palabras Claves
Argentina, Corte Suprema EE.UU., David Ricardo, fondos buitres, neoliberalismo, neoliberalismo financiero, Singer, sistema financiero internacional



19-06-2014 | Según David Ricardo lo importante en economía política no era estudiar un cuadro de arte y su relación con la oferta y la demanda porque su "no reproducción" la hacía una pieza única. En cambio una mercancía, como las telas, entraban dentro de las mercancías reproducibles y este proceso de producción implicaba la utilización de los tres factores: tierra, trabajo y capital. De cada una se deriva la renta de la tierra, el salario y la ganancia. Pero en este último concepto está la clave de la crisis actual, la ganancia. Luego de la crisis del 29´ comenzó un periodo de regulación desde el centro económico y financiero, de Estados Unidos a Europa.


Esto supuso distintos instrumentos de política económica que se adoptaron para evitar las consecuencias de la desregulación financiera previa a 1929. Pero la regulación por política económica incentivó el desarrollo y la acumulación de capital, lo cual permitió un desarrollo del capital fijo, o de las máquinas que fabrican otras maquinas, a su vez posibilito que las nuevas inversiones de las ganancias obtenidas, luego de un año contable, no fueran solo a asientos de contingencias o previsiones; la misma regulación de la economía generó la acumulación de capital que mejoró los procesos productivos y se pudo fabricar nuevos productos con más tecnología y menos mano de obra, o solamente mano de obra para la supervisión de las máquinas, lo que fue creando espacios de exclusión.

Inversamente, durante el periodo 1933 y 1973 se generaron avances para el desarrollo económico y social, en la esfera principal, la de producción. Las ganancias de la esfera de circulación tuvieron como correlato salarios acordes. Esto posibilitó la acumulación de capital, pero para los años 70´ comenzó otro fenómeno comenzó a cobrar mayor relevancia: la transición de un capitalismo industrial a uno financiero, este último sostenido en el primero. Esto tuvo como necesidad la liberalización de la mayor cantidad de economías caracterizadas por la regulación estatal durante el periodo de oro del capitalismo. Especialmente en América Latina donde la regulación económica había generado empresas estatales o mixtas que a su vez eran competidoras de las empresas de las economías centrales. Fue por ello que se precisó de dictaduras cívico-militares y desapariciones, en el caso de Latinoamérica, para implementar el sueño de "libre comercio" que proponían desde los centros económicos como EUA y Europa.

Entre los años 70´y 80´se montó una nueva ingeniería financiera que evitó la crisi de la deuda en América Latina en los ochentas. El plan Volcker y el Brady lograron convertir los préstamos bancarios en títulos que comenzaron a pasar de mano en mano. Esto fue posible por la necesidad de los EUA de salvar, una vez más, al sistema financiero. Es el principio de compra de títulos baratos y demandas por sumas irrisorias. El capitalismo posterior a los ochentas tienen las siguientes características: fondos de especulación y trasnacionales con poder económico a veces superior al de un Estado Nación.

En el caso argentino, la dictadura cívico-militar en 1982 modifica y cede el espacio para resolver los diferendos entre Estados o privados, o sea nos pueden enjuiciar en un tribunal extranjero. De allí en adelante surge, acorde de las transnacionales, el CIADI (Banco Mundial) y los tribunales de NY donde los "fondos buitres" tuvieron el apoyo de la corte suprema de EUA en el falló contra la Argentina, que la obliga a pagar unos u$s 1500 millones. Esta nueva ingeniería financiera internacional y nacional tiene como pecado original las modificaciones, en el caso argentino del periodo 1976-2001.

Lo que buscan imponer desde estos fondos buitres y empresas transnacionales es la igualdad de tratamiento de las empresas extranjeras y nacionales; seguridad de la inversión; y libertad, para la empresa, de transferir su capital. Esto fue otorgado durante el periodo de 1976 a 2001.

Estamos ante el poder financiero que acumularon los sectores de la economía real basados en la especulación financiera desde mediados de los años setenta. Este poder económico ha posibilitado que la regulación de 1933 conocida como acta de bancos que separaba los fondos de inversión y ahorro de los bancos, fuera derogada y posibilitara la fusión del conocido City Group (1999 durante el gobierno de Bill Clinton).

Este poder financiero en 15 empresas transnacionales concentran el 50% de la producción a nivel mundial y ha generado estos distintos mecanismos que permiten a una empresas o fondo de inversión litigar contra una Estado Nación y ganarle o llevarlo a la bancarrota sin medir las consecuencias. Todo, claro está, con la complicidad de las 10 economías que concentran el 50% de la riqueza del mundo.

Del poder y la concentración económica tenemos algunos casos emblemáticos: en 2004, el grupo estadounidense CARGILL, por ejemplo, hizo pagar 90,7 millones de dólares a México, que fue declarado culpable por la creación de un nuevo impuesto sobre las gaseosas. En 2010, la Tampa Electric Company gano 25 millones de dólares a Guatemala, cuando la demandó contra una ley que establece un techo para las tarifas eléctricas. En 2009, el grupo público sueco Vattenfall denuncia a Berlín, reclamándole 1.400 millones de euros, con motivo de que "las nuevas exigencias ambientales de las autoridades de Hamburgo vuelven antieconómico (sic) su proyecto de central de carbón" (Le Monde Diplomatique jun-14).

No es sólo el fallo de la corte suprema o el fondo de inversión de Singer el meollo de esta cuestión, sino la nueva ingeniería financiera que busca reducir los tiempos de las ganancias a través de la especulación financiera a cualquier precio, aunque eso signifique dejar un Estado en la ruina, la pobreza y la exclusión social, máxime, cuando la Argentina ha impulsado un modelo de desarrollo nacional que hace ruido en el capitalismo actual.