"Ing. Enrique Martín Hermitte"
Soberanía y Seguridad Jurídica Popular
| Artículos de opinión
Autor | Federico Bernal,
Conflictos de Interes
El autor no manifiesta tener acciones en YPF u otra competidora de Shell
Palabras Claves
acciones, Aranguren, combustibles, conflictos de interés, denuncia, incremento, Martín Doñate, Shell, suba
01-04-2016 |
Cada vez que Shell, segunda empresa del mercado de los combustibles aumenta el precio de las naftas por decisión de su ex presidente y actual ministro de Energía, Shell Argentina gana plata, Shell casa matriz gana plata y el ministro de Energía, accionista de Shell, gana plata.
A partir de hoy empiezan a regir los nuevos aumentos para los combustibles. Un 6% a partir de hoy y que acumula un 20% en apenas tres meses, un incremento inédito, insólito. ¿Qué busca la administración nacional? Alinear los precios internos, de lo que consumimos los argentinos, a los precios internacionales. ¿Esto es algo nuevo por parte del conservadurismo local? Derrotado el Plan de Operaciones de Moreno y Belgrano, en 1812, el Triunvirato bajo el control de Rivadavia y la Cámara de Comercio Británica de Buenos Aires, decretaba libre de derechos a la exportación de carnes, a la vez que fijaba un impuesto del 20% a la que se consumiese en el mercado interno. O sea, un aumento del 20%, el mismo que hoy padecemos en materia de combustibles. ¿Y por qué? Cuando escuchamos a los neoliberales hablando de "derroche del consumo", "fiesta del consumo", etc., por eso mismo, porque aborrecen el consumo, porque mientras más se consuma, más mercado interno, más industria, más calidad de vida, más obligadas deben estar las empresas privadas (nuestra bendita burguesía nacional) en invertir, y más se nota y se exponen cuando no lo hacen (véase el caso de los cortes eléctricos, Edenor y Edesur).
¿Y qué pasa cuando echa a rodar el ciclo virtuoso del consumo, de la industrialización? Se genera empleo genuino, que implica a su vez más bocas que alimentar; y se generan recursos genuinos, que implica una menor necesidad de recurrir a préstamos foráneos. Hay crecimiento del PBI sí, pero con desarrollo social y autosuficiencia económica. No hay derrame, no señores y señoras. En un proyecto nacional y verdaderamente democrático, no hay derrame, hay irrigación, desde abajo. Como el Martín Fierro nos recuerda: "se ha de recordar, para hacer bien el trabajo, que el fuego, pa calentar, debe ir siempre por abajo".
Entonces, ¿qué pasa cuando echa a rodar el ciclo virtuoso del consumo, de la industrialización, del empleo genuino, de las inversiones genuinas, públicas y privadas, cuando se avanza con el ahorro interno? Pasa que la Argentina se consolida en calidad de Estado Nación, y nuestros conservadores se ponen muy nerviosos y violentos, porque la Argentina deja de ser una republiqueta bananera de 3 provincias pampeanas, del 0,1% de la población, de exportador masivo de materia prima e importador masivo de manufacturas.
Los incrementos de tarifas y precios no es un error de la política conservadora. No son tontos. Es una herramienta para poner en jaque a la Nación, para retrotraernos al granero del mundo.
Juan Álvarez en su excelente libro Las Guerras Civiles Argentinas, cuenta que cuando el Triunvirato imponía un aumento del 20% a las carnes en las Provincias Unidas de 1812, frente a esto se alzó la ciudadanía y el gauchaje, y este, aunque parezca insólita la coincidencia, fue su lema: "la pampa y las vacas para todos". Los conservadores esgrimían el derecho de la propiedad individual. Y la derrota siguió. Después vino el decreto sobre la "vagancia" de 1815, decreto mediante el cual todo individuo de la campaña que no fuese propietario sería considerado sirviente y quedaba obligado a reconocer un patrón. Poquito más tarde la Ley de Enfiteusis, el empréstito de la Baring, la derrota de Pavón, "civilización y barbarie" y la Guerra del Paraguay.
Nada de carne barata. Nada de electricidad barata. Nada de combustibles baratos.
Y la verdad es que, a esta altura del partido, la noticia de un nuevo aumento de los combustibles no es noticia, ni desde el punto de vista periodístico ni desde el punto de vista político.
¿Cuál es la noticia entonces? Saben ustedes que el mercado de los combustibles en la Argentina es un oligopolio. Es decir, muy pocas empresas se reparten el funcionamiento de este sector. Ejemplo: en la elaboración de naftas súper, YPF explicó en 2015 el 56,4% de la producción, Shell el 16,6%, Axion (Esso) el 14,6%, Oil 8,2% y Petrobras 6,8%.
Shell, segunda en venta de combustibles y creciendo desde el 10 de diciembre de 2015. ¿Por qué? Es ministro de Energía Juan José Aranguren. ¿Y quién es Aranguren? Ex CEO de Shell. ¿Nada más? No, nada más no. Según supimos de la denuncia del diputado Martín Doñate, del FPV-PJ de Río Negro dirigida al "ex CEO de Shell", el actual diputado "estaría incurriendo en incompatibilidad para ejercer el cargo público; conflicto de intereses en lo económico; trato familiar con los directivos de la mencionada empresa; y eventual comisión de delitos de acción pública contra el erario nacional".
¿Qué pasa con Aranguren entonces? Es propietario de 13 millones de pesos en acciones clase A de Shell casa matriz. Es decir, y acá llamamos a las organizaciones de defensa del consumidor a que se pongan en acción de una buena vez, aparezcan y defiendan la seguridad jurídica del pueblo argentino: cada vez que Shell, segunda empresa del mercado de los combustibles aumenta el precio de las naftas por decisión de su ex presidente, Shell Argentina gana plata, Shell casa matriz gana plata y el ministro de Energía, accionista de Shell, gana plata.
Cuando de incrementos del costo de vida del pueblo argentino se trata, esta es la única noticia, ahora y siempre. Porque cuando en 1812 Rivadavia, agente británico y comerciante británico nos aumentaba el precio de las carnes también se le llenaban los bolsillos.
Bibliografia
OETEC: "La denuncia contra el ministro Juan José Aranguren es sumamente positiva" (17/03/16)
http://www.oetec.org/nota.php?id=1663&area=21