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INVESTIGACIÓN

Servicios Públicos de Electricidad y Gas Natural

| Artículos de opinión

Felicitaciones a todos aquellos que han participado en la construcción de una nueva central eléctrica en la Argentina

Autor | Kirsty Gogan Alexander


Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Atucha II, cambio climático, central nuclear, Chernóbil, Chernobyl, CO2, desarrollo, dióxido de carbono, energía nuclear, Fukushima, gases de efecto invernadero, inauguración, industrialización, Kirsty Gogan, seguridad energética



20-02-2015 | Los científicos e ingenieros son héroes que ayudan a sentar las bases de la prosperidad. [Nota del editor = Kirsty Gogan, es directora y cofundadora de la ONG "Energy for Humanity", investigadora del Instituto Nuclear Dalton de la Universidad de Manchester. Ex directora del Departamento de Energía y Cambio Climático de la Asociación de la Industria Nuclear, Reino Unido].


Atucha II se une a la lista de más de 400 centrales nucleares que actualmente están funcionando en el mundo y proveen una gran cantidad de energía eléctrica de manera constante. El acceso a la energía eléctrica es un aspecto fundamental a fin de reducir la pobreza. Ilumina nuestras calles por las noches y alimenta nuestros hogares, escuelas y hospitales, así como las fábricas y las oficinas. Es el primer paso crucial hacia la modernización.

La electricidad es fundamental para la industria, por lo que también es la base de la creación de empleos y una vía esencial para dotar de ingresos a la población. La energía nuclear se basa en una infraestructura de alta tecnología que requiere trabajadores altamente calificados en ciencia e ingeniería, respaldados por una administración que debe ser muy eficiente. También es un área de cooperación internacional, en la que participan personas de todas partes del mundo, incluidos los norteamericanos, chinos y europeos, que colaboran entre sí en las cadenas de suministro a nivel mundial, comparten conocimientos e impulsan la innovación.

En el futuro, dicha innovación encontrará la forma de reducir los residuos de los reactores existentes mediante nuevos diseños que actualmente se encuentran en etapa de desarrollo. Si bien la central de Atucha II tiene un claro impacto económico, una de las principales razones para apoyar la energía nuclear son los beneficios para la salud y el medio ambiente, en comparación con todas las otras fuentes de energía.

La industria nuclear desempeña un papel crucial en medicina, como son los materiales para la radioterapia y la exploración avanzada, pero también tiene implicaciones en materia de emisiones de carbono y calidad del aire. La energía nuclear no sólo es una fuente de energía limpia, sino que es además una fuente de energía lo suficientemente grande como para garantizar una base estable para el crecimiento económico. Estas sustancias crean una contaminación adicional, a la que se le presta menos atención que al dióxido de carbono de los gases de efecto invernadero. Por lo tanto, se puede mejorar la calidad del aire si se sustituye el carbón por la energía nuclear. Un claro ejemplo de esto es el estado canadiense de Ontario. Aquí, el gobierno tomó la importante decisión de construir centrales nucleares y cerrar las de carbón. El resultado fue un gran descenso del número de alertas de contaminación en el Estado, y una reducción de los costos sanitarios vinculados a la mala calidad del aire, como el asma y las enfermedades pulmonares.
Este beneficio es significativo con relación a la calidad de vida de las personas afectadas.

Alemania y Japón por el contrario, redujeron la energía nuclear, lo que produjo una gran caída de la calidad del aire, así como impactos en la salud futura y aumento de las emisiones de carbono. Si bien el miedo hacia lo nuclear es importante, ha sido intensificado por una campaña antinuclear que tiene sus raíces en el temor a una guerra nuclear durante la Guerra Fría. Las campañas mundiales de los años 50 y 60 contra las armas nucleares, se extendieron a la energía nuclear en los años 70 y establecieron una comparación directa entre las secuelas de las armas nucleares y las de los accidentes en las centrales nucleares. Sin embargo, la comunidad mundial especializada ha podido estudiar en detalle el impacto a largo plazo sobre la salud derivado de accidentes graves como el de Chernóbil y, más recientemente, Fukushima. Se muestra que los riesgos para la salud de estos raros accidentes nucleares han sido reducidos en comparación con los efectos probados sobre la salud del carbón y de otras fuentes importantes de contaminación industrial. Los impactos del carbón y la gasolina son tan evidentes, que parece extraño que esos lugares busquen convertirse en "zonas de libres de armas nucleares" como si esto los volviera más limpios, más saludables o menos expuestos al riesgo. Ocurre exactamente lo contrario. Los lugares que se oponen a la energía nuclear por motivos de salud y seguridad se niegan a aceptar el mayor riesgo que plantean los combustibles fósiles, tanto para la salud de la atmósfera mundial como para la salud de las comunidades locales.

La energía nuclear no sólo es una fuente de energía limpia, sino que además es una fuente de energía lo suficientemente grande como para garantizar una base estable para el crecimiento económico.