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Desarrollo socioeconomico y Geopolitica del Desarrollo

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Geopolítica del macrismo: una vuelta a las relaciones carnales

Autor | Belen Ennis


Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Aderak Quintana, Alianza del Pacífico, EE.UU., macrismo, Mercosur, México, Rafael Correa, relaciones carnales, Roberto Soto, TLC, Unasur



09-12-2015 | "Les convoco a que suscribamos un verdadero Tratado de Comercio de los Pueblos, bajo los principios de integración de nuestras economías y sociedades, que nos complemente, que sea solidario, como los dedos de una mano, para ir con firmeza y afecto a sentar las bases reales de nuestras soberanías alimentarias, energéticas y financieras de la región". Rafael Correa, 2010.


La frase del presidente ecuatoriano vuelve a cobrar relevancia cuando la clase dirigente argentina, próxima a asumir este 10 de diciembre, ponga en riesgo o por lo menos intente trabar el desarrollo de la segunda y definitiva independencia de nuestro continente: la económica. Las declaraciones de Mauricio Macri respecto de tensionar las relaciones con el MERCOSUR y la UNASUR y converger hacia una Alianza del Pacífico traccionada por los Estados Unidos giran en un sentido completamente diferente a los conceptos de "pueblo", "complementariedad", "solidaridad" y "soberanía" a los que hacía referencia Correa en 2010. Incluso, aquél "Tratado de Comercio de los Pueblos", materializado en la negativa al ALCA y la posterior fundación de la UNASUR, se encuentra hoy pendiendo de un hilo frente a las vertientes del librecambio, la desregulación, la privatización y la extranjerización de la economía. No es poca cosa. De nuevo, como en tantas ocasiones históricas, los fundamentalistas del conservadurismo político y del liberalismo mercantil, que todavía pululan por nuestro continente, resurgen dispuestos a arrodillarse frente al terrorismo financiero internacional, poniendo en riesgo no sólo el futuro de nuestro país sino el desarrollo integral e independiente de toda Iberoamérica.

Segunda independencia e integración regional…
Como bien destaca el sociólogo Aritz Recalde en su excelente artículo "Modelos de desarrollo e integración regional en América Latina", la segunda independencia y la integración regional "no son una mera manifestación de deseo intelectual, sino que por el contrario, son un camino imprescindible para que los pueblos del continente no sean aplastados por los intereses objetivos de las metrópolis imperialistas". Esos intereses objetivos no son otros que nuestros recursos, que sólo serán defendidos de las garras de los imperios de turno mientras nuestros pueblos y gobiernos consigan alcanzar la consciencia histórica que brinda la organización política. La ecuación es muy sencilla: cuanto mayor sea la integración de nuestro país respecto de América Latina y cuanto menor sea el grado de dependencia de los Estados Unidos, más cerca estaremos los argentinos de poder decidir respecto de nuestro futuro como país soberano. Lamentablemente, este no es el camino que propone seguir la Administración Macri al alentar la balcanización del continente mediante la presunta adhesión a tratados de libre comercio como la Alianza del Pacífico -un "ALCA pequeño" en palabras de Evo Morales- nacida a la luz de los intereses geopolíticos del Coloso del Norte.

Alianza del Pacífico, contención de China y vuelta al ALCA
La Alianza del Pacífico fue conformada en el año 2011 por Chile, Colombia, México y Perú -a instancias de los Estados Unidos- con el objetivo no manifiesto pero sí latente de debilitar la posición y las posibilidades de acción del MERCOSUR. Por tanto, Mauricio Macri parece contradecirse profundamente al afirmar que "hay que darle vitalidad y recuperar la dinámica del Mercosur, que estuvo casi congelado varios años y converger con la Alianza del Pacífico". Tan contradictorio como cuando el primer mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, al ocupar el cargo de presidente pro témpore de la Alianza del Pacífico, planteaba que el ideal de comercio libre, es decir, aquello de "avanzar progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas", no tenía sentido si no se traducía en "bienestar, creación de empleo y prosperidad para nuestros pueblos" mientras se asentaban en su país siete bases militares estadounidenses. Precisamente allí se encuentra el quid de la cuestión: todos los Estados firmantes de la Alianza del Pacífico, además de acuerdos entre sí, tienen Tratados de Libre Comercio (TLC) bilaterales con Estados Unidos.

En este sentido, el Profesor José Fortique, especialista en geopolítica de la Universidad Bolivariana de Venezuela, destaca en su interesante informe "Alianza del Pacífico ¿el nuevo club neoliberal?" que "la nueva estrategia de los EEUU con los TLC es contener a China, que ha demostrado fuerza con una diplomacia activa a nivel global. (…) La creciente inversión china en América Latina, implica a sectores mineros y energéticos pero se ha diversificado a la infraestructura y con una abundancia financiera ha permitido a algunos países escapar de la hegemonía del Fondo Monetario Internacional para la capitalización". A todo esto, la pregunta que debemos hacernos es si efectivamente el viraje de la Argentina hacia la Alianza del Pacífico implicará establecer un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Sin dudas ese será el objetivo perseguido por el Macrismo. Volverán las viejas "relaciones carnales" con el Imperio. A propósito de esto, y a modo de ejemplo, veamos cuál podría ser el futuro próximo de nuestro país a través del espejo que nos brinda la experiencia mexicana a partir de su adhesión al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

TLC y desindustrialización
En un valiosísimo artículo denominado "Tratado de Libre Comercio de América del Norte y desindustrialización en México", los investigadores Roberto Soto y Aderak Quintana aseguran que "desde la implementación de las políticas macroeconómicas neoliberales y, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la economía mexicana ha entrado en una fase de desindustrialización" profundizada por factores como "la ruptura de las cadenas productivas, el desmantelamiento de la actividad agropecuaria, la adopción del modelo económico maquilador, la transformación del sistema financiero y una profunda financiarización de la economía". Como es de suponer, los resultados palpables de este tipo de políticas han sido el estancamiento económico y el deterioro en la calidad de vida de la población mexicana.

El lector podrá preguntarse si la historia de México se condice con la de Argentina o, por lo menos, si la puesta en práctica de un Tratado de Libre Comercio (TLC) tendrá las mismas consecuencias aquí que en el país azteca. Efectivamente, la historia común y la herencia compartida de nuestro continente nos unen a las dos naciones. Al igual que nuestra economía, la economía mexicana atravesó -según nos explican los investigadores Soto y Quintana- por dos grandes etapas de transformación: "a) la primera comienza de la posguerra hasta inicios de la década de los setenta del siglo XX, período que se conoció como modelo de sustitución de importaciones o desarrollo estabilizador y b) desde mediados de los setenta hasta nuestros días, donde ha predominado el modelo neoliberal". Con matices esos dos períodos fueron experimentados por la gran mayoría de los países de América Latina.

En términos regionales, la bonanza de la primera etapa se debió a la decisión política de los estados latinoamericanos de poner en marcha un proceso de industrialización. Sin embargo -apuntan los mexicanos Soto y Quintana- fueron varias las situaciones que hicieron que este derrotero llegara a su fin, destacándose dos: "a) no haber cambiado el modelo de sustitución de importaciones por uno de desarrollo de exportaciones manufactureras y, b) como consecuencia de la crisis de deuda externa en la década de los ochenta del siglo pasado, se implementaron políticas contraccionistas y de austeridad sugeridas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)". Los resultados inmediatos los conocemos todos los latinoamericanos: estanflación en los 80 y crisis económicas, financieras y políticas en los 90, seguidas por un agravado proceso de desindustrialización, incremento sostenido del desempleo, la pobreza y la indigencia y una profundización de las desigualdades en toda la región.

Pero volviendo al caso mexicano, el Tratado de Libre Comercio para la América del Norte (TLCAN), firmado en Enero de 1994 por Estados Unidos, Canadá y México, fue presentado a todos los ciudadanos de este último país como la panacea para alcanzar el tan ansiado nivel de desarrollo de los países del primer mundo. Sin embargo, a casi 22 años de su implementación, sólo originó una triste combinación de reprimarización, maquilación y terciarización de la actividad económica, lo cual no sólo provoco la desindustrialización del país sino también el surgimiento de un empresariado con carácter rentista sin proyecto de acumulación y desarrollo nacional. Además, para que el modelo neoliberal funcione a la perfección los mercados financieros tuvieron que ser desregulados, es decir, el Estado tuvo que dejar de tener control sobre la política monetaria.

Tanto la banca pública como el banco central fueron dotados de "autonomía" con el fin inmediato de detener la inflación, dejando de lado el crecimiento económico y la generación de empleo pero sobretodo incumpliendo su función de prestamista del Estado. En este sentido, los investigadores Soto y Quintana destacan que una de las consecuencias de la privatización del sistema financiero, en particular el bancario, ha sido que "el acceso al financiamiento productivo se obstaculice, debido a que el negocio tradicional de la banca, el otorgamiento del crédito, se haya sustituido por la adquisición de deuda pública o la inversión en instrumentos financieros de alto riesgo, disminuyendo los recursos para las empresas productivas en particular la micro, pequeña y mediana empresa".

El deterioro de la industria nacional que viene sufriendo México a través de la apertura comercial, financiera y energética contribuyó a una gran pérdida de soberanía ya que son los grupos extranjeros los que se van apoderando de los resortes básicos de la economía. Asimismo, con la firma del TLCAN, la creciente y constante apertura de los mercados hizo que las importaciones cobren mayor relevancia, impactando de manera negativa sobre el mercado interno y volviendo a México cada vez más dependiente de la economía de los Estados Unidos. En definitiva, un escenario totalmente predecible para un país que ha cedido ante los requerimientos de las potencias imperiales y las fuerzas del librecambio.

Conclusiones
El surgimiento del neoliberalismo en América Latina posibilitó que, para acceder al apoyo financiero y hacer frente a la crisis de deuda de la década de los ochenta del siglo XX, México adoptara las llamadas "políticas de ajuste estructural" dictadas por el Consenso de Washington -lo mismo le correspondió a Argentina- para las cuales era necesaria una modificación sustancial del funcionamiento y el rol del Estado. Con los técnicos operando enquistadamente en el poder estatal se promovieron medidas como la disminución de la inversión pública (llamada "gasto" por los garúes del liberalismo), la quita de subsidios, la regulación y achicamiento del crédito, la privatización de empresas y servicios estatales y el aumento en la carga tributaria para la clase media y baja. Ahora bien ¿estamos hablando de los años 90, del escenario mexicano después del TLCAN o de las últimas medidas económicas anunciadas por el equipo de Mauricio Macri? La historia se confunde y se superpone. Esas mismas políticas neoliberales, que no han funcionado para ningún país en América Latina y que sólo nos han legado atraso y exclusión, resultan nuevamente victoriosas en las últimas elecciones. Al respecto, solamente la organización política de un pueblo consciente de su historia y empoderado de sus conquistas podrá detener las nefastas consecuencias de una posible vuelta al pasado.



Bibliografia
Aritz. Recalde (2012). "Modelos de desarrollo e integración regional en América Latina".

José Fortique (2013). "Alianza del Pacífico: ¿el nuevo club neoliberal?". América Latina en Movimiento (ALAI). http://www.es.lapluma.net/index.php?option=com_content&view=article&id=4907:2013-06-09-13-46-12&catid=93:america-latina&Itemid=426

Soto, Roberto y Quintana, Aderak (2014). "Tratado de Libre Comercio de América del Norte y desindustrialización en México". Universidad Nacional Autónoma de México. http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/19/pdfs/Soto-QuintanaOlaFinanciera19.pdf

Belen Ennis (OETEC - 01/12/2015). "Macrismo y cuestión regional: Entrevista a Enrique Lacolla"
http://www.oetec.org/nota.php?id=1456&area=1

Federico Bernal (OETEC - 25/11/2015). "Destrucción del Mercosur, Plan Belgrano y Alianza del Pacífico"
http://www.oetec.org/nota.php?id=1446&area=1

Federico Bernal (OETEC - 11/11/2015). "El TLC mexicano que Macri quiere para la Argentina"
http://www.oetec.org/nota.php?id=1415&area=1