ÁREAS de
INVESTIGACIÓN

Desarrollo Económico

| Artículos Periodísticos

Dilemas en la política de administración del comercio exterior

Autor | OETEC-ID


Palabras Claves
apertura importaciones, comercio exterior, industria, libre comercio, LNA, proteccionismo



24-02-2016 | [Economía política para la Argentina - EPPA] Con la llegada del nuevo gobierno la República Argentina decidió modificar los instrumentos que regulan la administración del comercio exterior. El gobierno tomó la decisión de abandonar el sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAI), implementado desde el año 2012, sustituyéndolo por un nuevo esquema basado en la asignación de Licencias para la Importación.


En el marco normativo de la Organización Mundial de Comercio (OMC), las licencias de importación constituyen un procedimiento administrativo mediante el cual los importadores deben presentar las solicitudes y documentación pertinente al organismo de aplicación responsable como requisito previo para efectuar la importación de mercancías. Dentro de las licencias se distinguen las de carácter automático (LA) y las de carácter No Automático (LNA). Las LA permiten recabar información estadística respecto al flujo de importaciones de bienes antes de su arribo al país, las solicitudes para importar mediante LA una vez presentadas en forma adecuada y completa deben ser aprobadas en todos los casos con un plazo máximo de 10 días hábiles. En contraposición, las LNA exigen el cumplimiento de normas técnicas del país de destino y los organismos nacionales de aplicación cuentan con un plazo máximo de 60 días para expedirse sobre su aprobación o rechazo.

Las LNA cubren un conjunto de mercancías para las cuales es necesario demostrar que satisfacen los requisitos técnicos exigidos por el país importador. En general estos requisitos hacen referencia a aspectos relacionados con la calidad de los bienes, la salud de los consumidores, su seguridad y la preservación del medioambiente. La OMC advierte a los países que apliquen estos instrumentos en abstenerse de utilizarlos como medidas distorsivas del flujo de comercio, ya sea generando requisitos técnicos de imposible cumplimiento que en la práctica terminen funcionando como barreras técnicas a la entrada de bienes además de evitar el diseño de procedimientos burocráticos poco eficientes para la otorgación de las licencias que incrementen significativamente el costo monetario de los bienes de importación restándoles competitividad frente a los de origen nacional.

Las LNA son un instrumento de política comercial ampliamente utilizado por los países miembros de la OMC, entre los países desarrollados que las aplican se encuentran Estados Unidos (alimentos y bebidas), la Unión Europea (textiles, productos agrícolas y siderúrgicos), Rusia (agroquímicos, joyas, materiales preciosos) y Japón (alimentos, explosivos, productos químicos, farmacéuticos y de uso medicinal), por el lado de los emergentes se distingue el caso de México (vehículos, productos químicos, farmacéuticos y agrícolas) y de Brasil (alimentos, amianto, productos farmacéuticos, perfumes, cosméticos y equipos para la industria aeronáutica). Lo cierto es que más allá del uso permitido en el marco de la OMC los países miembros tanto los desarrollados como los emergentes suelen utilizar las LNA junto a otros instrumentos de política comercial como mecanismos para fomentar el desarrollo de sus propios sectores productivos y la prueba de esto es el flujo permanente de denuncias cruzadas entre países del norte y del sur por la adopción de políticas proteccionistas.

El nuevo régimen de licencias que implementó el gobierno argentino exige que los importadores presenten a la secretaría de comercio las solicitudes de importación a través del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI). El nuevo mecanismo cuenta con 1440 posiciones arancelarias que deben tramitar LNA para ingresar al país, de este modo queda cubierto el 12% del total de posiciones arancelarias.

Respecto a la implementación de las licencias, un análisis de cobertura por LNA por sectores productivos, indica que los rubros de tipo trabajo intensivos (calzados, juguetes y textil) están contemplados junto con aquellos que han tenido cierto desarrollo en su entramado productivo en los últimos años (maquinaria agrícola, motos y bicicletas, autopartes, maquinaria y equipos, equipamiento eléctrico, vehículos y línea blanca), mientras que los sectores que no cuentan con cobertura son aquellos donde el país tiene alta competitividad como es el caso de alimentos y bebidas, o en los que no existe producción nacional o bien su nivel es lo suficientemente reducido para abastecer el mercado doméstico, como es el caso de la electrónica y los combustibles.

Los sectores que cuentan con mayor grado de protección son los tradicionalmente sensibles como el calzado (84%), textil e indumentaria (74%), y juguetes (48%). En este grupo también se hallan aquellos que han tenido un desarrollo sostenido en los últimos años como el sector de motos y bicicletas (52%) y la maquinaria agrícola (63%).

Entre los sectores de nivel medio de cobertura por LNA se destacan la producción del sector de línea blanca (38%), equipamiento eléctrico (31%), neumáticos (30%), marroquinería (21%), maquinaria y equipos (21%), equipamiento médico (20%), autopartes (19%) y vehículos terminados (13%).

Por último los sectores que cuentan con bajo o nulo nivel de cobertura son el sector de insumos para la construcción (10%), la producción electrónica (7%), otros ncp [1] (6%), alimentos y bebidas (0%), agroquímicos (0%) y combustibles (0%).




Con este nuevo mecanismo la Argentina decidió pasar de un sistema como el de las DJAI en el cuál el Estado administraba la totalidad del comercio exterior de bienes del país, hacia un nuevo esquema como el de las Licencias de importación donde la pretensión ya no es regular todo el tráfico comercial sino focalizarse en ciertos productos contemplados bajo la categoría de LNA. En relación a las DJAI las LNA son un instrumento menos potente en términos del alcance de cobertura sobre el flujo de comercio, también quedan obviados aspectos relativos a las proyecciones de empleo, producción e inversiones de las empresas solicitantes. La ventaja de las LNA es que son un instrumento altamente difundido entre los países miembros de la OMC lo que le aporta mayor legitimidad al uso del instrumento dentro de ese organismo.

En lo relativo a la capacidad de las LNA para resguardar el entramado productivo argentino y proteger la producción y el empleo del sector industrial el único margen de maniobra posible reside en la especificidad de los requisitos técnicos que se le exijan a los productos importados para ingresar al país y en la agilidad que se le otorgue al trámite de solicitud de la licencia. Si los requisitos técnicos en materia de seguridad, calidad, salubridad, etc. no son lo suficientemente restrictivos las LNA solamente serán útiles para demorar 60 días como máximo la entrada de bienes al mercado local con lo cual el país estará nuevamente jugando una partida con las más estrictas reglas del laissez faire.

La discusión enfrascada respecto a las ventajas y desventajas entre los diferentes instrumentos de política comercial que puedan ser utilizados es un asunto completamente poco importante, los instrumentos son solamente herramientas, lo que va a definir la suerte del sector industrial argentino no es el instrumento que se aplique si no la decisión política que se adopte al respecto. Si el nuevo gobierno decide profundizar el proceso de reindustrialización nacional que comenzó en mayo de 2003, la política de administración de comercio deberá tener un rol central cuyo objetivo deberá ser avanzar en un proceso de sustitución de importaciones ya sea con un régimen de LNA o con el que sea necesario. Por este motivo, lo que está en el centro de la discusión no es el diseño de los instrumentos de política comercial si no el rol que tiene que tener la política industrial y la administración de comercio en el nuevo gobierno.

Por lo que se ha dicho, un nivel alto de posiciones arancelarias cubiertas por LNA no garantiza absolutamente nada si no existe la decisión política de avanzar en un proceso de reindustrialización nacional con epicentro en la sustitución de importaciones apuntalado por una política de administración del comercio exterior que lo haga posible. Sin esta intención y decisión política, las licencias de importación serán una mera formalidad aduanera implementada para disfrazar una realidad de libre comercio.

En esta historia solamente algunos consiguen un lugar en el tren de la alegría y el resto empuja desde abajo, desde luego la decisión que se tome tiene costos políticos con ganadores y perdedores. Si el gobierno pretende avanzar en el desarrollo e integración de la industria nacional haciendo pie en la administración del comercio exterior deberá afrontar los embates por parte de los organismos internacionales, las denuncias venideras por parte de los países desarrollados en el marco de dichos organismos y la presión de los grupos económicos locales que se ven perjudicados por la regulación del comercio, si por el contrario la decisión es ajustarse completamente a los lineamientos de la OMC y ser el mejor alumno del organismo, las LNA como cualquier otro instrumento que se adopte estarán condenadas al fracaso, serán solamente formalidades administrativas cuyo resultado no será otro más que dar un salto al vacío en materia de integración y desarrollo para la industria nacional.

[1] Incluye pólvora y explosivos, productos químicos, medicamentos, equipos de oficina, metales preciosos, instrumentos musicales, etc.



Bibliografia
Dilemas en la política de administración del comercio exterior
http://eppa.com.ar/dilemas-en-la-politica-de-administracion-del-comercio-exterior/