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| Artículos de opinión

Pobreza Energética en la Argentina: lejos del éxito británico, camino al fracaso español

Autor | Belen Ennis


Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Aranguren, bono social eléctrico, Cold Weather Payment, Green Deal Finance, Pobreza Energética, Reino Unido, tarifazo, Warm Front Scheme, Warm Home Discount, Winter Fuel Payment



24-02-2016 | En muchas ocasiones la Pobreza Energética -entendida como la imposibilidad de mantener la temperatura entre los 18 y los 21 grados según la zona de la casa- se relaciona directamente con los niveles de pobreza general. Sin embargo, esta relación no es biunívoca ya que también puede detectarse en familias que se encuentran por encima de la línea de pobreza y que por los elevados costes energéticos corren serios riesgos de volver a padecerla. De manera que: no ser "pobre" en términos generales no nos excluye de la problemática y mucho menos nos exime de pasar a formar parte del tendal de "nuevos pobres" generados a medida que los gastos en luz y gas superan ampliamente nuestra capacidad de pago. Por tanto, el tarifazo eléctrico implementado recientemente en nuestro país no sólo constituye una amenaza para los sectores populares sino también para las clases medias. Ahora bien, creemos que analizar la experiencia internacional puede ser de gran ayuda a la hora de constatar cómo deben o no deben instrumentarse desde el Estado políticas públicas para mitigar los efectos de la Pobreza Energética. Por consiguiente, siendo que todos los países miembros de la Unión Europea han implementado medidas respecto de este problema, tomaremos los casos testigos de Gran Bretaña y España a fin de comprobar la eficiencia del primero y la inoperancia del segundo. Quedará a criterio de los lectores/as establecer a cuál de los dos ejemplos se acerca más la exigua Tarifa Social propuesta por el ministro Aranguren.


Acciones contra la Pobreza Energética en Gran Bretaña
Como hemos destacado en informes anteriores (ver bibliografía recomendada), el Reino Unido fue pionero en el estudio de la Pobreza Energética en Europa y su experiencia ha sido un aliciente para los países que todavía tienen un recorrido más corto en el tema, incluido España. Según el Informe Estadístico Anual sobre Pobreza Energética de 2014, para el año 2012 eran 2,28 millones de hogares británicos los que sufrían Pobreza Energética, es decir, un 10,4% del total. Por tanto, de cara a mitigar el problema, el gobierno británico implementó tres tipos de medidas: a) políticas de apoyo a la renta; b) regulación sobre los precios de la energía; y c) acciones para la promoción de la eficiencia energética.

En primer lugar, puesto que en muchos casos la Pobreza Energética es una cara de la pobreza general, las medidas de apoyo a la renta pueden contribuir a mitigarla. Dos son las principales que se han implementado en el Reino Unido: 1) el WFP (Winter Fuel Payment) que consiste en un pago directo a todos los hogares que cuentan con un miembro de 60 o más años siendo que a pesar de tratarse de una transferencia de renta abierta que no supone ninguna obligación de ser empleada en el pago de servicios energéticos, más del 40% se utilizan con ese fin; y 2) el CWP (Cold Weather Payment) que consta de un pago realizado por el sector público a un conjunto de individuos escogidos cuando la temperatura se prevé que baje de los 0ºC durante un periodo de siete días o más a razón de unos 30 euros por cada semana de mal tiempo.

En segundo lugar, respecto del precio de la energía, Gran Bretaña cuenta con el WHD (Warm Home Discount) como principal política orientada a reducir la carga de la factura energética a través del apoyo directo a su pago. El gobierno británico exige a las distribuidoras energéticas aplicar descuentos a pensionistas y a un grupo más amplio de hogares con baja renta según un criterio de selección establecido por ley.

Finalmente, respecto a la promoción de la Eficiencia Energética [1], tomaremos sólo dos de la gran variedad de programas: 1) el WFS (Warm Front Scheme) que se trata de una política de subvenciones públicas -a razón de unos 1.500 euros por hogar- para la mejora de calefacción (cambio de calderas) y el aislamiento a los hogares que ya se encuentran recibiendo algún tipo de ayuda pública y que viven en propiedades que están mal aisladas o que no tienen un sistema de calefacción central; y 2) el GD (Green Deal) que incluye al sector residencial y consiste en la imposición de estándares mínimos de eficiencia para el sector privado de alquiler, la instalación de un instrumento financiero (Green Deal Finance) que permite a los dueños aumentar la eficiencia energética de sus viviendas sin pagos por adelantado y con una inversión que se paga a través de la factura energética durante los siguientes 25 años asegurando que las futuras subidas de la factura nunca superarán los ahorros generados y, por último, la imposición de dos obligaciones a las compañías energéticas, quienes deberán reducir las emisiones del sector residencial en un porcentaje determinado y bajar el costo de la factura energética a un conjunto de hogares vulnerables facilitando medidas de mejora del aislamiento y la calefacción totalmente subsidiadas a los hogares elegidos.

En definitiva, desde hace 30 años el Reino Unido se encuentra a la vanguardia en la institucionalización de la lucha contra la Pobreza Energética, como lo fue en la sistematización de su estudio, y a la cabeza en el establecimiento de políticas integrales para combatirla.

Acciones contra la Pobreza Energética en España
La crisis económica española sumada a la caída en los ingresos reales y la suba en los precios de las tarifas de luz (un 76% desde 2007) y de gas natural (un 35% desde 2007), han provocado un disparo en el número de españoles que hoy en día no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada. Como consecuencia, entre un 9% y un 18% de los hogares españoles sufre de Pobreza Energética. Sin embargo y a pesar de la gravedad del problema, España no ha desarrollado aún una legislación específica y no cuenta con una política integral para combatirla. En este sentido, las acciones estatales se acotan sólo a algunas medidas paliativas como el bono social eléctrico siendo quienes más batallan contra la Pobreza Energética las organizaciones y los movimientos sociales autónomos.

El bono social eléctrico, tal como se nombre lo indica, consta de un descuento en el recibo de luz (quedando por fuera del beneficio la tarifa de gas natural) de un 25% en relación a la tarifa que utilizan la mayoría de los españoles, en otras palabras, cubre la diferencia entre el valor de la tarifa vigente y un valor de referencia denominado tarifa reducida. Entre los colectivos perceptores potenciales se encuentran: a) los que siendo personas físicas, tengan una potencia contratada inferior a 3 kW en su vivienda habitual; b) los consumidores con 60 o más años de edad que acrediten ser pensionistas del Sistema de la Seguridad Social por jubilación, incapacidad permanente y viudedad y que perciban las cuantías mínimas vigentes en cada momento para dichas clases de pensión, c) las familias numerosas; y d) los consumidores que acrediten formar parte de una unidad familiar que tenga todos sus miembros en situación de desempleo.

No obstante, gracias a la falta de una legislación específica, la definición de los conceptos y los rangos queda encerrada en una nube de indefiniciones siendo que algunos de los criterios que permiten a determinados acceder a la tarifa social poco tienen que ver con situaciones de Pobreza Energética, o al menos no están vinculados necesariamente con ella. Por tanto, aunque la ley que regula el bono social determina en su artículo 2 que deberá "establecerse un umbral referenciado a un indicador de renta per cápita familiar", es decir, que se debe fijar un tope máximo de ingresos y vincular el bono social a la renta familiar, éste aspecto no ha sido desarrollado por ningún gobierno quedando también pendiente la crucial tarea de definir al consumidor vulnerable, un imperativo que la Unión Europea exigió en las directivas 2009/72/CE y 2009/73/CE del Parlamento y del Consejo Europeo.

En este sentido y en 2013, la Secretaría de Estado de Energía remitió a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) el borrador de Proyecto de Real Decreto por el que se regulaba la actividad de comercialización y las condiciones de contratación y suministro de energía eléctrica. Allí quedaba establecido un umbral máximo de ingresos por hogar a la hora de beneficiarse del bono social: 120% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para la primera persona, el 70% del SMI para la segunda persona, y el 50% del SMI para la tercera y siguientes. Se trataba de una propuesta que contemplaba que el criterio de asignación del bono incluya el factor de renta para posibilitar que el instrumento se destine a los clientes verdaderamente vulnerables. Sin embargo esta propuesta de Real Decreto no prosperó, quedando por tanto pendiente de remodelación la única medida directa contra la Pobreza Energética en España.

La tarifa "anti-social" de Aranguren
Una situación parecida a la anterior es la que le tocará vivir a los argentinos cuando la inminencia de la Pobreza Energética se avecine y no se cuente con una política específica para su tratamiento. De allí la importancia de tomar en cuenta este lamentable indicador y exigirle a la administración nacional medidas realmente efectivas. La tarifa anti-social del ministro Aranguren, con sus criterios de exclusión y su ridículo tope de consumo en 150 kWh (para más detalle ver en OETEC "La Tarifa anti-Social del tarifazo. Migajas a los pobres": http://www.oetec.org/nota.php?id=1546&area=19), no apunta a solucionar el problema de fondo y año tras año llegado el invierno serán millones los argentinos que tendrán que optar entre calefaccionar adecuadamente su hogar, a riesgo de no poder afrontar el pago de la factura eléctrica, o pasar frío.

Hacemos propio el slogan de lucha de los movimientos sociales españoles que reza así: "la Pobreza Energética mata".

[1] La eficiencia energética es una forma de gestionar y limitar el crecimiento del consumo energético. Algo es energéticamente más eficiente si entrega más servicios por una misma cantidad de energía o incluso menos energía. Por ejemplo, cuando una lámpara fluorescente compacta utiliza menos energía (un tercio a un quinto) que una lámpara incandescente para producir la igual intensidad de luz, la primera se considera que es más eficiente energéticamente hablando.



Bibliografia
Page, David. "¿Cómo se combate la Pobreza Energética en Europa y cómo (no) se hace en España? http://sabemosdigital.com/hoy/1013-como-se-combate-la-pobreza-energetica-en-europa-y-como-no-se-hace-en-espana

Economics for Energy. "Pobreza Energética en España. Análisis económico y propuestas de actuación". Informe 2014.

OETEC (29/01/2016). "La tarifa anti-social del tarifazo (migajas a los pobres). http://www.oetec.org/nota.php?id=1546&area=19

OETEC (24/02/2016). "Tarifazo eléctrico y "Pobreza Energética". ¿De Europa a la Argentina?" http://www.oetec.org/nota.php?id=1560&area=1

OETEC (17/02/2016). Pobreza energética: ¿presente español; futuro argentino?
http://oetec.org/nota.php?id=1572&area=1