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| Artículos de opinión

¡Gracias buitres! Sobre las inversiones y la infraestructura que nos lloverán

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
El autor se manifiesta en las antípodas ideológicas y políticas de Mr. Paul Singer y la administración macrista


Palabras Claves
buitres, CEPAL, China, IED, infraestructura, inversiones, lluvia, Ministerio de Planificación, Plan Belgrano, represas, UNCTAD



15-03-2016 | Afirman que ceder ante el terrorismo financiero provocará una lluvia de miles de millones de dólares en infraestructura, derrame que redundará en una mejora de la calidad de vida para la ciudadanía, provincias pujantes, industrialización sin fin y hasta "revolución productiva", como hasta hace poco expresó el Presidente Macri. Falta que nos prometa llegar a Japón en hora y media partiendo de naves espaciales desde la provincia de Córdoba.


Preguntamos a los promotores y defensores de esta recurrente ficción que por reiterativa y en función de la experiencia histórica, más que falacia resulta ya una inadmisible burla para con los 42 millones de compatriotas: ¿En base a qué empréstito, préstamo, salvataje, blindaje o como le quieran llamar se basan para afirmar que endeudarse con el capitalismo financiero -hoy por hoy el vinculado a los fondos buitre, punta de lanza del terrorismo financiero y especulador occidental- habilitará una lluvia de dólares en la República Argentina y con ella el derrame en empleo, felicidad y "pobreza cero"?

Para colmo de males, se debe tener en cuenta que en este mundo ya no sobran las inversiones como antes. El diario La Nación, el 21 de febrero del corriente entrevistó al Presidente de la JP Morgan, jefe indirecto de muchos funcionarios de la actual administración. Textualmente dijo que "el mundo está mucho más complicado; el mercado de capitales está casi cerrado... así que la tasa dependerá mucho del contexto". La tasa dependerá del contexto y no del pago a los buitres. O en todo caso, muy secundariamente.

Además y según el último informe de la UNCTAD (2015), expresado por el mismo BAN Ki-moon: "Las inversiones extranjeras directas (IED) mostraron una caída del 16% en 2014 en relación a 2013... Los flujos de las IED explican más del 40% del financiamiento externo para las economías en desarrollo y en transición". Agréguese a ello la sostenida caída de los precios internacionales de los commodities, lo cual tiende a disminuir aún más el flujo de IED en industrias extractivas.

Preguntamos: ¿El pago a los buitres qué asegura en materia de inversiones? Absolutamente nada. No puede. Ni los países cede de los buitres la están pasando bien. Todo lo contrario. La están pasando muy mal.

Inversiones genuinas en el siglo XXI. ¿Obras por 25.000 millones?
El punto anterior nos lleva a afirmar que en el siglo XXI las inversiones genuinas -y sin desmerecer los tradicionales programas específicos de financiamiento del CAF, BID, BM y BIF, entre otros- provienen de terceros Estados que a través de sus bancas de desarrollo, empresas nacionales y/o empresas privadas utilizan sus excedentes para invertir, financiando además a tasas mucho más benévolas que las usurarias impuesta por el famoso mercado, permitiendo las más de las veces cancelar los préstamos con el producto que dichas inversiones generan. Es también y por otro lado, la mejor manera de direccionar y controlar las inversiones a aquellos sectores que más interese a una Argentina industrial, moderna, genuinamente federal y socialmente inclusiva.

Al respecto y sin ir más lejos, cabe recordar que fue el mismísimo Jefe de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta, quien por ejemplo consiguió los fondos necesarios para la construcción de la autopista ribereña recurriendo a la Corporación Andina de Fomento (CAF) por un monto de 340 millones de dólares. Si la administración tiene, como dijo que tiene, planificada obras de infraestructura por 25.000 millones de dólares (según anunció Cambiemos durante la campaña), preguntamos: con recurrir a financiamiento de la CAF, el BID, el BM, a sendas empresas privadas/nacionales así como a terceros Estados, ¿acaso no logra la puesta en marcha de obras por dicho monto?

Cabe recordar que el kirchnerismo, a través del Ministerio de Planificación Federal, invirtió en 12 años de gestión 107.825 millones de dólares en obras para todos los argentinos (un promedio de inversión de casi 36.000 millones de dólares cada 4 años). Pero la Alianza Cambiemos nos adelantó en su campaña que "nuestro objetivo es invertir 25.000 millones de dólares en obras en los próximos cuatro años".

¿Cuántos de los cerca de 15.000 millones de deuda contraída con la banca internacional aliada al terrorismo financiero irán a cubrir esos 25.000 millones que Macri prometió en obras de infraestructura?

Inversiones genuinas en el siglo XXI. El caso de China como inversor
En un contexto de crisis económica y financiera occidental, esta política de búsqueda de "inversores genuinos" en lugar de "inversores de la especulación y la estafa" debe centrarse en una Argentina que profundice sus vínculos bilaterales y multilaterales con potencias y bloques económicos de Asia Pacífico, China, India, Rusia, Medio Oriente y África.

Quisiéramos hablar entonces de la alianza estratégica que los gobiernos entre 2003 y 2015 construyeron y consolidaron con la República Popular de China. ¿Y por qué? Porque acá se presenta una insostenible contradicción: la administración de Macri nos endeudará con la banca financiera aliada al terrorismo financiero y su puño de acero -los buitres- banca financiera que si no toda fue prácticamente la misma que provocó la crisis internacional de 2008. Entonces, nos van a endeudar en esta primera etapa por casi igual cifra que la que el kirchnerismo consiguió con China en obras de infraestructura. Recordemos: se dejaron cerca de 13.000 millones de dólares en infraestructura comprometidas con China (muchas obras ya licitadas).

Preguntamos a la administración macrista: ¿Si tanto les preocupan las inversiones, por qué tanto empeño en destruir la alianza con China, por ejemplo, a través de la intención manifiesta de, primero, paralizar las represas en Santa Cruz y, ahora, disminuir sensiblemente su potencia instalada lo cual implicaría reducir el proyecto original en 1.000 millones de dólares menos de inversiones previstas? Segunda pregunta: ¿No es más sencillo recurrir a India, China, otras potencias asiáticas, Rusia, Medio Oriente, etc. para realizar las obras de infraestructura que ustedes proponen, para reforzar las reservas, para contener la hiperinflación macrista, etc. con este tipo de inversores que con el mercado y, en él, con los máximos representantes del terrorismo financiero?

Díganle la verdad al pueblo de una buena vez: a ustedes no les interesan las inversiones genuinas, porque ustedes no son funcionarios de un gobierno, ustedes son administradores de intereses privados, son burócratas del mercado, militantes del terrorismo financiero con pechera de traje y corbata.

La infraestructura ausente y la prometida
¿Cómo hizo Néstor Kirchner para reconstruir el país desmantelado por los Cavallo, Daniel Marx, Ángel Broda, Sturzenegger, Melconián, Solanet, etc.? ¿Nos volvimos locos y profundizamos el endeudamiento con el dios mercado o salimos adelante con recursos propios, con el ahorro interno, valiéndonos de créditos específicos, genuinos? ¿No dicen ustedes que estamos tan mal como en 2003? ¡Entonces apliquen las mismas y exitosas políticas económicas tomadas por el primer gobierno kirchnerista!

Los gobiernos entre 2003 y 2015 realizaron más de 70.000 obras de infraestructura, invirtiendo cerca de 110.000 millones de dólares. Solamente el Plan Energético Nacional entre 2004 y 2015 ejecutó obras por más de 25.000 millones de dólares. Como fuera dicho, 70.000 obras finalizadas desde 2003 y que cuando quieran pueden verificar nombre, apellido, lugar, inversión y beneficios que las obras significaron. Es más, hasta se dejaron planificadas obras por 900.000 millones de pesos al 2025 a través del Plan Estratégico Territorial. Acá no había un Plan Belgrano; acá hubo una planificación nacional en función de las necesidades de desarrollo de cada provincia y cada región, y no en función de la logística que los acuerdos de libre comercio de la Alianza del Pacífico y el TPP imponen a la administración macrista.

Y por si quedara todavía algún escéptico, agregamos a lo anterior el siguiente dato. Para fines de 2014 y según la CEPAL (La inversión en infraestructura en América Latina y el Caribe. CEPAL, octubre de 2014), la Argentina ostentaba uno de los mayores niveles de infraestructura pública per cápita de la región, alcanzando los 258 dólares por habitante, por encima de Brasil (155 dólares) y Chile (187 dólares). Y la tendencia siguió y siguió. En efecto, la inversión pública anual en infraestructura saltó de los míseros 255 millones de dólares en el año 2002 a 14.862 millones de dólares durante el 2014, es decir 57 veces.

¿Por qué traemos a colación todas estas mentiras, contradicciones y datos concretos de fuentes insospechadas de kirchnerismo? Porque desde una mentira insostenible intentan justificar el endeudamiento y el ajuste fiscal. ¿Por qué? Porque los avances en infraestructura y la mejora en la calidad de vida del pueblo argentino entre 2003 y 2015, no sólo que multiplicaron las patéticas inversiones y la patética infraestructura de los noventa, sino que lo hicieron desplomando su deuda sobre el PBI del 160% al 40%, cancelando la deuda con el FMI y el Club de Paris, y desechando todo tipo de salvataje, blindaje y operación de estafa como la que hoy se intenta convalidar.