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Tarifazo post-elecciones: mínimo 50% - máximo INDETERMINABLE

Autor | OETEC-ID


Palabras Claves
ajuste, elecciones, FMI, noviembre, piso, precios de la energía, subsidios a la energía, subsidios energéticos, tarifazo, techo



22-09-2017 | La "precarización" de la ciudadanía, como tan acertadamente señaló en su discurso la candidata a senadora de Unidad Ciudadana, Cristina Fernández de Kirchner, trasciende el hecho del empobrecimiento diario y progresivo. Por "precarización", la Presidenta (mandato cumplido) se refirió además y muy especialmente a la incertidumbre e inseguridad crecientes padecidas por los argentinos y las argentinas. Vivir con el miedo permanente de no saber si seremos despedidos de la noche a la mañana; vivir con la preocupación constante de no saber si podremos comprar los mismos alimentos que el mes pasado, si podremos pagar la factura de luz y de gas. Sobre este último aspecto de la "precarización" (la "precarización energética") nos detendremos en este informe.



La incertidumbre es también oficialista. Cuando días atrás presentaron el Proyecto de Presupuesto en el Congreso, ni Dujovne ni Caputo pudieron definir los porcentajes de incremento de las facturas de luz y gas a partir de noviembre. ¿No pudieron o no quisieron? Ambas, porque obviamente están de campaña. Sin embargo, aunque hubiesen querido no habrían podido. No lo pueden saber. La política económica dejó de diseñarse en la República Argentina y no depende de Casa Rosada.

Imposible conocer cuánto pagaremos de tarifa en noviembre
A continuación, los seis factores que inciden en los valores de las facturas de los servicios públicos de la energía y que, si bien permiten establecer el mínimo (el piso) del nuevo tarifazo (cerca del 50%), tornan indeterminable el máximo (el techo). A esta incertidumbre espantosa, precisamente, se había referido Fernández de Kirchner.

1) Dolarización de la energía. La energía está indexada al dólar. Mauricio Macri devalúa, como seguro hará después de las elecciones, y a las escalas de incremento prefijadas por el Ministerio de Energía subirán otro tanto en función de la nueva cotización. Por ejemplo, el precio del gas en boca de pozo y su suba escalonada está en dólares e impacta en la factura en un 60%. De acá a noviembre, el aumento es del 11%. Si devalúan, ese porcentaje extrapolado a pesos será mayor.

Pero no terminan aquí las funestas consecuencias para la población. Es el propio FMI -como se verá en el tercer ítem, verdadero director de la política económica argentina- el que advierte de los efectos nocivos de una devaluación proponiendo en paralelo uno de sus principales remedios: una reducción aún más drástica de los subsidios (es decir, más tarifazo):


Fuente: 2016 - ARTICLE IV CONSULTATION, PRESS RELEASE. IMF Country Report No.
16/346. El subrayado es nuestro. En su célebre revisión en el marco del artículo IV (noviembre de 2016), el FMI advertía ya de los efectos nocivos de una devaluación. Entre las recetas recomendadas para neutralizarla, incremento de las tasas del BCRA y reorientación del "gasto" que deberán ser compensados con una "más rápida eliminación de los subsidios a la energía". Cabe recordar que era la primera vez, luego de diez años, que el FMI volvía a auscultar y, por supuesto, a dirigir los destinos económicos del país y su pueblo.


2) Ajustes extras. Las transportistas y distribuidoras del gas y la electricidad tienen una actualización semestral por fuera de los incrementos prefijados por el Ministerio. Asimismo, Edenor y Edesur cuentan con una segunda actualización específica que se suma a la anterior. Estos ajustes extras dependen de la Revisión Tarifaria Integral (RTI), del índice de precios mayorista y del índice de precios al consumidor. La inflación los afecta, inflación que precisamente fue la variable sobre la que la actual administración más mintió y más falló en sus predicciones.

3) El factor FMI. La política económica no la digita Dujovne ni Federico Sturzenegger, a la sazón uno de los máximos responsables del Corralito y la crisis de 2001; siquiera el presidente de la Nación. El FMI, los acreedores buitres y la banca financiera protagonista y cómplice del voraz endeudamiento macrista, constituyen las tres patas de la tradicional troika al frente de la política económica argentina, lo mismo que para aquellas naciones presas de administraciones neoliberales.


Fuente: 2016 - ARTICLE IV CONSULTATION, PRESS RELEASE. IMF Country Report No.
16/346. "El presupuesto de 2017 prevé una modesta (sic) reducción del déficit fiscal federal primario para el próximo año, a 4,2 por ciento del PIB, principalmente debido a mayores recortes de subsidios a la energía". Más adelante celebraba el haber "Elevado las tarifas de los servicios públicos, especialmente en el área metropolitana de Buenos Aires por un promedio de 250 por ciento en electricidad y posteriormente por 100 a 300 [por ciento de aumento] para gas natural, agua y transporte".


Si la reducción del déficit fiscal para 2017 no es la acordada, el esquema de eliminación paulatina de los subsidios a la energía les resultará insuficiente (¡insuficiente el 250% de incremento en electricidad y entre el 100 al 300% en gas!). Pero la reducción del déficit prevista para 2018 del 1% (partiendo de la meta del 4,2% en 2017) no tiene en cuenta la caída en los ingresos por un menor blanqueo ni menores retenciones a la soja. Tampoco y, como se espera, una menor actividad económica en China y Brasil. En otras palabras, habrá de meterse más mano a los subsidios energéticos con total seguridad. Debajo, la importancia en la reducción de estos subsidios para el FMI, según consta en su documento evaluador de la política económica de Macri:


Fuente: 2016 - ARTICLE IV CONSULTATION, PRESS RELEASE. IMF Country Report No. 16/346. El subrayado es nuestro.

En suma, las facturas emitidas a partir de noviembre podrán cargar el plus de la insatisfacción del FMI (altamente probable), empeorando el tarifazo de fin de año; en el mejor de los casos, los aumentos complementarios vendrán en los tarifazos de febrero (luz) y abril (gas), extendiéndose a los ajustes posteriores durante todo 2018.

4) Solapamiento con el tarifazo en cuotas y saldos morosos. Un cuarto factor que incidirá en los incrementos de las facturas entre las elecciones y fin de año, además del aumento derivado de los tres factores precedentes, vendrá dado por esa aberración del tarifazo en cuotas. ¿De cuánto será la cuota que nos caerá en la factura de noviembre/diciembre? Dependerá del consumo de agosto, septiembre y octubre.

Y al adicional por las cuotas, agregamos los saldos morosos que son cada vez más. Debajo, un ejemplo paradigmático con Edenor, distribuidora y comercializadora que como es sabido opera sobre un área de concesión que involucra, en promedio, a la clase media:


Fuente: Memoria, Estados Financieros y Reseña Informativa de Edenor, 2016. Página 33. Del gráfico extraemos las siguientes conclusiones: 1) No sólo que la morosidad se triplicó en relación a 2015, sino que es la más alta desde 2012; 2) La morosidad entre 2014 y 2015 registró una mejora, al caer de 229 millones de pesos a 209; y 3) La morosidad de 2016 es superior a la de los años 2015, 2014 y 2013 sumados.

Salvo algunos partidos de la provincia, Edenor cubre una importante cantidad de poblaciones de clase alta y media alta; siendo el promedio una población de clase media. Si la clase media triplica su nivel de morosidad -y eso que en 2016 distintas medidas cautelares suspendieron transitoriamente los nuevos cuadros tarifarios en ciertos distritos-, imagínese el lector el descalabro en los saldos morosos para las zonas con poblaciones más vulnerables. Imagínese el lector, por último, lo que habrá de suceder en 2017 con un tarifazo ya sin restricción alguna, en un contexto de mayor depredación de los ingresos de las clases populares producto de la profundización de las políticas de ajuste que la administración Macri prevé aplicar.

5) Solapamiento con los nuevos aumentos de febrero-abril de 2018. Cuando nos lleguen las facturas de diciembre/enero y nos explote todo en las manos, no pasará ni un mes que en febrero nos vendrá otro aumento de la luz, y en abril otro del gas. Y luego, los previstos a lo largo de 2018, que como no hay elecciones no habrá cuotas. Es decir, los aumentos empeorarán, el mínimo será cada vez mayor y el techo, como vimos indeterminable, cada vez más alto para un pueblo sucesivamente más pobre.

6) Resultado de las elecciones. El sexto y último factor, aunque crucial. Si Cambiemos gana en las elecciones el ajuste será aún más fuerte sobre la población. De hecho, fueron los propios funcionarios del Poder Ejecutivo los encargados de anunciarlo.

En efecto, un triunfo del oficialismo allanará al camino para la ejecución temprana (finales de este año) de cualquiera de las medidas de ajuste anunciadas como de los tradicionales remedios a los tradicionales problemas (los primeros factores en este trabajo) asociados a las políticas económicas neoliberales y las recetas del FMI, todas en marcha.



Bibliografia
OETEC (21/09/2017) Precarización de la clase media en el espejo de Edenor (morosidad en 2016 más que triplicó la de 2015) http://www.oetec.org/nota.php?id=2826&area=1

OETEC (20/09/2016) Subsidios a la energía: La coincidencia del macrismo con el FMI (entrevista a Noemí Brenta) http://www.oetec.org/nota.php?id=2080&area=4

OETEC (11/08/2016) Por qué el FMI (y Macri) no quieren subsidios energéticos
http://www.oetec.org/nota.php?id=2009&area=14

Documento del FMI
http://www.imf.org/external/pubs/ft/scr/2016/cr16346.pdf