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"Cambiar" a Cristina antes de 2015 (por el Observatorio de la Deuda Social - UCA)

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
El autor no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
crisis, Cristina, destituyentes, neoliberalismo, Observatorio de la Deuda Social, pobreza, UCA



26-05-2014 | Los informes sociales y económicos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA son muy requeridos en estos últimos meses por los medios del "granero del mundo" y la partidocracia mercadista. A continuación un pequeño aporte a la "no neutralidad" de este insólito y controvertido organismo universitario. Como se desprende de lo analizado, será sencillo comprender el móvil político detrás de sus conclusiones e "indicadores". Para evitar reproches de supuesta subjetividad, recurrimos a la explicación de uno de sus propios consejeros académicos.


Objetividad ultraconservadora
El Consejo Académico del Observatorio de la Deuda Social (UCA) está integrado por Natalio Botana y Juan José Llach (Frente Renovador), Cristina Calvo (flamante incorporación del Frente Amplio Progresista), Enrique Valiente Noailles, filósofo, asiduo columnista del diario La Nación, distinguido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con la medalla del Bicentenario en 2010, y ex Presidente del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). El quinto miembro es el sociólogo de la Universidad del Salvador, Héctor Malleta. Denominador común de los cinco: columnistas o proveedores regulares de contenido (estudios, entrevistas, opiniones, etc.) del diario de los Mitre y el Grupo Clarín.

Del CIPPEC a la dolarización de la economía argentina
El académico Valiente Noailles expresó en el diario La Nación de cara a los resultados del controvertido primer informe sobre pobreza en la Argentina (junio de 2012) realizado por el mismo Observatorio: "Frente a la insólita destrucción de las estadísticas que se observa en nuestro país, es necesario recurrir a otras fuentes de información, en este caso a las cifras que provienen de un estudio realizado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) en el último trimestre de 2011". Cabe recordar que Valiente Noailles fue presidente del CIPPEC, organización fundada por Sonia Cavallo entre otras y otros. Su última cena anual, realizada el 7 de abril de 2014, convocó a los "precandidatos a presidente Daniel Scioli, Sergio Massa, Mauricio Macri, José Manuel De La Sota, Juan Manuel Urtubey, Ernesto Sanz, Julio Cobos y Hermes Binner". Hoy el CIPPEC es presidido por el economista Eduardo Levy Yeyati, compilador junto con Federico Sturzenegger de un singular trabajo (libro) titulado "Dollarization" (ver de este autor: "Viaje al fondo del pensamiento mercadista". Tiempo Argentino - 19/05/14). En el prólogo, escrito en enero de 2002, se lee: "uno de los argumentos principales favorables a la dolarización de jure [sustitución lisa y llana de la moneda local por una extranjera] radica en la idea de que la eliminación del riesgo monetario conduciría a una declinación en el riesgo soberano [riesgo país] y en el costo de capital para el país en tránsito de dolarización". El libro analiza los casos de la Argentina, entre otros países de la región y la conveniencia de adoptar al dólar como moneda oficial. A propósito y en su trabajo de "10 años de Convertibilidad: la experiencia argentina", Yeyati afirma que "una dolarización podría efectivamente llevar a una mejora en las condiciones de financiamiento" al anularse la percepción de riesgo cambiario.

Achicar al Estado es agrandar la Nación
El economista de la UCA Ernesto O Connor comienza uno de sus últimos artículos de La Nación afirmando: "la Argentina se enfrenta a una inflación persistente. También a una carrera dólar paralelo (sic) vs. dólar oficial. Los errores del pasado no han servido como aprendizaje, y se repiten una y otra vez". Luego de haber legalizado el dólar ilegal, nos explica que las causas de la inflación pueden ser "monetarias, fiscales y estructurales", agregando que "...si el Banco Central convalida la inflación, vía más emisión monetaria y políticas monetarias activas, el proceso se potencia. Ergo, el Banco Central, y los gobiernos argentinos deben considerar a la inflación algo positivo. ¿Por qué? Porque permite financiar más gasto público, generar más empleo público, potenciar el ciclo económico y soñar con eternizar el ciclo político propio". Luego cierra con la siguiente expresión de deseo, en línea con los dolarizadores de la economía nacional Yeyati y Sturzenegger: "El problema es que ya no queremos el peso y queremos dólares. Pero ¿para qué queremos dólares?... ¿Cómo salimos de ésta? ¿Será como lo hizo siempre la Argentina en su historia?". De la misma manera que viene expresando el diario La Nación desde su fundación por Bartolomé Mitre, la madre de todas las batallas de la Argentina semicolonial pasa por reducir a cero (o en su defecto llevar a su mínima expresión) al Estado, al patrimonio público, a una economía moderna y diversificada.

La llave maestra para "cambiar" Cristina antes de 2015
En diciembre del año pasado y ante las intentonas desestabilizadoras pergeñadas por la reacción, Valiente Noailles nos explica en el diario La Nación: "... la tensión social de estos días nos ha retrotraído a lo más nefasto de principios de siglo. Hordas primitivas (¡sic!) invadiendo el Obelisco con la excusa de un festejo, ante la indolencia e impasividad de los poderes públicos; saqueos e incendios en más de una docena de provincias, en las cuales los vecinos debieron armarse en defensa propia ante la ausencia del Estado y la huelga policial". Maravilloso concepto el del académico del Observatorio de la Deuda Social en relación a las masas, por más inducidas a saquear e incendiar que hubieran estado. Y más maravilloso aún la justificación -en línea con Macri, Massa y Magnetto- de los casos de linchamiento que por entonces comenzaban a aflorar. Prosigue el filósofo de la UCA relatando el mal de males de la semicolonia: "...nos visitan nuevamente la inflación y las políticas de parche de los años 80, con emisión monetaria, déficit fiscal, controles de precios, cortes de luz y riesgo de default [el problema es defaultear, no endeudarse]. Problemas que, al igual que en aquella época [80s], son enfrentados con improvisaciones infantiles". Para Noailles, nada más maduro (léase contundente) que los noventas para terminar con el peor enemigo del interés de una Argentina pastoril: un "Estado gendarme"
-expresión de Natalio Botana- que "gasta" en su pueblo y trabaja en el sentido de abandonar el status apendicular de los centros industrializados del globo.

Sin embargo, no es esto lo más suculento de su artículo sino y como veremos su extrema simpatía a la interrupción institucional (constitucional), resabio impoluto de los escribas de Mitre y Saguier, Bartolomé Mitre y sus discípulos y maestros desde 1810 a la fecha. ¿Cómo salimos de esta?, preguntaba su colega de la UCA. Noailles le responde: "... hace 12 años, dos muertos eran suficientes para hacer caer un gobierno. Hoy, 13 muertos no son suficientes para suspender una fiesta en la que baila, en desconexión con la realidad, la Presidenta". Entiéndase por "fiesta" el gobierno elegido democráticamente en 2011. El cierre de su nota va intacto: "En cualquier caso, se ve que la energía de nuestra desdicha no ha sido suficiente todavía para producir un cambio (sic). Ojalá ocurra en 2015, aunque todavía falta mucho para eso. Ya que antes de llegar se impone otra pregunta: ¿estamos en vías de experimentar una nueva crisis, a pesar de ser evitable? No lo sabemos, pero no se puede descartar que las produzcamos (¡sic!), aún innecesarias (¡¡sic!!), porque es el único mecanismo de cambio que hasta ahora parece haber funcionado (¡¡¡sic!!!). En este sentido, la repetición más sutil es que la Argentina cede, cada tanto, al encanto de su desplome (¡¡¡¡sic!!!!)".

La "no neutralidad" del mitrismo posee rasgos claramente antidemocráticos, antipopulares, anticonstitucionales y destituyentes. Mientras semejantes "expresiones de deseo" sigan quedando impunes -sustentadas a su vez desde el plano técnico con informes de investigación que alimentan la sensación de "crisis" terminal-, buena parte de la población aceptará anhelará (y hasta aceptará, que es mucho peor) la necesidad del "cambio" antes de 2015 (antes de la finalización de cualquier mandato populista); "cambio", ciertamente, para el que el respetable consejero académico de la UCA nos invita a militar.