Según se desprende de un reciente informe que elaboramos en OETEC en base a datos oficiales del ENARGAS (ver bibliografía), la provincia de Buenos Aires sufrió en el cuatrienio 2016-2019 una masiva desincorporación de usuarios a la red de gas. Respecto a los cuatro años anteriores, el indicador exhibió un estrepitoso descenso del 242%.

Lo anterior se enmarca, claro está, en la política de tarifazos con que Cambiemos decidió castigar el consumo popular de energía, la calidad de vida de la población y el sano funcionamiento del aparato productivo de todo el país. Esto fue lapidario para la provincia más importante en términos poblacionales e industriales.


Fuente: ENARGAS. Informe provincial Buenos Aires (agosto de 2021).

Así las cosas, en tiempos de la administración provincial de Vidal, Buenos Aires padeció la desconexión de unos 8.695 usuarios comerciales y pequeños industriales, según estimaciones del Ente Regulador Nacional del Gas. Lo cual dista mucho del proceso de sumatoria de comercios y pymes constatado en los cuatrienios anteriores que, si bien había aminorado su marcha, entre 2008 y 2015, no había arrojado resultados negativos como los de 2016-2019.

Para ser más precisos, luego del cuatrienio 2000-2003, donde se registra una considerable caída asociada a los efectos de la crisis de 2001-2002 (de un 69% respecto del cuatrienio anterior), el volumen de incorporación de este tipo de usuarios a la red de gas sube considerablemente entre 2004-2007 (+360%), siendo la mejor performance de la serie, para después sí verificarse un descenso en el ritmo de incorporación (2008-2011 y 2012-2015).

Finalmente, en materia de consumo de gas, los datos para la provincia de Buenos Aires en tiempos de Vidal también arrojan resultados de desastre. Entre 2016 y 2019, la citada provincia experimentó una baja del 6% en la demanda de gas para pymes y comercios respecto al cuatrienio anterior producto, nuevamente, de la política tarifaria de Cambiemos.


Fuente: ENARGAS. Informe provincial Buenos Aires (agosto de 2021).

Recapitulando, cuando María Eugenia Vidal gobernó Buenos Aires, más de 8.500 comercios y pymes se morían con la factura del gas en la mano, y lógicamente, el consumo de gas de este tipo de usuarios bajó de forma contundente a fuerza de tarifazos, ajuste, recesión y una deliberada política de desindustrialización.

Porque lo dijimos en otras oportunidades, y lo reiteramos ahora: para el proyecto del semi-coloniaje, el que espera una Argentina en calidad de "supermercado" o el patio trasero del mundo, el de la bicicleta financiera y la timba de las vacas, los granos y la soja, no existe la energía en función del desarrollo y la modernización económica.

Así, la atrofia del mercado interno y el aparato productivo e industrial -junto a la desmejora en la calidad de vida de la población transformada en pérdida de derechos- es su obvia consecuencia. Por tanto, los datos aquí analizados nos hablan de algo más que números; nos muestran lo que sucede cuando la concepción mercantilizante de la energía gana la batalla.