Fuente: ENARGAS, Informe Provincial Mendoza (septiembre de 2021).

Los datos vertidos anteriormente se desprenden del informe provincial del ENARGAS sobre el servicio público de gas por redes de la citada provincia. De allí, al igual que hicimos con Buenos Aires y Santa Fe (ver bibliografía), nos interesa puntualizar en los datos correspondientes a cantidad de hogares incorporados a la red y consumo de gas residencial.

Si bien el periodo analizado por el Ente abarca los cuatrienios que van desde el año 1996 al 2019, queremos hacer especial hincapié en aquel donde se desarrolló la gestión Cambiemos (2016-2019). Comprobaremos que los peores datos en materia de usuarios residenciales incorporados a la red y consumo de gas se dan en aquellos años, luego de lo que fuera la gran crisis de 2001. ¿La explicación? Una concepción de los servicios públicos y de la energía absolutamente mercantilizada, excluyente y deshumanizada.

En efecto, según detalla el Ente, entre 2000 y 2003 -esto es, plena crisis del 2001- "se verifica una caída del 54% en la incorporación de usuarios residenciales" siendo la "más pronunciada de toda la serie". Pero con la asunción y el gobierno de Néstor Kirchner (2004-2007), la cantidad de nuevos usuarios residenciales sumados a la red se incrementa un 142%.


Fuente: ENARGAS, Informe Provincial Mendoza (septiembre de 2021).

Pese a ello, "en los cuatrienios siguientes la tendencia se revierte disminuyendo en un 1% y 11% en 2008-2011 y 2012-2015, respectivamente", indica el ENARGAS. Sin embargo, después de la de 2000-2003, la segunda peor caída de la serie analizada sería la de 2016-2019, con una baja del 40% en la incorporación de usuarios residenciales a la red de gas en Mendoza.

Habrá que esperar al año 2020 para que los datos vuelvan a ser positivos. Durante todo el año pasado, se registraron incrementos en la cantidad de usuarios residenciales añadidos respecto al 2019, destacándose las mayores suben en los meses de enero y febrero, con variaciones positivas del 1,4% y 1,3%, respectivamente.

Por su parte, en materia de consumo residencial de gas, la administración macrista (2016-2019) también arroja resultados negativos producto del encarecimiento del servicio. En dicho cuatrienio, la demanda gasífera de los hogares cae -6% respecto a los cuatros años anteriores (2012-2015).

Caso contrario, los máximos datan de los periodos 2008-2011 y 2012-2015, con 21% de aumento en las cantidades de gas consumidas por el segmento residencial. Asimismo, en el año 2017 se registra la peor caída de la serie (1993-2020) con una baja interanual del -12% (1).


Fuente: ENARGAS, Informe Provincial Mendoza (septiembre de 2021).

Afortunadamente, la puesta en marcha de una nueva política energética y tarifaria por parte del gobierno de Alberto Fernández a partir de diciembre de 2019 volvió a mostrar signos de recomposición en este importante indicador. Así, en 2020, la mejora en el consumo gasífero de los hogares mendocinos fue del 5% respecto al último año de gestión macrista, alcanzándose la mayor variación en el mes de agosto (+14,5%).

Conclusión
¿Por qué la importancia de mostrar estos datos contundentes? Porque creemos que es absolutamente necesario en el debate de modelos que tendremos a lo largo del año, y más considerando la reciente derrota del Gobierno nacional en las PASO. A la hora de poner sobre la mesa qué tipo de servicios públicos y que política energética y tarifaria queremos (y necesitamos) las y los argentinos para salir adelante en esta etapa de reconstrucción nacional, después del ajuste neoliberal y una pandemia que nadie esperaba, no puede faltar la memoria activa del tarifazo.

¿Buscamos una energía en calidad de Nación, promotora del desarrollo humano, la calidad de vida y los derechos de la ciudadanía, al tiempo que promotora del crecimiento económico, la industrialización y la modernización productiva y tecnológica? ¿O pretendemos volver a una energía variable de ajuste, empobrecimiento y exclusión, a una energía convertida en un bien de lujo o una mercancía más, vaciada de contenido humano, fuerza de disciplinamiento del consumo popular, traba de la equidad, el federalismo y la justicia social?

El tarifazo macrista caló hondo en los huesos de las y los argentinos que, como en Mendoza, o en cualquier otra parte de la geografía nacional, tuvieron que desconectarse del gas o apagar las estufas para pasarse a la garrafa o la leña, que se preguntaron cómo para pagar el servicio sin dejar de poner un plato de comida en la mesa, y que se sintieron, por primera vez, víctimas del empobrecimiento energético. A aquella barbarie no podemos retornar.

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Fuente: ENARGAS, Informe Provincial Mendoza (septiembre de 2021).