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Fukushima. Por un ecologismo auténtico, responsable y nacional

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
El autor no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
accidente nuclear, dosis radioactiva, ecologismo, Fukushima, Greenpeace, mitos, radiografía de tórax, tomografía computarizada



30-07-2014 | El 2 de abril del corriente, la UNSCEAR publicó el anexo completo con los datos científicos y las evaluaciones que sustentan su último y más detallado informe sobre el accidente de Fukushima, el denominado "Levels and effects of radiation exposure due to the nuclear accident after the 2011 great east-Japan earthquake and tsunami" (2013). Antes de pasar al informe propiamente dicho, un repaso de aquella tragedia.


El 11 de marzo de 2011, a las 14:46 hora local, se produjo un terremoto de 9 grados de magnitud cerca de Honshu, Japón, creando un tsunami devastador que inundó más de 500 kilómetros cuadrados de tierra provocando la pérdida de más de 20.000 vidas. Entre sus consecuencias más devastadoras, cabe mencionar la peor catástrofe civil de origen nuclear desde el accidente de Chernóbil. El informe de la UNSCEAR de 2013 explica que "La pérdida de energía eléctrica, tanto en el lugar como a distancia, y la afectación de los sistemas de seguridad de la central nuclear de Fukushima Daiichi causaron graves daños al núcleo de tres de los seis reactores nucleares locales; esto provocó la liberación de grandes cantidades de material radiactivo al ambiente, durante un período prolongado". UNSCEAR dedica más de 300 páginas a informar, científica y responsablemente, sobre las dosis de radioactividad liberadas del accidente y su comparación con niveles naturales, comparación por demás tan estratégica como ausente en la inmensa mayoría de los activistas anti-nuclear. "Las dosis efectivas estimadas resultantes del accidente ocurrido en la central nuclear de Fukushima Daiichi pueden ponerse en perspectiva comparándolas con las recibidas a partir de la exposición a las fuentes de radiación de origen natural (como los rayos cósmicos y el material radiactivo natural presente en los alimentos, el aire, el agua y otras partes del medio ambiente). El pueblo japonés recibe una dosis efectiva de radiación a partir de fuentes naturales de unos 2,1 milisievert (mSv) en promedio anualmente, y un total de cerca de 170 mSv durante toda la vida. La estimación más reciente del Comité [UNSCEAR] respecto de la exposición anual promedio global a las fuentes de radiación natural es de 2,4 mSv y oscila entre 1 y 13 mSv, mientras que grupos de población de tamaño considerable reciben entre 10 y 20 mSv anualmente. La dosis absorbida por los órganos individuales se expresa en milligrays (mGy). La dosis absorbida en promedio anualmente por la tiroides a partir de fuentes naturales de radiación suele ser del orden de 1 mGy".

Ahora, analicemos las dosis promedios más altas registradas en los distritos dentro de la zona de evacuación en un radio de 20 kilómetros. La UNSCEAR explica que "para los adultos, se estimó que la dosis efectiva recibida antes y durante la evacuación fue, en promedio, de menos de 10 mSv; quienes fueron evacuados tempranamente el 12 de marzo de 2011 recibieron aproximadamente la mitad de ese nivel. Se estimó que la dosis promedio correspondiente absorbida por la tiroides fue hasta de unos 35 mGy. En los niños de 1 año de edad, la dosis efectiva estimada fue el doble que para los adultos y la dosis estimada captada por la tiroides fue hasta de unos 80 mGy; hasta la mitad de esta cifra se debió a la ingestión de radiactividad junto con los alimentos... Se estimó que los adultos que vivían en la ciudad de Fukushima recibieron, en promedio, una dosis efectiva de alrededor de 4 mSv durante el primer año después del accidente; las dosis estimadas para los niños de 1 año de edad fueron dos veces más altas. Las personas que vivían en otros distritos dentro de la Prefectura de Fukushima y en las prefecturas vecinas recibieron dosis estimativas comparables o inferiores; incluso se estimó que en otros lugares de Japón la población recibió dosis aún más bajas de radiación". Y ahora una conclusión más que significativa: "Las dosis efectivas (causadas por el accidente) que podrían recibir en promedio quienes continuaron viviendo en la Prefectura de Fukushima durante toda la vida se han estimado en poco más de 10 mSv; esta estimación asume la ausencia de medidas de reparación para reducir la exposición en el futuro y, por lo tanto, pueden ser superiores a las reales. La fuente que contribuye en mayor grado a estas dosis estimadas es la radiación externa a partir del material radiactivo depositado. La exposición a la radiación en los países vecinos y en el resto del mundo como resultado del accidente, estuvo en niveles muy por debajo de los que recibió Japón; las dosis efectivas fueron inferiores a 0.01 mSv y la dosis tiroidea, inferior a 0,01 mGy; estos niveles carecen de consecuencias para la salud de los individuos", concluye finalmente el reporte.

Hasta aquí una comparación con la dosis de radiación de origen natural. Veamos ahora una comparación con una dosis de radiación de origen no natural, y que la UNSCEAR no contempla pero que consideramos fundamental realizar. ¿Qué dosis recibe una persona adulta cuando se toma, por ejemplo, una radiografía convencional? Según datos del Colegio de Radiología de EE.UU. (2013), una placa de abdomen (proyección anteroposterior) genera la mayor dosis para este tipo de radiografías: 1,8mSv. Es decir y volviendo a la dosis de radiación a la que adultos de la ciudad de Fukushima se vieron expuestos luego del accidente y durante un acumulado anual, estamos hablando de un equivalente a dos radiografías de abdomen (4 mSv). Para quienes hayan decidido continuar viviendo en la Prefectura de Fukushima durante toda la vida, la dosis radiactiva a la que estarán expuestos (recibirán poco más de 10 mSv) equivale a cinco radiografías de abdomen. Si hemos de comparar con la radiación generada por una tomografía computarizada de tórax y una de abdomen y pelvis (en adulto): 5,1mSv y 8,0 mSv, respectivamente. Saque el lector el cálculo que Greenpeace no lo hará por usted. Finalmente y según concluyó el informe de la UNSCEAR, un dato para nada menor: "el accidente nuclear de Fukushima no provocó muertes al día de hoy ni se observaron enfermedades agudas relacionadas con la radiación entre los trabajadores o el público general expuestos a la radiación tras el accidente. Para finales de octubre de 2012, unos 25.000 trabajadores habían participado en tareas de mitigación y otras actividades en el lugar de emplazamiento de la estación de energía nuclear de Fukushima Daiichi. Según sus registros, la dosis efectiva promedio de los 25.000 trabajadores durante los primeros 19 meses posteriores al accidente fue de unos 12 mSv. Alrededor del 35% de la fuerza laboral recibió dosis totales de más de 10 mSv durante ese período, mientras que el 0,7% de la plantilla recibió dosis que superaron los 100 mSv. Entre los más recientes e importantes trabajos científicos publicados al respecto, cabe mencionar el de la prestigiosa publicación Environmental International, que en sus conclusiones expresó en relación al accidente: "La proyección de incidentes cancerígenos es mucho más baja que las muertes ocurridas con el terremoto, así como menores a las del accidente de Chernóbil" (Vol. 64. Págs. 17-27 - 03/2014).