ÁREAS de
INVESTIGACIÓN

Medios de Comunicación y Estructura de la Información

| Artículos de opinión

La "ciencia basura" del activismo antinuclear

Autor | Ben HeardGeoff Russell


Conflictos de Interes
Los autores no manifiestan conflictos de interés


Palabras Claves
accidentes, antinuclear, cambio climático, Chernóbil, Chernobyl, ciencia basura, energía nuclear, energías renovables, fuentes energéticas, Fukushima, Geoff Russell, Green, hidroeléctricas, James Hansen, muertes, Pushker Kharecha, revisión por pares



29-10-2014 | En su determinación de atacar a la energía nuclear y a quienes la apoyan, el activismo antinuclear se ha apartado del método científico. Como resultado, casi la totalidad de la comunidad de organizaciones ecologistas de Australia toman por ciertas cifras que son matemáticamente incorrectas por completo. ¿Van a corregir estos errores flagrantes y abrir sus publicaciones a revisión externa de expertos? ¿O las matemáticas correctas y la buena ciencia son opcionales cuando se usa el color verde?


El gran científico Carl Sagan dijo la famosa frase de que las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Así que ¿cómo es posible que Jim Green, un activista anti-nuclear que no ha publicado en revistas científicas, pueda acusar a James Hansen, uno de los científicos más extraordinarios de los últimos 50 años, de hacer ciencia basura? En su artículo "James Hansens nuclear junk science" ("La Ciencia basura nuclear de James Hansen") (1), Green hace precisamente lo que los científicos buenos no hacen. Elige los datos a su gusto...

Para los que llegaron tarde, Pushker Kharecha y James Hansen publicaron recientemente en la revista Environmental Science and Technology que el despliegue histórico de la energía nuclear probablemente impidió la ocurrencia de 1.840 millones de muertes relacionadas con la contaminación del aire, y que, para mediados de siglo, es posible que haya prevenido entre 420.000 y 7.040.000 de muertes de ese tipo, según sus cálculos (2) y (3).

En respuesta, Green tiene la osadía de llamar a Hansen una "oportunista político". Eso es extraño. Por su abierta defensa de las políticas sobre el cambio climático, tales como la eliminación de la industria del carbón y el cese de las operaciones en arenas bituminosas, junto con la defensa del método de tarifas-y-dividendos para el precio del carbono, Hansen ha sido ovacionado por la izquierda, con razón, y respetado casi universalmente. Pero hay otra plataforma en su posición política: que se debe desarrollar la energía nuclear para evitar una mayor desestabilización climática. El mismo hombre, el mismo intelecto, la misma trayectoria. Esto debería hacer reflexionar a quienes desde la izquierda se oponen a la energía nuclear.

Sin embargo, según Green, Hansen ahora nos quiere vender ciencia basura, alegando que se equivocó con respecto a las tasas de mortalidad causadas por la energía nuclear. Entonces, el meollo del artículo de Green es una tabla que muestra el número de muertes por cada gigavatio-año mediante la utilización de diversas tecnologías energéticas. A la energía nuclear le va tan mal como al carbón. Pretende que apliquemos esta tabla en lugar de las cifras proporcionadas por Kharecha y Hansen. De manera descarada, critica las fuentes en que se basan los autores en relación con la mortalidad nuclear, y dice lo siguiente: "Ellos dicen: Alrededor del 25% de estas muertes se debe a accidentes de trabajo y alrededor del 70% a los efectos relacionados con la contaminación del aire (presumiblemente cánceres mortales debidos a la lluvia radiactiva; véase la Tabla 2 de la referencia 16)". La Referencia 16 es un artículo de 2007 publicado en The Lancet (4) - que no hace ningún esfuerzo por explicar o justificar sus cifras de mortalidad de origen nuclear.

Esto demuestra tanto arrogancia como pereza. En primer lugar, The Lancet es una de las revistas médicas más respetadas del mundo. En lo que atañe a fuentes de información, éste es un buen primer paso. Por lo demás, Green está totalmente equivocado. The Lancet dice exactamente lo que está contenido en la estimación: "... los efectos ocupacionales (especialmente en la minería), la radiación de rutina durante la generación, la clausura, el reprocesamiento, la eliminación de residuos de bajo nivel, la eliminación de residuos de alto nivel, y los accidentes". También cita claramente la estimación como un resumen del proyecto ExternE.

ExternE es un inmenso proyecto actuarial que se realizó entre 1998 y 2005 con la participación de una serie de expertos de universidades de toda Europa, bajo los auspicios de la Comisión Europea. La Tabla en cuestión es el resumen de miles de páginas de metodología, evaluación y presentación de informes, todo lo cual está disponible al público (5). ExternE utiliza 250 páginas para justificar sus estimaciones de mortalidad dependientes de la energía nuclear.

Kharecha y Hansen aplican la información vertida por expertos en esta tabla para calcular que la energía nuclear ha salvado 1.840 millones de vidas desde 1971. Pero en lugar de confiar en este trabajo realizado por expertos, Green remite a los lectores a una tabla numérica alternativa, que se muestra a continuación.



Perdón por interrumpir la prosa, pero el proceso utilizado para elaborar esta tabla se explica mejor mediante una lista con viñetas.
- Como fuente para esta tabla, Green remite al lector a una página de un sitio web anti-nuclear Choose Nuclear Free. El autor de la página es Green.
- La página repite la tabla y hace referencia a un documento más detallado .Este documento también fue escrito por Green.
- El documento repite la tabla de nuevo, esta vez con una lista de las diversas fuentes.
- Para las cifras sobre biomasa, energía solar sobre cubierta y petróleo, Green se basa en la información de una página web sin revisión por pares, es decir, que no fue revisada por otros científicos (non-peer reviewed), encontrada a través de Lifeboat Project.
- Al convertir estos factores de mortalidad de teravatios-hora (TWh) a gigavatios-año (GWa), los demuele al dividir accidentalmente la cifra por 8,76 cuando debería haber sido multiplicada por 8,76. Todas estas cifras son numéricamente incorrectas. Por ejemplo, la biomasa debería mostrar 105 muertes por cada GWa en lugar de 1,4. El petróleo debería ser 315 en vez de 4,5. Las cifras de Green sobre el carbón provienen de una mezcolanza de fuentes, algunas de las cuales miden las muertes por GWa y otras por TWh. Haciendo caso omiso de esto y usando solo las cifras de Lifeboat Project en aras de la simplicidad, el rango debiera ser más parecido a 131-2.435 muertes por GWa.
- Esta fuente (Lifeboat Project) también proporciona una cifra para la energía nuclear (0,04 muertes por TWh que se hubieran convertido, erróneamente según las matemáticas de Green en 0,005 muertes por GWa o en 0,35 si se utilizan las matemáticas reales). Green lo ignoró, posiblemente porque era una cifra demasiado baja.
- En lugar de esto, Green construye su propio factor de mortalidad nuclear del siguiente modo: en primer lugar, seleccionando una estimación de 1996 del OIEA sobre las muertes en Chernóbil (26.000) y normalizando las muertes por GWa. Que esta expectativa de 1996 no resultó cierta, queda demostrado por las evaluaciones posteriores de las pruebas que Green ignora (ver nuestra referencia de la evaluación de UNSCEAR en 2007, a continuación). Luego, seleccionando una sola discusión, no revisada por pares, de un físico nuclear estadounidense ( Garvin, 2001 ) (6) sobre la mortalidad en el resto de la cadena de la energía nuclear. Tenemos serias dudas sobre esta evaluación en particular, aunque creemos que merece su propia investigación. Luego suma las dos cifras anteriores. Y para terminar: selecciona a su antojo una sola línea del informe de 424 páginas informe de BIER de 2006 como justificación para duplicar el extremo superior de su propia mescolanza de cifras.

Estimados lectores, esto fue ciencia basura. Esto no insumió tanta selección (N de la T: cherry picking: seleccionar de modo antojadizo) como una tarta de cerezas a medio cocinar. Aun así, este trabajo increíblemente deficiente está alojado en un sitio cuyo lema es "Información precisa acerca de las opciones energéticas de Australia". Pero esto es especialmente preocupante porque Choose Nuclear Free también aloja una declaración conjunta en contra de la energía nuclear firmada por todas las organizaciones ecologistas importantes de Australia (7). Esta es la razón por la cual la revisión por pares es tan importante. No debe permitirse a las organizaciones ecologistas que se sustraigan a este procedimiento, realizar su activismo y salirse con la suya con el respaldo de una mescolanza de fuentes no revisadas por pares, matemáticamente incorrectas y seleccionadas en forma antojadiza, con el fin de influir en la política nacional. Esa es exactamente la práctica a la que se oponen, cuando es evidente la negación del cambio climático. Al sustraerse a la revisión por pares y caer en el pensamiento grupal acerca de la energía nuclear, son igualmente culpables.

La argumentación de Green se desmorona cuando intenta sostener que se han producido "innumerables" accidentes en la cadena de la energía nuclear. Inexacto. En efecto, se pueden contar, y eso es lo que se hace en la Base de datos de accidentes graves relacionados con el sector energético. Nos dice que entre 1970 y 2005, el sector del carbón de la OCDE incurrió en 81 accidentes graves (definidos como 5 o más muertes) a través de la cadena de la energía que dieron por resultado 2.123 muertes. Para la energía nuclear, las cifras son cero. En los países que no pertenecen a la OCDE, las cifras del carbón son 1.507 accidentes graves con 29.816 víctimas mortales, mientras que las cifras para la energía nuclear son 1 y 31 (son las víctimas mortales directas de Chernóbil). ExternE reproduce estos hallazgos. Este paso en falso en la lógica de Green es gravísimo.



Green menciona los accidentes hidroeléctricos graves entre paréntesis, como si de alguna manera no importaran. La ENSAD registra que tan solo dos rupturas de represas hidroeléctricas, Banqiao y Shimantan, fueron responsables de 26.000 muertes, y otras diez rupturas causaron otras 4.000 muertes. Estos accidentes cuentan para esas víctimas. Es inaceptable que se devalúe la vida humana cuando no sirve para apoyar el argumento anti-nuclear. El artículo se rellena con discusiones sobre los efectos de la radiación de bajo nivel y sobre Chernóbil. Esta es un área de incertidumbre científica, y las organizaciones fiables llegan a conclusiones diferentes. Pero Green aprovecha esta incertidumbre para llevar los resultados al extremo.

En primer término se aleja del principal órgano asesor mientras critica a Hansen por asistir al mismo. Esto es, en todos los sentidos, similar a lo que hacen quienes niegan el cambio climático y desestiman el IPCC. Green permanece cómodamente lejos del asesoramiento actualizado de la ONU que afirmó, a raíz de una importante revisión realizada en diciembre de 2012 (8): "Debido a la gran incertidumbre que rodea las estimaciones del riesgo a dosis muy bajas, UNSCEAR no recomienda multiplicar las dosis muy bajas por un gran número de individuos para estimar los efectos sobre la salud inducidos por la radiación dentro de una población expuesta a dosis incrementales a niveles equivalentes o inferiores a los niveles de radiación natural de fondo".

Green rechaza el límite superior de la estimación de Hansen de 4.900 muertes por accidentes nucleares, indicando que las estimaciones creíbles para Chernóbil oscilan entre 9.000 y 93.000. El enlace proporcionado para apoyar esta afirmación es otro artículo no revisado por pares, siendo uno de sus coautores el propio Green, que no cita ninguna fuente para estas cifras. Pero esas cifras sólo se pueden alcanzar haciendo precisamente lo que UNSCEAR advierte que no hay que hacer: multiplicar dosis muy bajas por un gran número de individuos.

Hansen está en lo correcto al decir que la cifra de víctimas mortales conocidas para Chernóbil es de 43 (28 en el evento y durante el período inmediatamente posterior, más 15 casos mortales de cáncer de tiroides tardío). Es razonable la estimación de 4.900 muertes adicionales para la industria en su conjunto, para dar cuenta de los cánceres mortales que puedan haber ocurrido, pero los porcentajes son demasiado pequeños como para distinguir esto de lo que es normal. Hansen cuenta con un buen respaldo cuando reitera que se trata de una probable sobreestimación debido a la gran cantidad de pruebas que sugieren que las bajas dosis de radiación, simplemente no son perjudiciales, y aquí se incluye la observación de 2007 de UNSCEAR que después de 20 años de estudios exhaustivos respecto de Chernóbil dice que "no hay pruebas convincentes de cualquier otro impacto sobre la salud de la población general que se pueda atribuir a la exposición a la radiación". Seguramente esto no va a ser el final de la cuestión para todas las partes interesadas. Pero ciertamente, no es ciencia basura.

Por supuesto, Green pasa por alto las 64 Gt de emisiones de gases de efecto invernadero que se evitaron gracias a la implementación de la energía nuclear hasta la fecha. Eso no se compadece con la realidad, pero es tristemente habitual. Parece que el activismo antinuclear se sentiría feliz de cocinar el mundo, con tal de que no hubiera energía nuclear.

Conclusiones
El artículo en contra de Hansen no es una crítica. Se trata de la elaboración de una interpretación deliberadamente errónea de un artículo científico y sus fuentes reconocidas, destinada a desacreditar a un científico célebre cuya obra se ha convertido en un problema para el autor. Es torpe, perezoso, burdo y engañoso, al no haber leído y entendido el material de origen y luego acusar a Hansen en The Lancet de falta de rigor científico. A cada paso se busca confirmar el argumento en contra de la energía nuclear apartándose lo más posible de las mejores fuentes, los mejores conocimientos científicos, la revisión de varias publicaciones y los principales órganos científicos. En lugar de eso, ofrece un pastiche autorreferencial, improvisado, a partir de los frutos de un activismo no revisado por pares, la selección antojadiza, combinando y simplemente adulterando referencias seleccionadas durante el proceso. Por si fuera poco, este producto plagado de errores es aprovechado actualmente por todos los organismos ecologistas importantes de Australia para marcar la agenda e influir sobre la orientación política de Australia en materia energética. Eso no es ciencia. Esa no es una crítica digna de ser publicada en una revista científica revisada por pares. Eso es un ataque contra el proceso científico, y un análogo directo de las técnicas utilizadas para negar el cambio climático (9).

Hansen no es más que una de las voces, entre un grupo cada vez mayor de voces de alta credibilidad (10) que han llegado a las mismas conclusiones: que una estrategia eficaz para enfrentar el cambio climático debe incluir a la energía nuclear, y que los riesgos que representa la energía nuclear han sido muy exagerados y palidecen si se los compara con la amenaza del cambio climático. Si el ecologismo desea conservar algún tipo de autoridad moral sobre el cambio climático para alcanzar la meta de 400 ppm de CO2, debe rechazar la ciencia basura del activismo antinuclear sin revisión por pares. Debe evolucionar hacia una posición basada en la aplicación de una ciencia llevada a cabo por expertos, creíble y transparente.

* Originalmente publicado por los autores en Mayo de 2013, en http://decarbonisesa.com/2013/05/16/green-nuclear-junk/
Cedido sus derechos para su reproducción completa por OETEC. Traducción y actualización OETEC.



Bibliografia
(1) https://www.greenleft.org.au/node/53989

(2) http://pubs.acs.org/doi/pdf/10.1021/es3051197

(3) Ver entrevista de OETEC a Pushker Kharecha http://www.oetec.org/nota.php?id=615&area=1

(4) http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2807%2961253-7/fulltext

(5) http://www.externe.info/externe_d7/

(6) http://www.solarpeace.ch/solarpeace/Download/20010409_Garwin_NuclearPowerArticle.pdf

(7) http://www.choosenuclearfree.net/wp-content/uploads/2010/12/joint-ngo-statement-final.pdf

(8) http://www-pub.iaea.org/iaeameetings/Fukushima/UNSCEAR_Statement.pdf

(9) http://theconversation.com/serious-about-emissions-its-time-to-embrace-nuclear-12964

(10) http://decarbonisesa.com/who-gets-it/