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| Artículos de opinión

Primer atentado contra el Polo Espacial de Punta Indio

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
El autor manifiesta conflictos de interés: su rotundo rechazo al periodismo desinformativo (politizado)


Palabras Claves
Argentina Digital, ARSAT-1, atentado desinformativo, ciencia aplicada, Clarín, dominio, economía del espacio, Guido Braslavsky, Mohamed Argoun, Plan de Telecomunicaciones, Polo Espacial, Punta Indio, tecnología satelital, terrorismo comunicacional, Tronador II



09-01-2015 | ¿Algún límite para falsear, tergiversar y/o ridiculizar los hitos conquistados por la capacidad y el ingenio argentinos en estos últimos once años? Que se sepa, ninguno. La estrategia política de "desinformar" está desbocada y presenta tal gravedad que obliga a dejar de hablar de la, por ahora inexpugnable, "mano que da de comer" (Grupo Clarín y el diario La Nación, entre otras) para pasar a interpelar al "cancho que ella alimenta" y que se presta, desde un sueldo y una silla de supuesto periodista, al libre ejercicio del terrorismo comunicacional. ¿Debe ponerse límite a tan nefasta práctica? ¿Se puede? ¿Cómo hacerlo? El cancho no tendría la culpa, como reza la célebre frase, si quien ejerciera dicho terrorismo (atentados desinformativos) fuera efectivamente un mamífero artiodáctilo doméstico o chancho. Pero la frase no aplica, porque quienes practican los atentados desinformativos son seres humanos, y el ser humano debe actuar siempre con responsabilidad y medir las consecuencias de sus actos, a diferencia de un elemental porcino que con total naturalidad se animaría a defecar en la vía pública o en un papel de diario si le da la gana. ¿Cómo combatir el terrorismo comunicacional? Quizás dirigiéndonos con nombre y apellido a los seres humanos que hacen las veces de chanchos inconscientes. Va una primera prueba contra el despotismo desinformativo. En este caso nos abocaremos a la nota publicada en Clarín el 26 de diciembre titulada "El Gobierno arma su mini Tecnópolis espacial en Punta Indio", firmada por Guido Braslavsky, periodista de Clarín, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires, de la que además es docente.


De "la mano que da de comer" al "ser humano" por ella alimentado
Señor Braslavsky, usted no es un chancho pero su artículo es un canto al chiquero. Únicamente puede escribirse semejante pieza desinformativa, sesgada, intrincada y adulterada si no fuera porque el "periodista" que la firma, ergo Ud., tiene la orden de escribir al solo efecto de ejecutar un atentado desinformativo. Como sea, vaya uno a saber qué haría el Grupo Clarín con Ud., señor Braslavsky, si no escribiera como escribe. La Licenciada Cecilia Rodríguez, miembro del equipo de Telecomunicaciones y Tecnología Aeroespacial del Observatorio OETEC (http://www.oetec.org/nota.php?id=945&area=11) le dedica esta semana un análisis titulado "Clarín desinformando sobre los éxitos del Proyecto Tronador II". Dice allí la especialista que el diario "nuevamente ha reaccionado contra el Plan Espacial Nacional, apelando una vez más a su principal instrumento de manipulación de la opinión pública: la desinformación; en esta oportunidad, se propone ridiculizar los éxitos alcanzados por el Proyecto Tronador II". Rodríguez explica luego que "una técnica clave en materia de desinformación es la adjetivación disuasiva. La misma tiene como eje la polaridad, un concepto lingüístico y semántico por el cual las palabras o conceptos negativos atraen por asociación otras palabras o conceptos negativos. Estas palabras o conceptos no admiten réplica ni razonamiento lógico: son negativas e indiscutibles. En el artículo de referencia publicado el 26 de diciembre, esta técnica es utilizada numerosas veces: El Tronador II tuvo dos lanzamientos secretos, (el Ministerio de) Planificación que casi todo lo mantiene en el misterio, el Gobierno no da puntada sin hilo, El Gobierno hará una gran puesta en escena para capitalizarlo; pero dos de sus usos son especialmente remarcables: la asociación negativa del Polo Espacial de Punta Indio con Tecnópolis y la asociación del Plan Espacial Nacional con la Guerra Fría". De acuerdo en un todo. Ahora pasemos de la "mano que da de comer" al "ser humano" por ella alimentado.

Licenciado en Ciencias de la Comunicación...
El señor Braslavsky, terrorista de la comunicación, descalifica el Polo Espacial de Punta Indio así como los recientes hitos espaciales de nuestra ciencia y tecnología en acción y produciendo excelentes resultados. Y lo hace desprovisto de argumentación alguna, con una visión que siquiera es conservadora; no es nada. Braslavsky miente cuando dice que es un "secreto"; ridiculiza con frases del tipo "la Houston argentina" e intenta sembrar el terror en el lector cuando compara "los años de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética" y sus probados "efectos psicológicos en las poblaciones... entre 1957 y 1975" con la iniciativa del gobierno nacional de divulgar entre la sociedad los avances del Plan Espacial argentino emplazando una exposición en el "pueblito apacible de 900 habitantes" de Pipinas. Evidentemente para Braslavsky, egresado de la Universidad de Buenos Aires, las ferias en ciencia y tecnología deben ser organizadas exclusivamente por empresarios privados, que como sabemos son más neutrales, probos y objetivos que el Estado o un gobierno cualquiera sea su signo (aunque mucho más si es de estirpe populista como el vigente). Las conquistas tecnológicas y científicas no pueden ser divulgadas ni fomentadas por el Estado porque eso, se destila del periodista, eso es hacer demagogia. ¿Y qué hay del lugar de emplazamiento de ferias de este tipo? Nada de intranquilizar pueblitos apacibles; menos que menos montarlas en zonas concurridas y de fácil acceso. Achicar la concurrencia de una feria es agrandar la Nación, parecería enseñar la UBA. Los dos últimos párrafos del artículo no tienen desperdicio. Van dedicados a describir el Polo Espacial con inusitado veneno, denuncias opositoras varias que supuestamente lo afectarían, compra-venta de sospechosas instalaciones para la feria populista, todo "con la anuencia de Planificación [Ministerio conducido por Julio De Vido] que casi todo lo mantiene en el misterio" y desde un "microcine [donde] emitió semanas atrás su programa radial el periodista oficialista Víctor Hugo Morales". Y a esto se reduce, para el Licenciado en Ciencias de la Comunicación y libre periodista Guido Braslavsky, todo cuanto merece la pena conocerse de los recientes logros satelitales y en telecomunicaciones por parte de técnicos y profesionales argentinos, logros que como él sabe, son expuestos en el flamante Polo Espacial de Punta Indio.

Braslavsky contrarrestado
El terrorismo comunicacional y sus atentados desinformativos contra el Plan Nacional Espacial (como con el Plan Nacional de Telecomunicaciones, el Plan Nuclear, el Plan Energético Nacional, etc.) tienen un denominador común: la ausencia absoluta de especialistas a niveles regional e internacional (funcionarios o ex funcionarios, técnicos y/o científicos) que de ellos opinen. Siquiera los consiguen en su versión crítica. En sentido inverso y para el caso del Plan Nacional Espacial, desde el Observatorio OETEC ponemos a consideración del lector la opinión del Dr. Mohamed B. Argoun, doctor en Ingeniería Mecánica de la Universidad de Toronto y Licenciado en Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de El Cairo. Entre 1997 y 1999, Argoun participó activamente en el establecimiento del Programa Espacial Egipcio y fue su primer Director desde sus inicios en 1998 hasta el 2008. Asimismo y durante el período comprendido entre 1998 y 2003 fue Secretario General del Consejo de Investigaciones Espaciales de Egipto, un organismo encargado de establecer la estrategia y la política espacial de dicho país. Le consultamos sobre la importancia de la tecnología satelital. Nos respondió: "Básicamente es la madre de toda la ciencia y la tecnología modernas. En cada fase del progreso científico del mundo (aproximadamente cada treinta años) surge una tecnología que resulta ser la tecnología madre o la tecnología maestra. De ella surgieron todos los desarrollos en otras áreas. Así fue por ejemplo con la aviación a principios del siglo XX (1903 hasta aproximadamente 1933 cuando el transporte aéreo comenzó a convertirse en una industria), la energía nuclear desde los años treinta hasta mediados de los años cincuenta. Luego vino la era del espacio, desde 1957 hasta aproximadamente 1989. Por fuera del paraguas de la tecnología espacial y de la necesidad de operar satélites que están a miles de kilómetros de distancia, surgieron las ciencias relacionadas con la energía solar, las comunicaciones, las computadoras, los avances en óptica y el control automático. De modo que para que cualquier país se posicione en el ámbito de la ciencia y la tecnología, debe ingresar primero al sector espacial".

Sobre la zoncera de la Guerra Fría
Braslavsky, reiteramos, licenciado en Ciencias de la Comunicación, intenta atemorizar a los 900 apacibles habitantes de Pipinas con el fantasma de la Guerra Fría. Veamos qué nos dice el Dr. Argoun al respecto. "Desde el colapso de la Unión Soviética en 1989 y el fin de la Guerra Fría, la tecnología espacial comenzó a avanzar más dentro del ámbito civil... La disponibilidad de misiles de la Unión Soviética de aquella época convertidos en lanzadores espaciales, permitió que los países más pequeños pusieran sus cargas espaciales en órbita a precios asequibles... La Argentina y Pakistán hicieron sus propios satélites SAC-A y B y Badr-A y B. El foco aquí era llegar a ponerlos en órbita y estar en el espacio como una señal de prestigio y una fuente de orgullo nacional. Egipto, Argelia, Nigeria se unieron a las naciones espaciales de África en los primeros años del siglo XXI". ¡Qué diferencia de enfoque con Guido, el libre periodista!

ARSAT-1 y Argentina Digital
Le consultamos al entrevistado sobre ambos temas. Esto nos dijo: "Déjeme primero felicitarla personalmente [a la Argentina] y al pueblo de la Argentina por el gran logro del exitoso lanzamiento del ARSat. Este satélite (grandes comunicaciones) marca un paso importante en el desarrollo de programas espaciales para todas las naciones desarrolladas y semi-industrializadas". Acto seguido y sobre la importancia de pertenecer al selecto grupo de países que dominan esta tecnología y son capaces de fabricar satélites de telecomunicaciones propios, afirmó que "La importancia de unirse a este selecto grupo de países es que la Argentina ingresa en las filas de los países más avanzados en el dominio de la tecnología espacial; esto significa disponer y desarrollar la capacidad para ocupar un puesto en la economía del espacio. Es decir, en la fabricación de satélites propios, exportación de satélites y de conocimientos a otros países, ampliando el sector de servicios en su propio territorio, y así sucesivamente. Así que se trata en realidad de llegar primero y subir otro peldaño en la escalera de la economía global del espacio". En relación a la Ley Argentina Digital, el Dr. Argoun opinó que "La pregunta acerca de quién es el dueño de los medios de telecomunicaciones del espacio (como la cuestión de quién es el dueño del aire en los comienzos de la radiodifusión) es una cuestión política y no técnica. Este problema sucede repetidamente en todos los países que lanzan satélites de comunicaciones. Por supuesto que el gobierno posee el satélite pero... ¿quién es el dueño de las ondas que transmiten las emisiones de TV? Aunque el gobierno posea el satélite, el sector privado vendrá a alquilar o a comprar canales y transmitirán lo que les plazca. A menos que por supuesto haya una Carta que organice y regule el contenido. Y esto obviamente es un asunto político del propio país".

Primer atentado contra el Polo Espacial
El lector que desee profundizar en estas cuestiones encontrará la entrevista completa a Argoun, a la sazón uno de los fundadores del programa espacial egipcio, en el portal del Observatorio OETEC (http://www.oetec.org/nota.php?id=943&area=11. Por lo pronto, aquí nos propusimos transmitir sus partes más significativas al solo efecto de informar a la ciudadanía como se merece y como corresponde, en uno de los hitos más trascendentales y de mayor proyección a futuro para la consolidación de una República Argentina moderna, autosuficiente y socialmente igualitaria como es el desarrollo de un Plan Espacial genuinamente nacional y democrático.

Contrarrestar el terrorismo comunicacional es, en este sentido, una tarea perentoria. Nuestro pueblo celebra tener un Plan Espacial exitoso -madre de toda la ciencia y la tecnología modernas- y a la altura de los grandes desafíos del siglo XXI. El mundo entero reconoce la brillante labor y el resultado de la capacidad, la inteligencia y el ingenio argentinos. Pero obsérvese el contraste con el artículo "El Gobierno arma su mini Tecnópolis espacial en Punta Indio", publicado por Clarín pero firmado por el Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la UBA Guido Braslavsky. La exposición en el Polo Espacial de Pipinas ha recibido su primer atentado desinformativo, atentado con bombas de celulosa y tinta, por cierto, las más dañinas. Nosotros revelamos el atentado, lo humanizamos (de chancho a ser humano), le ponemos nombre y apellido y lo denunciamos.