"Ing. Enrique Martín Hermitte"
Soberanía y Seguridad Jurídica Popular
| Artículos de opinión
Autor | Lucas Schneider, Ricardo De Dicco,
Conflictos de Interes
Los autores no manifiestan conflictos de interés
Palabras Claves
Cambiemos, CNEA, ENARSA, gas por redes, gasoductos, inversión pública, Kirchner, Macri, Ministerio de Planificación, NA-SA, Plan Energético Nacional, Plan Nuclear, SADI, servicios públicos
05-11-2015 |
Mucho se habló sobre la cuestión energética en la campaña presidencial. Pero en cuanto a lineamientos propositivos se refiere, poco es lo que se ha manifestado por el lado del candidato de la Alianza Cambiemos y su equipo. Lo verdaderamente cierto es que en los últimos doce años de gobierno kirchnerista la cuestión energética ha sido uno de los pilares del desarrollo y expansión del aparato productivo nacional de este modelo. Los resultados de la política energética están a la vista, por más que se relate lo contrario desde determinados medios concentrados de desinformación masiva. Por ello es necesario resaltar hoy más que nunca lo que se ha hecho en este tema para defender lo realizado y evitar retroceder al caos.
Cuidemos la planificación estratégica en materia de política energética
En mayo de 2004 el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios implementó un Plan Energético orientado a la expansión de la infraestructura gasífera y eléctrica con el propósito de permitir el desarrollo y crecimiento del aparato productivo nacional. Desde entonces y hasta el presente, se construyeron alrededor de 3.000 km de gasoductos troncales y regionales que permitieron aumentar la capacidad de transporte de gas por redes y sumar nuevos usuarios; el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) incrementó sus líneas de transmisión en alta tensión y en extra alta tensión en algo más de 5.800 km (integrando a 10 provincias), mientras que el parque de generación que opera en el SADI sumó 12.250 MW de potencia instalada.
De continuar la actual política energética, durante los próximos 10 años se deberían incorporar al SADI alrededor de 15.000 MW de potencia instalada correspondiente a obras formuladas por el Ministerio de Planificación Federal, de las cuales cerca de un 20% se encuentren en diferentes etapas de ejecución. De esos 15.000 MW de potencia instalada que deberían incorporarse durante el período 2016-2026, el 70% corresponderá a fuentes renovables de energía (mayoritariamente hidroeléctrica), 24% a centrales nucleares y 6% a equipos térmico-fósil. También es importante destacar que actualmente se encuentra en construcción el Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA) de 4.144 km de gasoductos troncales y de aproximación y 15.000 km de cañerías de distribución, obra impulsada por la empresa pública ENARSA que posibilitará acceder por primera vez al servicio público de gas por redes a los ciudadanos que habitan las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, del este de Salta, del centro y norte de Santa Fe y del sudeste de Santiago del Estero. No debe olvidarse tampoco la estratégica intervención del Estado que permitió recuperar YPF el histórico 16 de abril de 2012, cuya nueva gestión pública logró frenar durante los primeros dos años las tendencias declinantes en la producción de hidrocarburos y contar hoy con elevados niveles de extracción que están sustituyendo importaciones de gas natural, sumado a ello las significativas inversiones en áreas convencionales y en formaciones geológicas de explotación no convencional que posibilitarán extender la frontera productiva y el horizonte de vida de nuestros yacimientos.
Cuidemos las conquistas obtenidas por los ciudadanos en el acceso a los servicios públicos de la energía
Los resultados inmediatos de estas obras de infraestructura energética para los ciudadanos fue la incorporación de 3 millones de hogares que por primera vez accedieron al servicio público de gas por redes y de 4,5 millones de hogares que por primera vez accedieron al servicio público de electricidad que opera en el SADI. Es decir, cuidemos la seguridad jurídica del Pueblo.
Cuidemos la reactivación del Plan Nuclear Argentino
Durante los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner se llevó a cabo un diagnóstico completo del sector nuclear, del cual surgió un plan estratégico implementado por el Ministerio de Planificación Federal junto con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) en agosto de 2006. Desde entonces y hasta el presente dicho plan recibiió una inversión pública de US$ 11.000 millones, la cual permitió: terminar las obras civiles y montajes electromecánicos para lograr la posterior puesta en marcha de la Central Nuclear Atucha II "Presidente Néstor Kirchner"; ejecutar el Programa de Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse; reactivar el desarrollo del Proyecto CAREM-25; reactivar la Planta Industrial de Agua Pesada; iniciar las obras de la nueva planta de producción de polvo de dióxido de uranio; reactivar los programas de enriquecimiento de uranio; reactivar a la industria metalúrgica nuclear, dándole participación en los proyectos Atucha II, Embalse y CAREM-25; reactivar la formación académica; iniciar el desarrollo de un nuevo reactor multipropósito para la producción comercial de radioisótopos de aplicaciones médicas e industriales; implementar un Plan Nacional de Medicina Nuclear mediante la construcción de una decena de centros de medicina nuclear en el interior del país; incorporar más de 5.200 técnicos y profesionales a la actividad nuclear; iniciar los estudios requeridos para la construcción de nuevas centrales nucleares de alta potencia en cuyos suministros electromecánicos y servicios de ingeniería y de montajes deberá tener una alta participación la industria metalúrgica nacional; etc. Hoy tenemos un plan estratégico en materia nuclear para los próximos 10 años que demandará una inversión pública de US$ 31.000 millones, que permitirá no sólo diversificar la matriz de suministro eléctrico y con ello reducir las importaciones de combustibles fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero, sino también poniendo al alcance de los ciudadanos argentinos los grandes beneficios de las aplicaciones tecnológicas de la energía nuclear, que además de la generación eléctrica, están también la salud pública, la industria y la investigación científica.
Cuidemos la política de eficiencia energética
Desde el gobierno nacional ya se han distribuido en todo el país más de 5 millones de lámparas de bajo consumo generando un ahorro energético de 1.000 MW/h año, además de la incorporación de los Municipios al recambio de las luminarias públicas eficientes para el alumbrado público.
No perder el eje de la discusión política actual
Las políticas de estos últimos doce años de gestión kirchnerista en materia energética fueron el desarrollo nacional y la integración federal. Los asesores de la Alianza Cambiemos (para retroceder al caos) del candidato Mauricio Macri, Juan José Aranguren, Carlos Bastos y Daniel Montamat, representan la antítesis de las conquistas energéticas que tanto nos costó conseguir. Porque las propuestas de un cambio en materia energética tal y como lo proponen ellos no es nada más y nada menos que el retorno al caos energético neoliberal de los años 80 y 90, donde la premisa más importante para las empresas que operan en el mercado ampliado de la energía es solamente la maximización de ganancias, en detrimento de la planificación estratégica que permitan efectivizar inversiones de corto, mediano y largo plazo en obras de infraestructura.
Bibliografia
De Dicco, Ricardo (2015). Resultados del Plan Energético Nacional y Avances del Plan Nuclear Argentino. Área de Tecnología Nuclear del OETEC.
De Dicco, Ricardo / Deluchi, Facundo / Ferrer, Juan (2015). Argentina puesta a crítico. Resultados y desafíos del Plan Nuclear Argentino. Editorial Planeta. Buenos Aires.
Bernal, Federico (OETEC - 20/07/15). "El equipo estatista de Makri" http://www.oetec.org/nota.php?id=1326&area=14