"Ing. Enrique Martín Hermitte"
Soberanía y Seguridad Jurídica Popular
| Artículos de opinión
Autor | Belen Ennis,
Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés
Palabras Claves
canasta básica, INDEC, indigencia, Juan José Llach, línea de pobreza, Observatorio de la Deuda Social, pobreza, UCA
03-10-2016 |
Según el INDEC de Todesca la pobreza y la indigencia en la Argentina llegarían al 32,2% y al 6,3%, respectivamente. Habría 8,7 millones de pobres y 1,7 millones de indigentes en el país. Sin embargo, teniendo en cuenta que a esta altura existen tantos números como mediciones posibles, la cuestión no es numérica sino más bien política. Por esto mismo, a fin de escapar de análisis economicistas que no nos llevarían a ninguna parte, la clave se encuentra en descubrir el velo político que siempre se esconde detrás de cualquier número, y en este caso particular, de los datos de pobreza oficiados por el INDEC. No sólo porque es a través de medidas de política económica que puede trastocárselos (para bien o para mal) sino también porque no hay estadística exenta de contenido ideológico. Consecuentemente, a lo largo de este informe comprenderemos cuáles son los intereses políticos escondidos detrás de las mediciones oficiales, dando cuenta que lejos de "poner la verdad sobre la mesa" -en palabras del propio Presidente Macri-, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos es un instrumento más de la política mercadista que enarbola, como más fiel estandarte, la administración conservadora nacional. Así como el mercado fijó los precios de la energía, ahora también nos dice qué cantidad de pobres tenemos y cómo debemos medirlos. En consecuencia, la pobreza vuelve a ser un número y en su medición no incidirán ya las políticas estatales que intenten paliarla y que obviamente las habrá cada vez menos.
La "pesada herencia" (estadística) del menemato
Es el propio INDEC de la era Macri quien reconoce en su ultimo informe "Incidencia de la pobreza y de la indigencia en 31 aglomerados urbanos", publicado el 28 de septiembre del corriente año que "con relación a la medición de la pobreza, es necesario tener presente que la información que se difunde está producida con la metodología de cálculo de la Pobreza que se ha estado utilizando desde 1992, es decir, con una valorización de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de la Canasta Básica Total (CBT) comparada con los ingresos de los hogares relevados por la EPH".
¿Qué significa lo anterior? Que las estimaciones realizadas por el organismo para medir la pobreza en el año 2016 están basadas en la metodología utilizada en los noventa y denominada "línea de pobreza". Dicha metodología, fue adoptada en la Argentina como estadística oficial en 1993 a partir del trabajo del Comité Ejecutivo para el Estudio de la Pobreza en la Argentina (CEPA), encabezado por el entonces Secretario de Programación Económica, Lic. Juan José Llach (diremos más delante de quién se trata). Sin embargo, lo cierto es que demostró ser completamente ineficiente e ineficaz a la hora de formular un indicador fehaciente de la cantidad de pobres e indigentes que tiene nuestro país. Además, como todo producto neoliberal, el método de la línea es fiel reflejo de su época. Veamos por qué.
¿Una persona sin educación ni acceso a la salud no es "pobre"?
La medición por "línea de pobreza" es un método indirecto y unidimensional que se aplica comparando los totales de ingreso declarados por los miembros del hogar con los ingresos estimados como promedio, quedando excluidos de la medición los bienes y servicios provistos a través de la distribución secundaria de ingresos, esto es: educación, salud, alimentos, computadoras, programas sociales, etc. De manera tal que se clasifica como "pobres indigentes" a aquellos hogares -y a sus integrantes- cuyos ingresos declarados no superan el valor teórico de la Canasta Básica Alimentaria y como "pobres" a los que no superan el valor teórico de la Canasta Básica Total.
Entonces, dado que la estimación se realiza comparando los ingresos monetarios de los hogares con los ingresos promedio requeridos para la satisfacción de ciertas necesidades "básicas" y que los bienes y servicios de otro tipo que pudiera recibir la población no intervienen en el cálculo, si la sociedad recibiera la ayuda social del Estado en forma no monetaria, la pobreza no descendería; y a la inversa, si se suprimieran dichos beneficios, tampoco se incrementaría la pobreza. En otras palabras, que técnicamente si la administración macrista decidiera recortar de cuajo los presupuestos para la educación y la salud pública, la pobreza no subiría según la aplicación de las reglas de este método. En definitiva, lo que subyace de fondo es el concepto neoliberal de que el bienestar material se reduce a la medición de la capacidad de compra en el mercado de bienes y servicios.
Centralismo porteño y "sinceramiento" estadístico
Además, la metodología del INDEC basaba sus estimaciones en el Índice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires (IPC GBA), tanto cuando la medición de la pobreza y la indigencia abarcaba sólo la región Gran Buenos Aires (1993-2001), como en los períodos posteriores en que alcanzaba a todos los aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Siempre, y a pesar de las ampliaciones, el parámetro de medición fue el Gran Buenos Aires.
A propósito de esto, y en lo que a la actualidad respecta, nada ha cambiado para el INDEC de Todesca. Éste sigue tomando como base para medir los valores de las canastas básicas al IPC GBA, cuestión que no sorprende dada la visión porteño-céntrica de la administración macrista que se resiste a gestionar por fuera de los límites de la General Paz.
No obstante, a las limitaciones del método de la línea y al insólito uso del IPC GBA para toda la Argentina, se le suman mayores desactualizaciones. En efecto, se desprende del citado informe del INDEC 2016 que "la medición presentada introduce la actualización de la línea de indigencia y de pobreza en base a la composición de la Canasta Básica Alimentaria resultante de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 1996/97. Dicha composición fue validada, en términos de la estructura alimentaria, con el patrón de consumo que surge de la ENGHo 2004/05".
¿Qué quiere decir todo esto? Traduciendo al criollo, lo que el INDEC nos está diciendo es que para medir la pobreza y la indigencia en la Argentina se tomó como base el valor de una Canasta Básica Alimentaria… ¡correspondiente al Gasto en los Hogares de los años 1996 y 1997! Pero tranquilos, hay una luz de esperanza: el organismo aclara que estos datos se compararon con el patrón de consumo que una familia argentina tenía hace… ¡casi 10 años atrás! En efecto, aquí están y estas son las "nuevas" estimaciones de pobreza que el INDEC pretende que tomemos a consideración una década después. Otra vez, el "sinceramiento" del relato macrista nos anda con puras mentiras.
Juan José Llach
Pero más allá de las falencias estadísticas, no queremos finalizar sin dejar en claro quién fue el brillante cerebro argentino que hizo del método de la línea de pobreza una estadística oficial en el país. Como podrá apreciarse, es aquí donde queda al descubierto no sólo el velo político escondido detrás de las estadísticas sino también el por qué del retorno a las viejas mediciones de pobreza e indigencia.
Como remarcábamos al comienzo de este artículo, el método de la línea fue adoptado en nuestro país como estadística oficial en 1993 a partir del trabajo del Comité Ejecutivo para el Estudio de la Pobreza en la Argentina (CEPA), encabezado por el entonces Secretario de Programación Económica, Lic. Juan José Llach. ¿Y quién es Llach?
Investigador del Instituto Di Tella entre 1985 y 1991 y de la Fundación Mediterránea entre 1982 y 1985, Profesor emérito del IAE-Universidad Austral, miembro de la Academia Nacional de Educación desde 2003, de la Academia Nacional de Ciencias Económicas desde 2007, de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales desde 1994, del Consejo Asesor del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA desde 2010, y economista de la Fundación "Producir Conservando", Llach se destaca como uno de los cerebros más influyentes del establishment semicolonial y constituye un claro ejemplo de cómo los intelectuales provenientes de las canteras del pensamiento conservador lograron ocupar estratégicamente el aparato estatal en los años nefastos del neoliberalismo.
Consecuentemente, este Licenciado en Economía por la UBA y en Sociología por la UCA, realizó su paso por la función pública bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem en los años 90, desempeñándose en la cartera de Economía junto al entonces Ministro Domingo Cavallo y ocupando los cargos de Viceministro de Economía y Obras y Servicios Públicos de la Nación (1996), Secretario de Programación Económica del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos de la Nación (1991-1996), Presidente del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (1995-1996) y Jefe de Asesores del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos de la Nación (1991).
Al finalizar su pasaje por el menemato, entre 1997 a 1999, Llach decidió retornar al IERAL (Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana) de la Fundación Mediterránea, desempeñando esta vez el rol de presidente y economista de dicha organización. Pero su papel como funcionario público no se agotó en la experiencia cavallista. En el año 1999, volvió a las pistas convocado por Fernando De La Rúa para hacerse cargo del Ministerio de Educación, puesto que ocupó por unos largos y convulsionados meses hasta que decidió renunciar antes de finalizar su mandato.
Consejo Académico del Observatorio de la UCA
Cabe destacar, por último, que Llach se desempeña nada más y nada menos que como actual miembro del Consejo Académico del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina. Es decir, el organismo citado infinidad de veces por la administración nacional como ejemplo de verdad estadística y pureza científica. En este sentido, y para que no queden dudas de la filiación político-ideológica con lo más rancio del conservadorismo, veamos quienes componen, además de Llach, el Consejo Académico del Observatorio de la Deuda Social de la UCA: Cristina Calvo (Economista, candidata a Diputada Nacional por la Ciudad de Buenos Aires del Frente Amplio Progresista (FAP) en las elecciones generales de 2011); Héctor Malleta (Sociólogo de la Universidad del Salvador); Natalio Botana (Politólogo, Profesor Emérito de la Universidad Torcuato Di Tella, creador de obras tales como "Sarmiento: una aventura republicana"); y Enrique Valiente Noailles (Filósofo, distinguido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con la medalla del Bicentenario en 2010, ex Presidente del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), fundado por Sonia Cavallo).
¿Se entiende por qué el Presidente Macri dijo en conferencia de prensa y en relación a las cifras de pobreza e indigencia del INDEC que "el trabajo que hacía la UCA era el correcto"? Porque el INDEC adoptó la técnica estadística del Observatorio de la UCA. En otras palabras, el Observatorio de la UCA es el INDEC.
El INDECUCA?
No hay que ser muy lúcido para entender que el número de pobres seguirá aumentando aunque sólo de ingresos se traten las mediciones. Una inflación galopante del 42% anual (proyectada al 52% para los sectores más vulnerables), una devaluación del 60%, pérdida masiva de puestos de trabajo, caída estrepitosa del consumo y la retracción del mercado interno dejarán un tendal de nuevos pobres como ya está sucediendo tras diez meses de macrismo.
Ahora bien, reparar en el método de la "línea de pobreza" resulta clave para entender su génesis liberal y la sustitución del bienestar material por la capacidad de compra en el mercado de bienes y servicios. Y aquí regresamos a la cuestión política, pues son las corporaciones quienes administran y no el Estado quien gobierna. Así como el mercado fijó los precios de la energía, ahora también nos dice qué cantidad de pobres tenemos y cómo debemos medirlos. En consecuencia, la pobreza vuelve a ser un número y en su medición no incidirán ya las políticas estatales que intenten paliarla y que obviamente las habrá cada vez menos.
Los nuevos datos del Observatorio de la UCA devenido en nuevo INDEC nos hablarán únicamente de ingresos y no de salud, educación, planes sociales, infraestructura de servicios, etc. Mientras millones de pibes dejan de recibir una computadora del Plan Conectar Igualdad, mientras los argentinos vemos cómo se cancela el ARSAT 3, mientras la energía se transforma en moneda de cambio y la educación pública y la salud se mercantilizan, en definitiva, mientras avanza el desguace de los derechos conquistados el número de "pobres" seguirá invariable para el "INDEC" .
Bibliografia
INDEC (28/09/2016) Incidencia de la pobreza y de la indigencia en 31 aglomerados urbanos http://www.indec.gov.ar/uploads/informesdeprensa/emi_09_16.pdf
OETEC (21/11/2015) Respaldos de think tanks ultra-conservadores a Alianza Cambiemos http://www.oetec.org/nota.php?id=%201442&area=%2014
OETEC (12/06/2015) Índices de pobreza e indigencia: ¿qué oculta la crítica de los medios del atraso y la exclusión? http://www.oetec.org/nota.php?id=1232&area=1
OETEC (08/06/2015) Fundación "Producir Conservando": Juan José Llach y las recetas del eterno coloniaje http://www.oetec.org/nota.php?id=1215&area=1
INDEC (2012) CANASTA BÁSICA ALIMENTARIA Y CANASTA BÁSICA TOTAL HISTORIA, FORMA DE CÁLCULO E INTERPRETACIÓN http://www.indec.gov.ar/ftp/cuadros/sociedad/informe_canastas_basicas.pdf