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¿Greenpeace y el fundamentalismo ambiental podrán cancelar Río Turbio?

Autor | Belen Ennis


Conflictos de Interes
La autora no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Aranguren, carbón, energía eólica, energía solar, FARN, fundamentalismo ambiental, Greenpeace, industria petrolera, Mauricio Macri, mercadismo energético, Ministerio de Ambiente, Ministerio de Energía, Ministerio de Planificación, Plan RenovAr, precios de la electricidad, renovables, represas, Río Turbio, Santa Cruz, seguridad energética, tarifazo, YCRT



05-10-2016 | Pletóricos por la inminente adjudicación de las primeras ofertas del Plan RenovAr para energías eólica y solar importadas, el fundamentalismo ambiental y la industria petrolera están de fiesta. En efecto, la poda del 74% en los fondos destinados a la empresa estatal Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) propuesta por el oficialismo en la Ley de Presupuesto 2017 confirma la concreción, al menos transitoria, de los objetivos de Greenpeace y demás organizaciones del terrorismo ecologista. ¿El cambio? El Estado que destinó 1.530 millones de pesos en 2016 a YCRT, en 2017 destinará 398 millones. La razón de semejante recorte se explica por la fuerte presión de lobby ejercida por las agrupaciones "ambientalistas" y sus contribuyentes, por supuesto. Al comenzar el año, precisamente el 5 de enero pasado, se reunieron con el Ministro de Ambiente Bergman exigiéndole "cancelar el proyecto de central térmica Río Turbio", según consta en el documento "10 medidas para 100 días de gobierno" (ver bibliografía), documento presentado conjuntamente por Greenpeace y Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). Breve repaso a la gesta carbonífera de los últimos doce años, las razones de la guerra al carbón por parte del mercadismo energético y su aliado estratégico, el fundamentalismo ambiental.


Los intereses "verdes" y su guerra al carbón
El desguace de YCRT conlleva, en el caso de la central alimentada a carbón, la paralización de su segunda turbina así como de las tareas de recuperación de la actividad minera. Dichas medidas beneficiarán los intereses de: 1) las empresas líderes (foráneas) en tecnologías eólica y solar, embarcadas ya en pingues negocios en nuestro país; 2) las compañías generadoras de termoelectricidad, obligado complemento de las anteriores toda vez que el sol deja de brillar o el viento de soplar; y 3) las petroleras, que proveerán el gas y los combustibles fósiles con los que funcionarán las centrales termoeléctricas. Es importante agregar que los principales actores de los últimos dos sectores se encuentran verticalmente integrados en la Argentina. Asimismo, la cancelación de la Central Térmica de Río Turbio contribuye a: 1) seguir desregulando el precio de la electricidad, al eliminar como actores claves a las provincias; y 2) encarecer el precio de la electricidad todavía más, desde que el carbón -al igual la energía hidráulica- son dos de los factores claves que tienden a abaratar el precio.

Por cierto, los seis puntos antes citados valen para explicar igualmente el intento de cancelar los aprovechamientos sobre el Río de Santa Cruz, cuyo pedido también figuró en el documento aludido de Greenpeace y FARN "10 medidas para 100 días de gobierno".

Breve historia de YCRT: creación, desguace y privatización
Como nos explica el investigador del OETEC, Lucas Schneider, en uno de sus informes acerca de la historia de YCRT (ver bibliografía), después de la Segunda Guerra Mundial, las importaciones de carbón mineral que provenían de Europa comenzaron a flaquear. En consecuencia, en 1943, el Estado Nacional toma la decisión de explotar la cuenca carbonífera Río Turbio por intermedio de YPF y crea con posterioridad la Dirección General de Combustibles Sólidos Minerales, dependiente de la Secretaría de Industria y Comercio de la Nación. Sin embargo, fue el Presidente Juan Domingo Perón quien le otorgó al carbón un carácter geopolítico y económico estratégico al concebirlo como un mineral capaz de fortalecer la soberanía nacional en materia energética.

De esta manera, entre 1947 y 1950, se concretaron los primeros trabajos mineros intensivos en el yacimiento de Río Turbio explotándose las minas 1, 2 y 3, y empleándose un total de 120 obreros, episodio que constituyó el primer gran paso para que la cuenca carbonífera comience a desarrollarse como una verdadera comunidad minera energética. No obstante, con el golpe de 1955 la actividad carbonífera comenzó su declive, tendencia que no mejoró durante la última dictadura cívico-militar y su intento, afortunadamente sin éxito, de privatizarla. Al retornar el constitucionalismo con Raúl Alfonsín, el sector tampoco pudo despegar por la gran crisis económica e hiperinflacionaria de fines de los 80.

Sin embargo, la época más oscura de Yacimiento Carbonífero de Río Turbio -como lo fue para todas las empresas de origen estatal- tuvo lugar entre 1989 y 2002 al completarse el mayor desguace de su estructura por iniciativa del menemato, que pudo finalmente concretar las intenciones privatizadoras de la última dictadura. A propósito, mediante el Decreto 2.074/1990 del Poder Ejecutivo Nacional se dispuso la privatización de YCF y luego, a través del Decreto 1.417/1993, se hizo lo propio con la de la totalidad de las instalaciones portuarias, ferroviarias y mineras. Y fue durante esta triste y vergonzosa etapa que la localidad de Río Turbio atravesó la más grande crisis social y económica al ver disminuir su población, paralizarse la actividad minera, y empleándose el poco personal sólo en tareas de mantenimiento.

Apogeo de YCRT
Si bien la privatización de YCRT encontró su fin en el año 2002 -cuando en plena crisis del país se dispuse rescindir la concesión privada a través del Decreto 1.034-, fue en el periodo 2003-2015 que se formuló el Plan de Recuperación Integral del Yacimiento Carbonífero de Río Turbio, enmarcado dentro del Plan Energético Nacional (PEN) del ex Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. Las metas de la recuperación incluyeron la puesta en marcha de la producción minera y la construcción de una central termoeléctrica de 240 megavatios de potencia. Anunciaba Néstor en su discurso ante la Asamblea Legislativa, el 1 de marzo de 2007: "Nos comprometimos con un plan de inversiones para Yacimientos Carboníferos Río Turbio, la eterna olvidada, a los efectos de potenciar la escala productiva del yacimiento colocándolo tecnológicamente con los más avanzados del mundo en materia, incorporando valor agregado al recurso natural en boca de mina del Yacimiento de Río Turbio y la inclusión del mismo en la matriz energética nacional con el llamado a licitación internacional por 1.506 millones de pesos para una central térmica de 240 megavatios. ¡Se puede con el carbón también!".

La gesta carbonífera, que no puede desvincularse ni del Plan Energético Nacional ni del Plan Nacional Minero, quedó definitivamente consolidada cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner puso en funcionamiento, el 4 de septiembre de 2015, la Central Termoeléctrica a Carbón "14 mineros del 14-004", en Río Turbio. Desde entonces, la provincia de Santa Cruz está capacitada para entregar energía eléctrica al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), lo cual es posible no sólo gracias a la recuperación integral del yacimiento sino también a la interconexión eléctrica del Sistema Patagónico al SADI consumada en estos últimos años. Por último, destacar que la reactivación de YCRT implicó una inversión estatal de 9.059 millones de pesos (5.124 millones para la recuperación del yacimiento y 3.935 millones para la construcción de la central eléctrica de 240 megavatios).

Más allá de lo anterior, sostenemos que lo más relevante de la reactivación de YCRT fue su aspecto humano, es decir, el impacto social y económico para los habitantes rioturbienses de la Patagonia Sur -región injustamente excluida y olvidada como tantas otras bajo el esquema energético neoliberal-. En este sentido, cabe mencionar que gracias al impulso del yacimiento en los últimos años se generó una importante inmigración de personas provenientes de otras provincias en búsqueda de mejores oportunidades aprovechando que el salario promedio de un trabajador minero alcanzaba los 190.000 pesos anuales. Por otra parte, esto también hizo crecer la actividad económica y comercial de Río Turbio al favorecer el desarrollo de diferentes actividades asociadas a la satisfacción de las demandas de una población en crecimiento. Sumado a lo anterior, hasta la llegada del macrismo, YCRT empleaba alrededor de 2.900 trabajadores.

Caída de YCRT
Desde el 10 de diciembre a esta parte otra viene siendo la historia de la empresa carbonífera de bandera. A pesar de que el interventor de YCRT, Omar Zeidán, afirmó recientemente "vamos a quemar nuestro carbón en nuestra usina para generar la energía que Argentina necesita" (ver bibliografía), fue el propio Presidente Macri quien lo contradijo escasos meses atrás cuando manifestó que en Río Turbio "la tenían complicada y difícil" porque se había "construido una usina para un carbón que no sirve" y que sus asesores le habían recomendado "comprar carbón de Chile o hacerla a gas" (ver bibliografía).

Lo cierto es que la cuenca carbonífera que atraviesa nuestro país es exactamente la misma que pasa por Chile. Pero no se trata de eso. El asunto es que la "inviabilidad" de nuestro carbón también es la "inviabilidad" de las provincias del sur de la Argentina, que con la quita de recursos efectuada a YCRT por parte del unitarismo porteño (como la reducción de la potencia instalada de las represas y el cambio en el proyecto original) quedarán nuevamente condenadas al olvido, el atraso y la exclusión.

El terrorismo ambiental a contramano de "el mundo"
Y a la zoncera de la inutilidad del carbón -por cierto, es de destacar que el Yacimiento Carbonífero Río Turbio tiene reservas probadas de carbón para operar durante 345 años-, debemos sumar las mentiras del terrorismo ambiental que buscan atentar contra el desarrollo de un recurso natural que tiene un sentido estratégico no sólo para el país sino también para el mundo. Basta con remitirse a la importancia que posee el carbón mineral para la generación de energía a nivel mundial: hoy en día el carbón representa el 40% de la electricidad del mundo; el 38% del total de la electricidad generada en los Estados Unidos; y el 81% de la electricidad de China (ver bibliografía).

Sin embargo, esto no es lo que informan Greenpeace y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) en el documento "10 Medidas para 100 días de gobierno. Construyendo una agenda ambiental participativa" presentado al ministro Bergman el 5 de enero pasado. En el citado documento, precisamente en su ítem 8, no sólo exigen "cancelar el proyecto de Central Térmica de Río Turbio" sino que incluyen como parte de sus argumentos la siguiente barbaridad: "el mantenimiento de la Central Térmica de Río Turbio coloca a país dentro del reducido grupo de naciones que aún mantienen en funcionamiento este tipo de centrales".



Fuente: Greenpeace y FARN "10 Medidas para 100 días de gobierno. Construyendo una agenda ambiental participativa".

¿Reducido grupo de naciones? ¿Cuáles serían? Por ejemplo, algunos de los países más industrializados del mundo como son: Estados Unidos, China, Rusia y Alemania que, contrariamente a los requerimientos del fundamentalismo ambiental, planean seguir construyendo centrales a carbón. En este camino, como destaca la cadena BBC, se encuentra Alemania -una de las líderes mundiales en el desarrollo de energías "verdes"- donde "dos nuevas centrales termoeléctricas de lignito se inauguraron en 2012, y hay dos más en preparación. Otras dos centrales de antracita (otra forma de carbón) también comenzaron a funcionar el año pasado, cinco más se abrirán entre este año y el próximo y otras dos están esperando sus licencias" (ver bibliografía). Lo mismo ocurre con los países más importantes del globo.

Quizás Greenpeace no lo sepa, pero en EE.UU. funcionan cerca de 600 centrales térmicas a carbón, país con el cual hemos hecho una suerte de alianza "verde". Asimismo y según la ONG ambientalista EndCoal, en el mundo hay 570 unidades (calderas) en construcción y 1.721 planificadas. Más información a la desinformación. La Energy Information Agency (EIA) ha proyectado que para 2040 el 35,6% de toda la generación de electricidad en el mundo tendrá al carbón como combustible, superando a las fuentes de energía renovables (24.6%) y al gas natural (24.1%). Asimismo, un estudio de la Comisión Federal de Electricidad de México estima que "a pesar de que el gas natural constituye una fuente de energía más limpia que el carbón mineral, la mayoría de las economías del mundo siguen invirtiendo cuantiosos recursos en la construcción de plantes de carbón [siendo que] el costo de energía a partir del carbón es el más bajo entre todos los combustibles" (ver bibliografía). En efecto, los porcentajes de producción mundial de carbón al año 2010 eran los siguientes:



Fuente: Comisión Federal de Electricidad de México en base a datos de EIA.

Como puede observarse, la región Centro y Sur de América tienen escasa incidencia en la producción de carbón (0.1) y se encuentran muy lejos de los porcentajes de Norteamérica (1.2) y Asia (4.7). ¿Qué intervención podría tener YCRT en este esquema mundial? El discurso del fundamentalismo ecologista hace agua por todas partes.

Greenpeace contra YCRT, el ser humano y el desarrollo del país
Por lo tanto, y a pesar de que el carbón es y seguirá siendo por los próximos 50 años el principal combustible para la generación de electricidad en el mundo, el terrorismo climático con Greenpeace a la cabeza oculta todos estos datos y consigue, gracias a su fuerte presión de lobby, bajar el presupuesto para YCRT de los 1.530 millones de pesos que tuvo en 2016 a 398 millones para 2017. Así las cosas, Greenpeace y FARN están ganándole la batalla al bienestar argentino y al desarrollo del país. Y es que en verdad nada le importan.

Al respecto, decía Patrick Moore -cofundador de Greenpeace- acerca de la cuestión rioturbiense al ser entrevistado por OETEC: "Entiendo que el cierre de la central a carbón de Río Turbio tendrá consecuencias sobre unas 3.000 personas que serán despedidas, dado que la planta está ligada a la mina de carbón. Y la verdad es que a Greenpeace no le importa siquiera un peso ($1) las necesidades de las personas y las familias". "Si les hiciéramos caso [prosigue Moore], cerrarían más del 98% de toda la energía mundial que es abastecida con combustible fósil, centrales hidroeléctricas y nucleares. Temo por el bienestar de la Argentina si los cuentos de hadas de Greenpeace son escuchados por el poder".

Muy tristemente, cuentos de hadas que hoy son realidad gracias a la incansable labor de un Ministerio de Ambiente controlado por el fundamentalismo ecologista (y sus contribuyentes, la burguesía "verde" europea y estadounidense) que, mucho más preocupado por la vida de algún ave africana que por el ser humano, acepta formar parte de una administración nacional que ya aumentó en cinco millones la cantidad de empobrecidos en la Argentina a tan sólo ocho meses de gestión. Empobrecidos que, hay que decirlo, seguirán aumentando al compás de una energía progresivamente commoditizada, librada a las fuerzas del mercado, las ballenas, los icebergs y los osos polares.

Negocio redondo para el mercadismo energético
La paralización de Río Turbio es también una realidad. En su lugar, desembarcarán en nuestro país molinos eólicos y paneles solares -como veremos en el trascurso de esta semana al abrirse los pliegos para las ofertas del Plan RenovAr- que no crearán empleo doméstico y que sólo brindarán un suministro intermitente de energía encareciendo su precio a costa del consumo hogareño e industrial. Es que no podría haberse realizado ningún RenovAr sin tarifazo.

En suma, con el desguace de YCRT y la profundización de una Santa Cruz excluida del mapa argentino, lejos de celebrar los icebergs, las ballenas y los osos polares (en jaque por el creciente dióxido de carbono emitido por europeos, asiáticos y estadounidenses) celebran las empresas líderes (foráneas) en tecnologías eólica y solar, las compañías generadoras de termoelectricidad y la industria petrolera al frente del Ministerio de Energía de la Nación. Indudablemente, negocio redondo para el mercadismo energético, aunque pésima noticia para la seguridad energética y jurídica del pueblo argentino.



Bibliografia
OETEC (16/03/2016) Energía, medioambiente y represas en Santa Cruz. ¿Quién dirige la política energética nacional? http://www.oetec.org/nota.php?id=%201654&area=%201

OETEC (18/02/2016) Greenpeace, las represas en Santa Cruz y la central Río Turbio
http://www.oetec.org/nota.php?id=1579&area=1

OETEC (08/02/2016) Río Turbio (1945-2015). Una apreciación histórica y política
http://www.oetec.org/nota.php?id=1565&area=1

OETEC (14/12/2015) El Impacto económico y social de las inversiones públicas en Río Turbio (2003-2015) http://www.oetec.org/nota.php?id=%201472&area=%201

OETEC (7/09/2015) Puesta en marcha de la Central Térmica Río Turbio http://www.oetec.org/nota.php?id=1376&area=20

OETEC (15/05/2016) Yacimiento Río Turbio, la calidad del carbón y la desidia del Presidente Macri http://www.oetec.org/nota.php?id=1813&area=20

OETEC (26/03/2015) Estado de avance en la recuperación del yacimiento carbonífero Río Turbio http://www.oetec.org/nota.php?id=%201090&area=%201

BBC (15/04/2014) Por qué Alemania no es tan ecológica como se cree http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/04/140410_ciencia_alemania_energia_carbon_np

Documento Greenpeace y FARN del 5 de enero de 2016 http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/2016/1/Petitorio_FARN-GP.pdf

Proyecto de Presupuesto 2017 http://www.economia.gob.ar/onp/html/presutexto/proy2017/mensaje/mensaje2017.pdf

Comisión Federal de la Electricidad de México "La utilización del carbón en la industria eléctrica de México" http://esdocs.com/doc/1480834/industria-el%C3%A9ctrica-en-el-mundo

YCRT (28/09/2016) Garantizamos la producción de energía y el trabajo del yacimiento http://www.ycrt.gov.ar/garantizamos-la-produccion-de-energia-y-el-trabajo-del-yacimiento/