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La barbarie energética del señor Presidente (sobre el consumo per cápita)

Autor | OETEC-ID


Palabras Claves
consumo eléctrico per cápita, desarrollo, Donald Trump, eficiencia energética, fundamentalismo ambiental, grandero del mundo, industrialización, jornadas nacionales, Marcos Peña, Mauricio Macri, modelo energético



16-12-2016 | El jueves 15 de diciembre, el Presidente de la Nación inauguró la Primera Jornada Nacional de Eficiencia Energética. Su alocución, de aproximadamente 15 minutos, logró consagrarse como la síntesis más exquisita del modelo energético vigente desde el 10 de diciembre de 2015, y que, para ser justos con el neoliberalismo, siquiera podría ser calificado de neoliberal. La administración macrista con su asombrosa incapacidad y común raíz aristocrática (los Cardenal Newman Boys), la junta de CEOs y corporaciones que todo lo blindan, así como la más abyecta anarquía de mercado constituyen una nueva e indefinida categoría de poder oligárquico en la Argentina. En este sentido, llevará tiempo clasificar al modelo energético presidido por el representante del Grupo Shell, Juan José Aranguren (si es que merece llamarse a tal cosa "modelo"). La certeza, no obstante: recoge sin dudas lo peor de la línea Martínez de Hoz a Eduardo Duhalde, pero agrega nuevos condimentos (peores en todos los casos) como por ejemplo el fundamentalismo ambiental más desembozado, transitando su fase superior de primacía "verde", de naturaleza típicamente imperialista por los intereses que lo sostienen, su carácter recolonizador, antipopular y antinacional. Pero volvamos al discurso de Mauricio Macri durante las referidas jornadas. El Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), analizará con sumo detalle las principales expresiones y conceptos allí vertidos. En esta primera entrega, la cuestión del consumo energético, que si bien ya hemos trabajado, nos proponemos aquí aportar información nueva y actualizada, sobre todo a la luz del concepto de "eficiencia energética".




Macri inaugurando el primer evento sobre eficiencia energética en el país. La eficiencia energética en EE.UU. mejoró a expensas de una aguda transición desde una economía industrial a una progresivamente dedicada a los servicios. Si esto sucede en potencias industriales como EE.UU., ¿qué podría suceder a las naciones aún no consolidadas industrialmente? El granero del mundo lo sabe: retroceso fulminante al Centenario y sin escalas.

La barbarie energética del señor Presidente
Habiendo agradecido la presencia a los ex secretarios de Energía Daniel Montamat y Emilio Apud (el primero, testigo El Paso Energy en su demanda contra la Argentina ante el CIADI; el segundo, proveniente del riñón de López Murphy y apenas 84 horas hábiles en calidad de funcionario energético durante 2001), el Presidente de la Nación expresó "… dado que los precios de las tarifas (sic) eran ridículamente bajos, llevaron a consumos inusualmente altos comparados con cualquier otro ciudadano de la región. Entonces eso generó un mal comportamiento cultural de todo el país, porque claro, como pensábamos que era gratis empezamos a despilfarrar algo que es escaso". Ya al cierre de sus palabras, agregó en igual dirección: "… sabemos que el camino de los senderos de precios sin duda va a ayudar a generar esa conciencia, porque todos van a tomar contacto con la realidad de que es un recurso escaso y caro. Acá nadie quiere vender más energía cara, lo que queremos es que se consuma menos energía… Porque claramente tenemos que reducir el consumo per cápita de energía".

Claro que no fue esta la primera vez que Macri intentaba explicarnos el perjuicio que un elevado consumo energético por cabeza nos significa como ciudadanos y nación. Ya en el acto con motivo del bicentenario de la independencia, expresó: "Hoy nuestro país está entre los que más consume energía por habitante. Y no es culpa de ustedes… Fue culpa de una mala política, de una errónea política…".

Una vez más, a refutar su barbarie energética.

Consumo de electricidad como indicador de progreso y desarrollo socioeconómicos
En informe de este Observatorio titulado "Alto consumo energético per cápita: ¿Malo o bueno?" (ver bibliografía) explicamos la relación directamente proporcional entre el consumo energético (eléctrico) per cápita y el desarrollo económico, social e industrial de una nación.

Expusimos entonces la vinculación positiva y estadísticamente significativa entre el consumo eléctrico per cápita y los siguientes indicadores: 1) PBI per cápita; 2) Índice de Desarrollo Humano; 3) Expectativa de vida; 4) Tasa de mortalidad infantil; 5) Inversión estatal en salud pública; 6) Tasa de criminalidad; y 7) Percepción de la corrupción. A modo de síntesis, el gráfico que sigue, relación PBI-consumo energético:



Fuente: Elaboración propia en base al software de Fundación Gapminder. El consumo eléctrico per cápita (kWh) proviene del Banco Mundial. Los datos del producto bruto per cápita son en valores constantes en dólares al año 2000, ajustados por inflación. También del Banco Mundial.

Señor Presidente: Los países de menor desarrollo económico (africanos mayormente) se caracterizan por ser aquellos con el menor consumo eléctrico per cápita. De esta suerte, se observa que los países más desarrollados e industrializados del Planeta Tierra exhiben los mayores consumos eléctricos por habitante. La relación es inequívoca y directamente proporcional. Reducir drásticamente el consumo energético de la población impactará en el crecimiento del PBI por persona.

Naciones Unidas define Índice de Desarrollo Humano (IDH) como "un indicador sintético de los logros medios obtenidos en las dimensiones fundamentales del desarrollo humano, a saber, tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno. El IDH es la media geométrica de los índices normalizados de cada una de las tres dimensiones". Como se advierte del gráfico de abajo, los países de menor IDH (africanos mayormente) se caracterizan por ser aquellos con el menor consumo eléctrico per cápita. En consecuencia, los países cuyas poblaciones gozan de niveles más elevados en las dimensiones "vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno" exhiben los mayores consumos eléctricos por habitante. La relación es inequívoca y directamente proporcional. Reducir drásticamente el consumo energético impactará en el Índice de Desarrollo Humano de los argentinos y las argentinas.



Fuente: Elaboración propia en base al software de Fundación Gapminder. El consumo eléctrico per cápita (kWh) proviene del Banco Mundial. Los datos del IDH pertenecen a UNDP Human Development Report.

Consumo energético argentino en contexto regional
Al inaugurar las citadas jornadas, el Presidente dijo que "… dado que los precios de las tarifas (sic) eran ridículamente bajos, llevaron a consumos inusualmente altos comparados con cualquier otro ciudadano de la región". En primer lugar, destacar que a pesar de haber estado 12 meses administrando el país con Aranguren en calidad de ministro de Energía, sigue sin poder distinguir la fundamental diferencia entre "precio" y "tarifa". Peor aún, mezcla todo, lo cual es fiel reflejo de su supina ignorancia, así como de su talibanismo mercadista.

En segundo lugar, veamos si cómo afirma Macri, las tarifas del servicio público de electricidad en tiempos de kirchnerismo "llevaron a consumos inusualmente altos". Para simplificar el análisis, tomamos las dos naciones emblema de la región para Cambiemos, a la sazón naciones que participaron de las jornadas a través de funcionarios de sus respectivas áreas energéticas:



Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial, estadísticas de consumo eléctrico per cápita (kWh).

Señor Presidente: La Argentina no experimentó ningún consumo "inusualmente" alto. De hecho, su consumo per cápita sigue estando por debajo del anhelado modelo energético chileno. Incluso, se observa que la evolución en el crecimiento del consumo argentino fue casi idéntica al experimentado por Uruguay, otro emblema de su administración. En 2013, nuestro consumo eléctrico per cápita fue inferior al chileno y apenas superior al uruguayo. Por tanto, sería bueno explique comparado con qué países nuestro consumo fue tan anormalmente elevado.

En el gráfico que sigue, la evolución medida en porcentaje de variación entre 2003 y 2013, para las naciones seleccionadas de América Latina y el Caribe:



Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial, estadísticas de consumo eléctrico per cápita (kWh). ¿Inusualmente alto el consumo? Sólo en relación a Venezuela (siempre dada como ejemplo a no seguir) y a México (una de las naciones más desiguales de la región con Chile).

La expansión en el consumo de energía eléctrica por persona para la República Argentina durante 2003 y 2013 fue del 43%, ubicándose en la séptima posición respecto de los países seleccionados de América Latina y el Caribe que figuran en el gráfico precedente. En otras palabras, y en función de la muestra tomada, el crecimiento del consumo en nuestro país se ubicó apenas por debajo del promedio (media aritmética) de las variaciones registradas, siendo exactamente igual a la mediana (valor central del total de casos). ¿Inusualmente alto? Sólo en relación a Venezuela (siempre dada como ejemplo a no seguir) y a México (una de las naciones más desiguales de la región con Chile).

En suma, tarifas bajas de electricidad durante el kirchnerismo no condujeron a ningún crecimiento inusual (infrecuente o no común) del consumo per cápita en la Argentina en relación a los países "modelo energéticos" de Cambiemos (Chile y Uruguay). Igual cuando se compara con los países más representativos de América Latina, tanto por su desigualdad y subdesarrollo como por su progresividad. En este caso, la Argentina registró un crecimiento cercano al promedio. Analizaremos más adelante la razón de tales incrementos.

Consumo energético argentino en contexto internacional
El Jefe de Gabinete, señor Marcos Peña, había dicho meses atrás que consumir mucha energía es costumbre de país rico, y dado que la Argentina es supuestamente un país pobre, sumergido en una profunda crisis producto de la pesada herencia, consumir energía como lo hacen las naciones ricas vendría a ser algo así como un suicidio en masa.

A semejante barbaridad, oportunamente respondimos desde OETEC que no se trata de costumbres, sino de una consecuencia. ¿La causa? Para las naciones del Primer Mundo, mientras más desarrollo económico, mayor calidad de vida, mayor desenvolvimiento en ciencia y tecnología, y más elevados niveles de industrialización electro-intensiva (la tecnológicamente más avanzada), más alto será su consumo eléctrico por habitante.

Por tanto, señor Marcos Peña, consumir más energía es indicativo no ya de un cambio de costumbre sino de la verificación de cambios estructurales positivos en las matrices social, económica, científico-tecnológica, industrial y productiva, cambios que en todos los casos y para nuestro país vienen a confirmar una clara evolución como Estado nacional soberano, socialmente justo y económicamente autosuficiente.

Ahora bien, nótese las diferencias de consumo eléctrico per cápita entre nuestro país y las naciones supuestamente "ricas". ¿Realmente consumimos como ellas?



Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial, estadísticas de consumo eléctrico per cápita (kWh). La Argentina está representada por la línea gris subrayada en amarillo.

La diferencia que quita el sueño a los Cardenal Newman Boys
Filtrando las mentiras y barbaridades de Mauricio Macri y sus conceptos en relación al consumo eléctrico por habitante en la Argentina, la resultante es la siguiente, y se ilustra como sigue:



Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial, estadísticas de consumo eléctrico per cápita (kWh). Esta diferencia en el consumo por argentino es lo que quita el sueño al equipo de los Cardenal Newman Boys.

El consumo eléctrico per cápita entre 2003 y 2013 (extensible a los últimos doce años) fue ampliamente superior al consumo de las décadas del noventa y ochenta en un 42% y 96%, respectivamente. Comparando el promedio del consumo eléctrico por habitante para el período constitucional entre 1983 y 2002 al registrado durante los tres gobiernos kirchneristas, la diferencia es de un 65% a favor de estos últimos. Esta brecha en el consumo es lo que quita el sueño al equipo de los Cardenal Newman Boys.

Recordemos ahora la frase de Macri dada al comienzo: "… sabemos que el camino de los senderos de precios sin duda va a ayudar a generar esa conciencia, porque todos van a tomar contacto con la realidad de que es un recurso escaso y caro. Acá nadie quiere vender más energía cara, lo que queremos es que se consuma menos energía… Porque claramente tenemos que reducir el consumo per cápita de energía".

En primerísimo lugar, el recurso no fue escaso ni caro. Todo lo contrario: fue abundante y barato. Los indicadores energéticos que ellos mismos reconocen como de excesivo crecimiento -y que por ende se abocan a combatir- son justamente el parámetro más claro de haber tenido un sistema energético (2003-2015) caracterizado por recursos baratos, abundantes y de progresiva accesibilidad. A propósito, obsérvese la evolución de la electrificación del país y de la cantidad de usuarios del servicio público de electricidad entre 2000 y 2012:



Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial (porcentaje de electrificación) y Ministerio de Energía y Minería de la Nación, series históricas (usuarios del servicio público de electricidad).

Básicamente, ninguna nación que registre escasez de recursos energéticos puede ostentar semejantes niveles de avances. Igual razonamiento para los registrados en los noventa: jamás faltó energía en la Argentina; lo que faltó, en todo caso, fue la intención de volcarla al consumo interno y al propio desarrollo.

En segundo lugar, obviamente que el encarecimiento de las tarifas de los servicios públicos energéticos desde el 10 de diciembre de 2015 a esta parte es uno de los pilares para lograr el desplome del consumo. Es, en definitiva y como tantas veces señalamos, la energía como variable de ajuste.

Eficiencia energética para el granero del mundo
Dijimos antes que las tarifas bajas de electricidad durante el kirchnerismo no condujeron a ningún crecimiento inusual (infrecuente o no común) del consumo per cápita en la Argentina en relación a los países "modelo energéticos" de Cambiemos (Chile y Uruguay). Igual cuando se compara con los países más representativos de América Latina, tanto por su desigualdad y subdesarrollo como por su progresividad.

Asimismo, tampoco es cierto que el pueblo argentino haya consumido energéticos al nivel de los países "ricos" (según sesuda clasificación de Peña). ¿Entonces? ¿Por qué aumentó el consumo? Y más importante, ¿por qué el macrismo lo quiere tirar abajo?

El consumo energético de una Nación es función directa de su desarrollo socioeconómico, de la calidad de vida (estándar de vida) y la longevidad de su población (expectativa de vida); es función directa, asimismo, de su nivel de industrialización y la modernidad de su economía, así como también del desenvolvimiento de su aparato productivo, científico y tecnológico. Todas las naciones hoy industrializadas de Occidente como las emergentes de Asia y de otros continentes han basado y basan su despegue capitalista (desarrollo de sus fuerzas productivas y sus ventajas comparativas y competitivas) en un sistema energético barato y abundante, de acceso progresivamente universal. Y fueron tales atributos -y no el ahorro energético, mucho menos el encarecimiento de la electricidad y de los combustibles fósiles- los que determinaron sólidas y duraderas bases autóctonas de crecimiento y desarrollo para todas estas naciones. En otras palabras, su propio "crecer con lo nuestro".

Entonces y, para terminar, cómo explicar la fiebre macrista por reducir drásticamente el consumo energético. Ya dijimos que utilizan a la energía como fenomenal variable de ajuste. ¿Pero esto es todo? El nombre de las jornadas en las que Macri realizó su mejor síntesis del pensamiento y el accionar energético de su administración explica magistralmente los interrogantes planteados: Jornada Nacional de Eficiencia Energética. ¿Y qué es la eficiencia energética?

Una nación es energéticamente eficiente cuando logra desacoplar el desarrollo económico del consumo energético (expansión del PBI en paralelo a una reducción en el consumo de energía). Sin embargo, la experiencia mundial demuestra que únicamente puede lograrse tal desacople si la economía del país en cuestión tiende a una de servicios en lugar de una basada en la industria (desprimarizada). El gráfico de abajo, representativo de EE.UU., el país que más avanzo en este sentido, no deja lugar a dudas:



Fuente: Energy Collective (ver bibliografía). La eficiencia energética en EE.UU. mejoró a expensas de una aguda transición desde una economía industrial a una progresivamente dedicada a los servicios. No por nada Donald Trump rechaza el fundamentalismo ambiental de Obama y su continuadora, Hillary Clinton.

Eficiencia energética para el Centenario, sin escalas
Si esto sucede en potencias industriales como EE.UU., ¿qué podría suceder a las naciones aún no consolidadas industrialmente? Una descontrolada reprimarización de la economía por vía de la política energética, lo cual combinada con una política económica neoliberal -como aquí- fulminaría todo avance o vestigio de industrialización.

Y el granero del mundo lo sabe. Sabe que el fundamentalismo ambiental le va de maravillas y que la eficiencia energética nos conducirá al Centenario sin escalas. Es que, como ya hemos señalado, los países cuyas economías pretendan mantenerse estancadas en el trueque del trigo, el maíz, la soja y las carnes de diverso origen por manufacturas importadas no precisan energía barata ni subsidiada ni un consumo alto y progresivo por cabeza de ciudadano.

Es más, bajo este modelo de acumulación (modelo agroexportador), un sistema energético más caro y cuya demanda oscile entre baja y moderada resulta vital. ¿Por qué? Porque cuando la industria energética se convierte en un catalizador de un mercado interno pujante y en expansión, cuando se convierte en madre de industrias (promotora de la industrialización y la modernización económica por vía de tarifas subsidiadas), el granero del mundo se debilita. En otras palabras, a mayor mercado interno y a mayor desprimarización del aparato productivo e industrial el granero del mundo (y su fase superior, el supermercado del mundo) se ve gravemente perjudicado en su supervivencia.



Bibliografia
OETEC (19/07/2016) "Consumimos más energía no porque tengamos costumbres de país rico, sino porque tenemos igual derecho a una vida digna que tienen en EE.UU. y Europa"
http://www.oetec.org/nota.php?id=1945&area=1

OETEC (13/07/2016) Alto consumo energético per cápita: ¿Malo o bueno?
http://www.oetec.org/nota.php?id=1922&area=1

Energy Collective sobre eficiencia energética
http://www.theenergycollective.com/schalk-cloete/2231916/can-we-really-uncouple-welfare-growth-energy-growth

Video con la alocución del Presidente en la Primera Jornada Nacional de Eficiencia Energética
https://www.youtube.com/watch?v=plo6zwlSlXE