"Ing. Enrique Martín Hermitte"
Soberanía y Seguridad Jurídica Popular
| Artículos de opinión
Autor | Federico Bernal,
Conflictos de Interes
El autor manifiesta su rechazo al fundamentalismo ecologista de Greenpeace, así como sus prácticas extremistas para hacer oir su voz.
Palabras Claves
agenda energética, Al Gore, cambio climático, combustibles fósiles, COP-20, ecologismo, energía nuclear, energías renovables, Federico Bernal, Greenpeace, imperialismo, Líneas de Nasca, Nasca, Patrick Moore
23-12-2014 |
Las habrá visto y recontra visto ya, pero vuelva el lector a posar la mirada en las imágenes que acompañan esta nota. El 7 de diciembre por la noche, activistas de la fundamentalista organización Greenpeace dejaban un mensaje en la zona de las líneas y geoglifos de Nasca (Perú): "¡Tiempo de cambios! El futuro es renovable". El daño, según las autoridades peruanas es irreparable. Las disculpas del grupo medioambiental -que lamentablemente contó entre sus organizadores con el director de Greenpeace Argentina, Mauro Fernández-, no fueron suficientes para el gobierno del Perú. La agresión de Greenpeace contra el patrimonio cultural del pueblo latinoamericano y de la humanidad toda se realizó en paralelo a la cumbre climática COP-20 de Lima. Importan un comino a esta organización los pueblos de América Latina, el futuro de la humanidad y, paradójicamente, la ecología. Nada más oportuno para analizar el presente nefasto de Greenpeace que entrevistando a uno de sus fundadores, el Dr. Patrick Moore.
¡Extremistas y de la ultra-izquierda!
Líder en el campo ambientalista internacional por más de 40 años, Moore es cofundador de Greenpeace, habiéndose desempeñado durante nueve años como su Presidente para Canadá y siete años como su Director a nivel internacional. Fue asimismo pieza clave en la mayoría de las campañas que convirtieron a Greenpeace en la organización de activistas ambientalistas más grande del mundo. Sin embargo, algo sucedió que motivó su alejamiento. En efecto, años atrás, el prestigioso ecologista se despachó con una nota donde justificaba su renuncia por considerar que Greenpeace no sólo había "dado un fuerte giro a la izquierda" sino que además se había convertido en "una organización cuya agenda era extremista y políticamente influenciada". Le pedimos que nos profundice sus graves aseveraciones: "Estos son los dos factores independientes que hicieron que Greenpeace adoptara políticas extremas. A mediados de 1980, cuando la guerra fría estaba llegando a su fin, mucha gente del movimiento por la paz aterrizó en el movimiento ambientalista, trayendo con ellos su pensamiento de izquierda, antiestadounidense. Esta política de izquierda se apropió del movimiento ambientalista. Al mismo tiempo, habíamos ganado muchas campañas razonables como detener la bomba, salvar a las ballenas, dejar de producir desechos nucleares, etc. y la mayoría de las personas estuvo de acuerdo con nosotros en esto. Muchos miembros del movimiento ambientalista querían seguir luchando, en parte porque eran financieramente dependientes del movimiento. Pero la única manera de continuar en una postura confrontativa y anti-establishment, era adoptar políticas cada vez más extremas, hasta finalmente abandonar por completo la ciencia y la lógica con las políticas de tolerancia cero. Las posiciones del movimiento ambientalista sobre la energía nuclear y la modificación genética reflejan esta línea dura de tolerancia cero...".
El dilema de los combustibles fósiles
No es algo de todos los días conversar con uno de los fundadores de Greenpeace y encontrarlo batallando del lado de los combustibles fósiles y, como veremos más adelante, de la energía nuclear. El Dr. Moore nos explica sus motivos: "El 88% de la energía mundial proviene de los combustibles fósiles. Los combustibles fósiles representan alrededor del 98% de la energía del transporte. ¿Cómo llevaremos la comida a las tiendas sin petróleo? ¿Cómo harán los agricultores para cosechar sus cultivos? ¿Retrocederemos hasta tener al 80% de la población empleada en el cultivo de alimentos? Greenpeace dice que debemos erminar con nuestra adicción a los combustibles fósiles a la vez que ataca una plataforma petrolera rusa sobre un bote con motor diesel. Sólo puedo suponer que tienen un deseo de muerte colectivo para la especie humana. Cero emisiones significa cero personas, o retroceder al menos 10.000 años, antes de que empezaran a despejarse los bosques para la agricultura".
¿Cómo reemplazar los combustibles fósiles?
A propósito de la aberración de Nasca y del mensaje de Greenpeace, le consultamos a Moore si efectivamente el futuro son las renovables. Esto nos dijo: "Aquello de 100% renovable - cero combustibles fósiles es un deseo de muerte para la civilización. El hecho de que el IPCC, un órgano de las Naciones Unidas, haya respaldado esta tontería es una buena razón para no creerles nada. El IPCC está irremediablemente en conflicto, porque sólo están obligados a estudiar las causas humanas del cambio climático y no las muchas causas naturales. La demonización de los combustibles fósiles y el CO2 pone en claro que el movimiento verde se ha convertido en una religión y no en un buen desarrollo". Ahora bien, la pregunta del millón es: ¿cómo reemplazar los combustibles fósiles sin retroceder, como él asegura, 10.000 años? Trasladamos la inquietud a Moore que nos explicó: "sería posible reemplazar los combustibles fósiles para gran parte de nuestra producción de electricidad si los verdes dejaran de oponerse a la energía hidroeléctrica y a la energía nuclear, que ya representan casi el 30% de la electricidad mundial. Pero se oponen a ambas y sólo apoyan la energía eólica y la solar que considero ecnologías destructoras de riqueza porque son demasiado caras y no funcionan la mayoría de las veces. Cada vez que subvencionamos un parque eólico o solar debemos construir una capacidad equivalente de generación eléctrica mediante una tecnología confiable. ¿Por qué no crear la tecnología confiable, hidroeléctrica, nuclear, de combustibles fósiles o biomasa y olvidarse de una tecnología costosa y en la que no se puede confiar? La lógica parece no tener mucho que ver con la política energética actual. Podríamos proporcionar mucha más energía confiable si gastáramos el dinero que ahora estamos invirtiendo en las energías eólica y solar, pero en una tecnología rentable y confiable".
Coloniaje "eólico y solar"
Le contamos a Moore que, unas semanas atrás, entrevistamos al Director Científico de Greenpeace para el Reino Unido, Doug Parr, a quien le preguntamos si existían estudios serios de factibilidad en relación a alcanzar una matriz 100 renovable en el mediano plazo. El Dr. Parr nos brindó el ejemplo del informe de la PricewaterhouseCoopers (¡notable referencia!) titulado "100% Electricidad Renovable. Una hoja de ruta al 2050 para Europa y África del Norte". El insólito trabajo y que analizaremos en profundidad en una futura nota, propone una Unión Europea 100% renovable pero a través de la conversión de África del Norte en una zona 100% renovable. ¿Quién proveerá esa tecnología? ¿Necesita el pueblo africano de energías eólica y solar, socialmente excluyentes, más caras, más ineficientes y menos confiables? Y lo más importante: ¿se trata de una nueva oleada colonialista bajo el ropaje ecologista? El fundador de Greenpeace no dejó margen de duda. "Europa parece haber decidido que África debe permanecer en estado de pobreza. Europa niega a África las tecnologías energéticas de que dispone y también la amenaza con sanciones en caso de que adopte la biotecnología para su agricultura. Europa muestra el colmo de la arrogancia. He escuchado decir a europeos ricos y educados que los africanos, asiáticos y latinoamericanos no deben cometer los mismos errores que nosotros. Y no ven la hipocresía que implica el hecho de seguir con su elevado estilo de vida mientras exigen a otros que permanezcan en la pobreza. No hacen ningún esfuerzo por corregir sus errores. Me disgusta mucho esta actitud. Es condescendiente y, como usted dice, colonial.
¿El futuro es renovables?
Lo dramático del ecologismo imperialista (ver nuestra columna del miércoles pasado "Cambio climático, independencia y soberanía") no es su incondicional promoción de las energías eólica y solar, sino su enfermizo rechazo a la energía nuclear. Moore opina al respecto: "Es lamentable que nuestra impresión de la tecnología nuclear se haya basado originalmente en la invención y el uso de la bomba atómica. Incluso yo, con una buena educación científica, me opuse a la energía nuclear en mis primeros años como ecologista. Cometí el error, como casi todo el mundo en el movimiento ambientalista de los años 70 y 80, de confundir la energía nuclear con las armas nucleares, como si todo lo que tuviera relación con lo nuclear y la radiación fuera siniestro. En cambio, debería haber relacionado la energía nuclear con la medicina nuclear, que utiliza la radiación para tratar y diagnosticar a millones de personas cada año y que es una rama muy importante de la medicina. Al igual que la medicina nuclear, la energía nuclear es una tecnología de uso pacífico y beneficioso".
El imperialismo energético de Greenpeace
Mientras Greenpeace atentaba contra nuestro patrimonio cultural, el ex vicepresidente de EE.UU. y consultor energético Al Gore defendía a rajatabla, durante su ponencia en la cumbre COP-20 de Lima, un futuro 100% renovables: "El Perú es uno de los cuatro países de América Latina que no sólo ha implementado plantas eólicas en su territorio, sino que también prevé la instalación de paneles solares en 500.000 viviendas de su serranía". ¡Por favor! Perú no necesita de energías renovables social e industrialmente excluyentes, así como tecnológicamente dependientes de Europa y EE.UU., sino de un acceso masivo a la electricidad para toda su población, por cierto, un objetivo únicamente realizable si su matriz energética se basa en los combustibles fósiles más baratos y confiables. Dijo Al Gore también que los glaciares peruanos se derriten por el calentamiento global y que eso perjudicará al pueblo peruano. ¡Qué visite junto a Greenpeace la ciudad de Cerro de Pasco, devastada por la depredación de la minería aurífera y sus multinacionales! En fin, tocó esta vez a las líneas y geoglifos de Nasca; aquello fue gravísimo, pero nada comparado con las consecuencias que tendrá para el pueblo latinoamericano (como para todos los pueblos oprimidos del mundo) que la agenda energética de Greenpeace -que es la del imperialismo, tanto en sus versiones de derecha como de ultraizquierda- termine imponiéndose políticamente en las próximas y decisivas cumbres climáticas.
Bibliografia
Entrevista completa de Federico Bernal a Patrick Moore, OETEC
http://www.oetec.org/nota.php?id=903&area=1