Entre enero y julio (inclusive) del segundo año de administración neoliberal, la incorporación de nuevos usuarios al gas por redes profundiza su desplome. La cifra es impresionante: una caída del 51% interanual.
La incorporación de nuevos usuarios al servicio de gas por redes, entre enero y agosto del corriente, es la peor desde 1993. La cifra inmediata superior fue la de 2002. En relación a los mismos meses de 2016, cayó un 63%. Y en comparación con igual período de 2015, la caída es del 70%.
El crudo utilizado por nuestras refinerías proviene en un 90% de dos cuencas: Neuquina y Golfo San Jorge. En 2016, la producción de crudo para ambas cuencas cayó interanualmente 2% y 5%, respectivamente. En 2017, la caída se acentuó: -6% para la Neuquina y -9% para la del Golfo. La intención del Grupo Shell es consolidar la apertura indiscriminada al crudo refinable extranjero.
Al comparar las tasas de variación entre 2016 y 2017 (períodos enero en adelante a partir del primer trimestre), se vislumbra en toda su magnitud el pésimo e inexplicable desempeño en lo que va del segundo mandato de administración Macri y del gobernador Omar Gutiérrez. En primer lugar, nótese la diferencia con las tasas de crecimiento del año pasado y del último gobierno kirchnerista (curvas verde y morada). En este sentido, la caída en la tasa de producción en relación a 2015 es del 67%. En segundo lugar, y específicamente sobre 2017, se advierte que a pesar del tarifazo del mes de abril la tasa de producción no para de caer.
Obsérvense los máximos históricos en el volumen de crudo importado durante 2017; en segundo lugar, los mínimos históricos en el volumen de crudo nacional para los dos años de administración neoliberal; y en tercer lugar, la contradicción entre un aumento del crudo de origen extranjero a pesar de una caída del total refinado: -5% entre 2016 y 2015, y -2% entre 2017 y 2016, por cierto, las peores caídas desde 2010.
En su informe "Gas neuquino no producido en 2017 podría haber evitado el 100% de las importaciones chilenas desde la asunción de Macri" (ver bibliografía), el OETEC encontró que la desaceleración en la tasa de producción neuquina de gas natural registrada entre enero y agosto de 2017 en relación a 2016 impidió a la provincia extraer 1.063.499 miles de m3. El investigador Juan Francisco Fernández, también del OETEC, señaló que "Lo primero que debería haber hecho cualquier ministro de Energía realmente interesado en avanzar en la senda del autoabastecimiento, hubiese sido continuar con el Plan Gas vigente desde 2012, que le permitió al país recuperar la producción de forma notable y a la provincia del Neuquén recuperar de forma histórica sus niveles de producción".
Marcado retroceso en el camino hacia el autoabastecimiento gasífero: frenaron la sustitución de importaciones en 2016. Y ahora, importan más gas que en 2015 (enero a agosto). Juraron durante la campaña pondrían fin al supuesto descalabro importador y la pérdida del autoabastecimiento; impusieron, en función de tales objetivos, el "tarifazo", los precios del gas en boca de pozo más caros del mundo y una salvaje poda de derechos a los trabajadores petroleros. Mientras tanto, a los argentinos y las argentinas nos obligan a consumir cada vez menos para que un puñado de empresas -el año que viene, según adelantó el propio Aranguren- puedan volver a exportar nuestro gas a mansalva. La estafa del tarifazo parece no tener límites. Pero los argentinos y las argentinas, que somos cada vez menos los que accedemos al servicio público de gas por redes, tenemos cada vez menos hidrocarburos e importamos cada vez más. En fin, todos los días un poco más estafados; todos los días más empobrecidos y humillados.
A pesar del tarifazo y los precios del gas en boca de pozo más caros del mundo, la producción de Neuquén no para de desacelerarse desde la asunción de Macri. El gas que la provincia se perdió por no haber sostenido las tasas de crecimiento de 2016, podría haber evitado el 100% de las importaciones de gas chileno realizadas en 1 año y 8 meses de gestión neoliberal. El volumen no producido supera en un 66% el total del volumen importado del país vecino.
En 2016, las importaciones descendieron un 3,5% interanual. Es decir, redujeron su tasa de sustitución a más de la mitad, ya que en 2015 la variación había sido del 10,4%. Podría alguien con razón afirmar que el gas total entregado al sistema fue superior en 2016 respecto de 2015. Cierto, lo fue en un 2,6%. Sin embargo, en 2015 también se registró un importante crecimiento de la demanda, con un 1,9% interanual. La diferencia clave: en 2015 las importaciones cayeron un 10,5%.
Como podemos observar, el macrismo lleva importados 1.578.066 metros cúbicos de petróleo entre enero de 2016 y agosto de 2018 (inclusive). Este volumen es un 4,2% superior a todo el petróleo importado entre 2008 y 2015.
En el acumulado de enero a agosto de 2017, el crudo argentino utilizado por el parque de refinación nacional llegó a un mínimo histórico de 96,4%, profundizando la declinación iniciada en 2016. Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Energía, Tablas Dinámicas (Agosto 2017). Inversa y lógicamente, el crudo procesado de origen importado no detiene su escalada desde la mismísima asunción de Macri (gráfico siguiente). Entre los primeros ocho meses de 2015 y el mismo período de 2017, saltó de 2,4% a 3,6% sobre la totalidad del petróleo procesado, respectivamente.
La producción nacional de este energético cayó 7,6% interanual entre enero y agosto del presente año en comparación con los mismos meses de 2016. Dicho comportamiento se refleja así en las provincias listadas y que juntas explican el 99% de la producción total de los primeros ocho meses del año. El desplome es absoluto, con el agravante de que la peor caída en términos de volúmenes extraídos se registra precisamente en la primera provincia productora, Chubut. La disminución en las cantidades chubutenses (-592.000 metros cúbicos) es prácticamente similar a la disminución sumada de Neuquén (-213.700) y Santa Cruz (-341.000).
El petróleo participa con el 33% de la matriz energética primaria y sus productos derivados (diésel, gasoil, fueloil y motonaftas) con el 28% de la matriz secundaria. Es, como se advierte, un insumo clave para el normal funcionamiento del país. En 2015, se revirtió la producción a la baja, es decir, se registró una producción mayor a la de 2014. Pero la importantísima recuperación fue dilapidada por la gestión neoliberal: cayó 3,8% en 2016. En 2017, la producción de crudo cayó un 7,9% entre los primeros semestres del corriente y del año pasado. Al analizar el período enero a agosto, la caída es prácticamente similar: 7,6%.
En los primeros ocho meses de 2017, la producción de gas nequino creció un 2,7% interanual. Al comparar este rendimiento con el de los años previos observamos una drástica desaceleración: de 8,4% en 2015 (mismo período), a 7,4% en 2016 y a 2,7% en el presente año. En pocas palabras, la caída en la tasa de producción es del orden del 63%.