A partir del trabajo "Caracterización del sector hidrocarburífero de la Provincia del Neuquén", el investigador del OETEC, Juan Francisco Fernández encontró que la desinversión medida en perforación de pozos para la provincia del Neuquén no detiene su marcha en 2017: la caída en relación a 2015 (primeros cinco meses) acumula un desplome del 31%.
Los valores del gráfico se corresponden a los primeros cuatro meses de cada año. Se observan caídas drásticas entre 2017 y 2016. La Neuquina: 7,6%; la del Golfo San Jorge: 8,9%. En el acumulado respecto de 2015, la primera se ubica en 7,3% mientras que la segunda asciende a 10,6%. Debe recordarse que el 89% del crudo refinable del país proviene de estas dos cuencas.
La demanda residencial sumada de las diez provincias seleccionadas sufrió una caída abrupta del 5% entre los primeros semestres de 2017 y 2016. Cabe señalar que la variación entre iguales períodos de 2016 y 2015 había sido positiva en un 7,6%, mientras que del 7% entre 2015 y 2014.
La caída en contexto histórico marca que, la del primer semestre de 2017 es el segundo peor desempeño desde 1999. Al concluir su primer año y medio de gestión, los autoproclamados salvadores de una supuesta "crisis energética" nos obsequiaron, interanualmente en comparación con el primer semestre de 2016, un 1% de caída en la producción de gas y un 8% de desplome en la producción de crudo, producción en ambos casos cuya recuperación había comenzado con la renacionalización de YPF. Para el petróleo, la retracción acumula un 10,7% en relación a igual período de 2015.
Las resoluciones 212 y 74 portadoras de los nuevos cuadros tarifarios argumentan que la oferta heredada no alcanzaba a satisfacer la demanda. ¿Qué dice la realidad de los propios datos del Ministerio de Energía y del ENARGAS? Que la demanda pasó -entre 2015 y 2016- del 1,9% a 2,5%, la producción de 3,4% a 4,9% y las importaciones de -10,4% a -3,5%, es decir, casi tres veces menos (recordar que venían cayendo desde 2014). Obsérvese que, en 2016 y por primera vez desde 2013, la producción supera a la demanda para todos los tipos de usuarios. Dos consideraciones. Primera: Algún despistado podrá argumentar que en 2016 la producción mejoró como consecuencia justamente del tarifazo y de los nuevos precios del gas en boca de pozo. Pues no, el 90% de la producción nueva del primer año de gestión neoliberal proviene de un único yacimiento puesto en marcha en 2013 y cuya producción recién se hizo efectiva en febrero de 2016. De no haber sido por este yacimiento, la producción de gas prácticamente hubiera quedado estancada el año pasado en relación a 2015. Segunda: que la producción supere a la demanda no significa importaciones cero, ya que no incluye venteos, inyección a formación y otras. Sin embargo, los volúmenes de importaciones venían disminuyendo, incluso a lo largo de 2016 (caída acumulada del 13,6% en relación al máximo de 2014).
Los volúmenes de gasoil y naftas importados durante los primeros cinco meses de 2017 fueron un 40% superiores a los de igual período de 2015. En volumen, 2017 lleva importados 274.235 metros cúbicos adicionales a 2015, esto es, 274,23 millones de litros.
Demanda de electricidad sector comercial: menor que en 2016.
Observando lo sucedido con la demanda comercial de electricidad para los primeros semestres entre 2013 y 2017, destacamos: 1) El incremento de la demanda entre 2013 y 2015, con un importantísimo ascenso en el último año del gobierno anterior (5,4%); 2) En 2016, si bien la demanda fue mayor, se advierte una pequeña desaceleración; y 3) En 2017, no sólo se desploma la demanda, sino que es menor a la de igual período de 2016 (-0,4%).
Se grafica el proceso de diversificación de la matriz eléctrica uruguaya, modelo del macrismo. Las energías eólica y solar -explicaron durante el primer semestre de 2017 un 31% de la generación- se proponen como sustitutos a la termoelectricidad (combustibles fósiles). Entre 2014 y 2016, la generación térmica decayó un 50%, mientras que la energía eólica un 152%. En los últimos años, y como consecuencia de dicha política, Uruguay se ha posicionado como la nación con la mayor Pobreza Energética de América del Sur. La estabilidad de su sistema eléctrico ha disminuido, mostrando iguales inconvenientes que las naciones europeas a la vanguardia de la incorporación de fuentes renovables del viento y del sol.
El desplome deliberado de la producción de crudo neuquino resulta alarmante. Debe recordarse que la producción cayó 3% interanual en 2016, tras dos años de subas consecutivas. ¿Cómo se entiende que el macrismo haya permitido semejante desplome no solamente en la segunda provincia productora de petróleo, sino además en la provincia clave para la elaboración de combustibles? Como sea, 2017 presenta una profundización del pésimo desempeño bajo la gestión macrista, mucho peor aún si ha de comparársela con la producción del 2015. La internacionalización del precio del barril, conforme intereses particulares y no los del pueblo argentino, profundiza en 2017 la agudización del desplome petrolero en la segunda provincia productora: casi que se triplicó el desplome en relación a igual período de 2016, mientras que la caída acumulada en la producción es del 9% respecto de 2015.
Durante el primer semestre de 2015, YPF explicó el 60% de la venta de naftas y gasoil en estaciones de servicio del país (medida en m3). Shell, por su parte, el 17%. Pero luego de un año y medio de gestión del CEO-ministro, Shell creció casi 4 puntos porcentuales, con Oil y Petrobras apenas cayendo, Axion manteniéndose e YPF desplomándose en 3,3 puntos.
¿Había que subir el gas en boca de pozo para estimular las inversiones? La desaceleración en la producción del fluido no se entiende de cara al aumento exponencial del gas en boca de pozo. Con los nuevos cuadros tarifarios, las productoras se embolsan más del 60% del valor de la factura del servicio de gas por redes. No se verificó la hipótesis de que el aumento del gas en boca de pozo haya provocado una lluvia de inversiones en el sector. Por el contrario, provocó una desaceleración de la producción gasífera neuquina, como se dijo, primera productora de gas del país. Debe agregarse que dicho aumento tampoco generó una mayor cantidad de conexiones de hogares a red de gas natural. Por el contrario, cayeron (-6,4%) los usuarios conectados en 2016 respecto a 2015 como se aprecia del gráfico.
Al analizar los Datos Operativos del ENARGAS, los primeros cinco meses de 2017 presentaron una caída del 1,5% en relación a igual período de 2016 en materia de gas natural entregado a todos los tipos de usuarios a nivel nacional. Se trata del peor desempeño de los últimos siete años (en 2010, la caída fue del 6%). La retracción se dio principalmente por la fortísima caída en la demanda residencial, un 19% inferior a los primeros cinco meses del año pasado.
La caída de pozos perforados en el país desde la asunción de Macri no detiene su desplome: -41% acumulado entre los primeros semestres de 2017 y 2015. En este contexto, YPF no sólo no es la excepción, sino que además está 20 puntos porcentuales por encima de la media nacional. En efecto, la comparación del período enero a junio (inclusive) de 2017 en relación a igual período de 2015 exhibe para la estatal una caída del 60,6%, esto es, el peor resultado desde 2009. Que la primera empresa productora de gas y petróleo de la Argentina se venga abajo tan abruptamente, en un país altamente dependiente de los hidrocarburos, no puede ser analizado como un error de gestión. Claramente se trata de una decisión política de la administración nacional.
Es verdad que la ciudadanía fue contundente en su rechazo a construir nuevas centrales nucleares (las cuatro centrales que tenía este país fueron clausuradas décadas atrás). Ahora bien, dos detalles no menores relacionados con el cierre de estas plantas y su impacto en la matriz energética italiana que no pueden obviarse: en primer lugar, la nación mediterránea es la mayor importadora neta de energía eléctrica del mundo; en segundo lugar, los precios de la electricidad en Italia se ubican entre los más elevados de la Unión Europea (y también del planeta). Los elevados precios de la energía eléctrica en Italia -como sucede en España, Alemania, Dinamarca y Reino Unido, entre otros-, están íntimamente vinculados a la altísima penetración de las renovables eólica y solar, las cuales no han podido reducir la altísima dependencia externa y, con ella, su incidencia negativa en las tarifas del servicio público de electricidad.
Durante el primer semestre del 2017, Buenos Aires explicó el 49,5% del total de la demanda residencial para todo el país. Le siguió Santa Fe, con el 8,2% y Córdoba, con el 7%. Esto fue lo que les sucedió desde 2014 en cuanto a sus tasas de variación de la demanda. El pico en la variación positiva se produjo en el primer semestre de 2016 (Santa Fe con una marcada desaceleración). Para 2017, la retracción viene siendo profunda y generalizada. Asimismo, se observa que Córdoba fue la más afectada en el desplome interanual: 17 puntos porcentuales. Siguen: Buenos Aires con 13 puntos porcentuales de caída y Santa Fe con 11.