El crudo refinado extranjero pasó del 3% en 2015 al 4,2% en 2017, un porcentaje histórico. En volúmenes, el extranjero creció entre el segundo año de Macri y el último de Cristina Fernández de Kirchner un 30%, y un 123% respecto de 2014. A la cabeza de la utilización del crudo importado por las refinadoras, Shell, con un incremento del 242% considerando el bienio 2016/17 vs 2014/15. YPF, por su parte, cayó un 32%.
Cuando se examinan, no ya los usuarios totales sino los nuevos usuarios incorporados al servicio público (NUI), encontramos que en 2017 este indicador se contrajo un 26%, acentuando la caída del 19% del 2016. En relación a 2015, la contracción es del 41%. ¿Qué significa esto? Que, por ejemplo, si en 2015 se incorporaron 100 usuarios nuevos, en 2017 fueron 59 (caída del 41%). El primer gráfico ilustra los NUI en el contexto histórico. En 2017 se incorporaron 88.602 usuarios nuevos a este servicio. Es el peor registro desde 2002, y el segundo más bajo desde 1993.
Provincia de Buenos Aires: el consumo en 2017 cayó por debajo del de 2011, ubicándose apenas por encima de los valores de 2010 (apenas un 0,7%). Es decir, los millones de hogares usuarios de este servicio público esencial consumieron el año pasado prácticamente las mismas cantidades que consumían 7 años atrás.
Resumen: 1) La participación del crudo extranjero en el total de crudo procesado por el parque de refinación local se ubicó, en 2017, en el 4,2%, el mayor porcentaje desde 2011 (como mínimo); 2) El peso de las importaciones de combustibles totales en la demanda del mercado interno aumentó en 2017 respecto de 2015; y 3) El peso de las importaciones de naftas y gasoil en la demanda del público (estaciones de servicio), así como en la demanda interna, registra su mayor participación desde 2013 Se aprecia claramente la mejora en los niveles de autoabastecimiento de naftas y gasoil entre 2013 y 2015. La ostensible desmejora a partir de 2016, tanto a nivel ventas del mercado interno como en estaciones de servicio es contundente.
Observaciones: 1) La caída en los volúmenes del procesamiento de crudo en 2017, sumado al incremento sostenido del petróleo extranjero, condujeron a que el segundo año de Macri sea el de mayor extranjerización del crudo procesado desde 2011; 2) El crudo extranjero, impulsado por importaciones desreguladas y liberalizadas, se incrementó un 30% desde 2015 en su participación sobre el total de petróleo procesado; y 3) Inversamente, la participación de petróleo nacional en el total procesado tocó un mínimo histórico del 95,8%.
Al tomar los dos años de gestión neoliberal y compararlos con 2014/15, se aprecia claramente el espectacular cambio en Shell, que de 0 metros cúbicos de importaciones durante los últimos dos años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner saltó a 693.326 metros cúbicos.
Neuquén: Crecimiento de la producción en 2017. Se advierte una fortísima desaceleración desde 2015, al caer del 11,5% al 3,3%. Mendoza: Caída del 17% en 2017, acelerando la declinación del año anterior. Produjo en 2017 un alarmante 23% menos de gas que en 2015 y un 18% menos que en 2014. Santa Cruz: Caída del 18% en 2017, profundizando la retracción del año anterior. Produjo en 2017 un alarmante 21% menos que en 2015 y un 13% menos que en 2014. Chubut: Caída del 9% en 2017, empeorando marcadamente en relación al 2016 (+13%). Río Negro: Crecimiento del 10% en 2017. Mejoró ostensiblemente en comparación a 2016 y 2015. No obstante, la fuerte caída de 2016 -sumada a la de 2015- impidieron que YPF en esta provincia produjera en 2017 por encima de los valores de 2014.
La Argentina de Macri, a través del Decreto 962 de fines del año pasado, ya habilita las exportaciones de gas (a Chile y a Uruguay) sin compromiso de re-importación. En su artículo 4 se lee (subrayado es nuestro): "Las autorizaciones que emita el MINISTERIO DE ENERGÍA Y MINERÍA podrán prever la exportación de excedentes de Gas a las cantidades establecidas en las mismas, siempre que estén sujetas a interrupción cuando existan problemas de abastecimiento interno…". Se autoriza la exportación de excedentes, siempre que el mercado interno esté abastecido. Y la verdad es que el neoliberalismo es un gran abastecedor de mercado interno, aunque por la vía de la atrofia en la demanda y en la paralización o retracción de la expansión del servicio público de gas por redes. En este gráfico, recordamos a nuestros lectores lo acontecido entre 1996 y 2002 en materia de gas entregado al pueblo argentino (demanda), exportaciones y producción. Durante aquel período, cabe señalar, se verificó el nacimiento y auge de la gran estafa exportadora con destino a Chile. Préstese atención al recuadro. La demanda entre 1996 y 2002 creció 6%, aunque en realidad entre 2000 y 2002 cayó un 10%. ¿Pero fue aquella expansión una adecuada a la salud del mercado interno y la calidad de vida de la ciudadanía? En absoluto. La variación de la demanda entre 2003 y 2009 (mismo período) se expandió un 23%, esto es, casi cuatro veces más. ¿Qué había pasado? ¿Acaso se multiplicó por cuatro la población argentina en un puñado de años? Pasó que apareció un gobierno que priorizó el consumo de gas argentino primero para los argentinos.
La expansión del servicio público de gas por redes en cantidad de usuarios registró, en 2017, su peor desempeño desde 2002. Su variación fue del 1%, apenas por encima del 0,7% de aquel año (subrayado en rojo). Obsérvese como la cantidad de usuarios totales (línea violeta) tiende a achatarse entre 2016 y 2017. En cuanto a la desaceleración en la incorporación de usuarios, si bien data de 2012, no puede dejar de mencionarse lo que fue el período de mayor incorporación de usuarios de la historia, esto es, 2003 a 2008. Asimismo, durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se había puesto en marcha la construcción del Gasoducto del NEA, obra paralizada por la actual administración y que se proponía beneficiar a más de 3,5 millones de personas en las provincias de Formosa, Chaco, Salta, Misiones, Corrientes y Santa Fe.
Existe una relación positiva entre los precios de la energía eléctrica y el grado de participación de las energías renovables intermitentes en una matriz de generación. Testigos de ello, y sin excepciones, todas y cada una de las naciones a la vanguardia de dicha política de diversificación. En América del Sur, Chile y Uruguay -que ya fueron estudiados en estos informes- son emblemáticos al respecto. A continuación, un análisis desde la Unión Europea, región que por su gran variedad de matrices y su altísima penetración de tecnologías eólica y solar -según el caso-, resulta sumamente ejemplificadora de la antedicha relación.
Obsérvese en la tabla los cambios en el mercado de los combustibles (sector estaciones de servicio) adentrándonos ya en 2018. Descontado el crecimiento de Refinor, planta concentrada en el norte argentino y abocada mayormente a exportar a Bolivia, se puede apreciar que Shell fue la única empresa que creció en lo que va de 2018 en términos de ventas de naftas y gasoil en estaciones de servicio. Súmese a ello, nuevamente, la irrupción de la holandesa Trafigura, y se tendrá el panorama del sector para lo que resta del 2018 y que, vale recordar, comenzó con la asunción de Macri. Para ser más exactos, comenzó con la asunción de Shell al frente del Ministerio de Energía. El mercado de los combustibles y su fundamental segmento de "ventas al público", no está en manos de YPF, como quiere hacernos creer el CEO-ministro y actual accionista de Shell, Juan José Aranguren. Sucede, paradójicamente, todo lo contrario: es Shell y su nueva aliada estratégica, la holandesa Trafigura, quienes juntas dominan este mercado y configuran, sin ánimo de exagerar, un duopolio para las nuevas ventas de naftas y gasoil.
La desregulación y apertura indiscriminada, gestionada y promovida por el cartel ministerial energético en manos del Grupo Shell, permite esta aberración de que el primer mes bajo el Decreto 962 se haya importado un 70% de todo el crudo importado en 2015. Del gráfico además adviértanse las relaciones con los otros años.
El consumo en 2017 cayó por debajo del de 1993. En realidad, desde que el ENARGAS publica sus estadísticas no hay registro de un consumo tan bajo por parte de los millones de hogares usuarios de este servicio público esencial.
Aplicando la misma metodología de cálculo que la utilizada por el Ministerio de Energía para el análisis de los meses de diciembre de 2016 a diciembre de 2017, este Observatorio encontró que el promedio diario de usuarios con cortes de luz entre este verano (meses diciembre, enero y febrero) y el anterior aumentó un 14,2%.
Nótese el crecimiento de las importaciones a partir de Macri presidente, en paralelo al estancamiento de la demanda y la caída de la producción en 2017. Como puede advertirse, el mercado sigue abastecido pero la autosuficiencia es cada vez menor.