La provincia de Santa Fe, que en 2019 cayó 10% en relación a 2018, respecto del consumo de 2015 se ubica 10,2% abajo. Le sigue Buenos Aires, con 4,5% por debajo del último año del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Más lejos, Mendoza y Córdoba, con -1,3% y 0,3% respectivamente. Sumando los consumos (residenciales) de las cuatro, el primer semestre de 2019 se ubicó 5% más bajo que igual período de 2015.
Al analizar los últimos datos del ENARGAS en el acumulado a mayo, se observa una caída del 8,3% del consumo de gas a nivel nacional para el total del sistema. Es la peor caída desde 1998. La magnitud del desplome es tal que el consumo se ubica no solamente 5,4% por debajo de 2015, sino a niveles de 2012 (incluso por debajo). En pocas palabras, siete años de retroceso.
La incorporación de nuevos usuarios a la red de gas domiciliaria cayó 35% en el acumulado a mayo respecto de igual período de 2015. En cantidades, se pasó de 49.961 nuevos usuarios a 32.236. Asimismo, nótense las diferencias en relación 2011 (78.070), 2008 (93.767) e, incluso, 2001 (52.992). Comparando con el pico de 2008, hablamos de una caída del 66%. En su cuarto año de gestión, y a pesar del tarifazo y las exorbitantes ganancias registradas por las distribuidoras, el macrismo redujo la incorporación de usuarios un 35% sobre 2015. Salvando el 2018, que tuvo una incorporación de apenas 6.977 usuarios en iguales meses, 2019 destaca por ser el peor año luego de 2002.
Los volúmenes de petróleo refinados en la Argentina, primer semestre de 2019, son los más bajos desde 2000. Entonces, se procesaban 13 millones de m3; ahora, 13,4 millones, una diferencia de 2,7%.
La caída es tan drástica, que la demanda de electricidad de los millones de hogares argentinos se ubica 2,2% por debajo de la demanda de 2015. Cabe agregar, asimismo, que desde 2016, el sector residencial se desplomó 9,1%, siendo el más afectado lógicamente por la política tarifaria -sumado a la hiperinflación- de la administración neoliberal.
El consumo residencial cayó en 2019 respecto de 2018, primer semestre, en 20 provincias de las 22 interconectadas al SADI (91%). Las excepciones: Santa Cruz y Río Negro, con la primera creciendo 8,9% y la segunda 1,8%. La explicación de por qué sucede lo que sucede con Santa Cruz ya fue abordado por este Observatorio.
Esta transportista de gas natural, la segunda del país, es controlada por Tecpetrol Internacional S.L. (Techint), Compañía General de Combustibles S.A. (Eduardo Eurnekian) y RPM Gas S.A. a través de la sociedad controlante Gasinvest, con el 56% del capital social de TGN. En 2018 registró una ganancia de 3.721 millones de pesos, respecto de 2017 una mejora del 72% (2.160 millones). Pues bien, de lo ganado el año pasado, un 64% (2.378 millones) fue destinado al pago de dividendos a sus accionistas.
El consumo residencial de los y las bonaerenses retrocedió interanualmente, al mes de junio, 7,6%. El retroceso es tan fuerte que prácticamente iguala al consumo del año 2014, esto es, cinco años atrás. Aquí los números tan irrefutables como trágicos de la política energética y económica neoliberal, que en esta provincia tiene la particularidad de profundizarse por la gestión igualmente neoliberal de la gobernadora María Eugenia Vidal.
Al estudiar solamente a Transener (excluyendo Transba) se aprecia un desplome de las inversiones medidas en dólares: entre 2019 y 2014: -72% (-34% fue la diferencia sobre 2015). Igual para la caída interanual en relación a 2018: -48%.
En abril de 2019 se pagaron 7.182 millones de pesos en dividendos (167,8 millones de dólares), mientras que en abril de 2018 TGS decidió pagar dividendos por 3.705 millones de pesos entre julio y septiembre del mismo mes (ajustados a diciembre de 2018) y correspondiente a los ejercicios de 2016 y 2017. En dólares, 128,7 millones. El total distribuido: 296,5 millones de dólares de los 798,9 millones ganados entre 2016 y 2018 (inclusive), un 37%. Las obras de expansión del sistema de gasoductos de TGS, como la misma empresa manifestó, se paralizaron a partir de 2016. Como dijimos en la introducción, la paralización -y que continua a julio de 2019- se verificó a pesar de haber registrado TGS una ganancia extraordinaria desde la asunción de Macri por casi 800 millones de dólares sumando 2016, 2017 y 2018. De ese total, un 37% (296,5 millones) se repartió en dividendos a sus accionistas, entre los que destacamos: Pampa Energía, Grupo Inversor Petroquímica S.L. (integrante del Grupo GIP, liderado por la familia Sielecki), PCT L.L.C. y WST S.A. (integrante del Grupo Werthein).
El sector industrial y de grandes comercios desplomó su demanda de electricidad 7,8% interanualmente, siempre entre primeros semestres. Fiel reflejo de la destrucción del mercado interno, así como del aparato productivo e industrial, este sector consume 8,3% menos de electricidad que en 2013, esto es, seis años atrás.
Al FMI y al régimen de Cambiemos les tiene sin cuidado que los hogares argentinos hayan cerrado 2018 consumiendo 0,3% menos de electricidad que en 2016, esto es, dos años atrás. Menos que menos que al primer semestre de 2019, el consumo residencial se haya desplomado 7,6%, ubicándose 2,2% por debajo de los valores de 2015. En el caso específico de Chubut, la demanda residencial de 2019, primeros seis meses, apenas está por encima de la de 2015 (1,3%), es decir, cuatro años atrás.
Se advierte que el total de dividendos pagados a los accionistas de Transener entre los meses de diciembre (2018) y mayo (2019) totalizaron 4.964 millones de pesos. Tomando las ganancias de 2017 y 2018, ejercicios de los cuales surgió el dinero destinado a dividendos, se encuentra que un 71% de lo ganado en los dos últimos años terminó en los bolsillos de los accionistas. En dólares, la distribución de dividendos implicó un 39% de las ganancias de esos mismos dos años.